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Mikel Landa permanece en la sala de espera

Con el organismo bajo de defensas, el ciclista alavés no competirá en Andalucía y su debut se retrasará hasta la Tirreno-Adriático, entre el 9 y el 15 de marzo

Mikel Landa permanece en la sala de espera

bilbao - El pasado año, un citomegalovirus, la enfermedad del beso, atrapó a Mikel Landa durante el tiempo suficiente, entre noviembre y febrero, como para que su cuerpo se marchitara y su mente se hiciera preguntas, le surgieran dudas y la sonrisa se le arqueara hasta esculpir una mueca. Después del calvario, Mikel Landa explotó en primavera. Fue la mejor primavera de su vida. Se anunció en la Vuelta al País Vasco cuando clavó su estandarte sobre la colina de Aia. En la cumbre, Mikel lloró de alegría, abrazado a los suyos. Luego llegó mayo, su floración, su viaje a la Luna. En el Giro, Landa fue una exclamación. Venció en Madonna di Campiglio y en Aprica, azoteas legendarias de la carrera rosa, y se exhibió en una subida antológica en la feroz Finestre. En Milán fue tercero después de competir maravillosamente. El Giro, su Giro, le situó en el cielo, en las puertas del Sky, abiertas para Landa, el hombre designado por Dave Brailsford para sonrosarse en el Giro, el gran reto del año.

En el Sky, a Landa le tomaron las medidas, le acoplaron en la geometría de las bicicletas de contrarreloj y le encolumnaron tras el método, la filosofía británica de los datos y las ganancias marginales. Para que el Giro no se le desparrame por el goteo de la contrarreloj, Landa se atornilló a una cabra, a la bicicleta contrarreloj, prácticamente ajena a sus usos y costumbres antes de enrolarse a la tripulación del Sky. Agrupado en su nueva postura, en un intensivo, convencido de limar el reloj, Landa había subrayado en rojo su aparición en la Vuelta a Andalucía, donde una etapa contrarreloj serviría al alavés para examinar su progreso sobre la cabra, que antes era un toro mecánico, una montura que le empujaba lejos de los mejores. Domarla es su prioridad.

No podrá hacerlo en Andalucía porque la salud le ha negado el debut, según anunció a través de su cuenta de Twitter, una recomendación del Sky por el alcance internacional del corredor. El curso de Landa, que compitió por última vez en el Giro de Lombardía, a comienzos de octubre, continúa en suspenso porque su cuerpo está bajo de defensas. Su organismo, sensible, sufre en invierno. Si bien su estado actual nada tiene que ver con la falta de fuerzas de la pasada temporada. Tachada la Vuelta a Andalucía, la preparación hacia el Giro se concentrará entre la Tirreno-Adriático, la Vuelta al País Vasco y el Giro del Trentino, una de sus carreras fetiches del corredor.

sin prisas Los parámetros físicos de Landa son buenos, nada que ver con el citomegalovirus que padeció el año pasado, pero las defensas están laminadas, por lo que en el Sky prefieren que el corredor no compita y entrene con tranquilidad. A pesar de que acumulará menos días de competición y no podrá comprobar sus progresos en la contrarreloj como estaba previsto que hiciera en Andalucía, el ciclista no alterará el calendario. Mikel Landa tiene facilidad para coger la forma y en el equipo británico calculan que hay tiempo más que suficiente para que el ciclista no altere su planificación para encarar el Giro insertando más días de competición. No hay prisas con Landa, que ha entrenado a muy baja intensidad después de alcanzar altas cotas dentro de la programación del Sky, que decidió que aminorase el ritmo y parara durante un puñado de días, menos de una semana, en cualquier caso. El descenso no fue brusco, pero la salud renqueante del corredor han anulado la cita de Andalucía, carrera que la escuadra británica pretende asaltar Poels, ganador en Valencia. Landa estaba en disposición de salir a rodar en la prueba andaluza, pero el Sky se decantó por preservarle y testar las prestaciones del corredor cuando esté en perfecto orden de revista.

El alavés, si el tiempo mejora y su condición física responde adecuadamente, tiene intención de elevar el nivel de entrenamientos en los próximos días. Antes de que concluya el mes, Landa se someterá a una evaluación al detalle en el equipo. Será un test intenso como una jornada de competición llevada a límite, un examen que dotará al Sky de elementos de juicio exactos para medir el estado de forma del ciclista de Murgia. En los primeros días de marzo, el corredor se desplazará a Italia para rastrear y observar de cerca parte del recorrido del Giro. Antes de asomar la ronda italiana, el 9 de marzo, comenzará la Tirreno-Adriático. Será entonces cuando se abrochará un dorsal por vez primera Mikel Landa, en la sala de espera.