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Izortz Zabala, ganador en dos ocasiones en Donostia, analiza la regata del pasado domingo

Izortz Zabala, ganador en dos ocasiones en Donostia, analiza la regata del pasado domingo y recuerda las emociones que viven los remeros antes de afrontar la jornada decisiva de la gran cita arraunlari del año

Izortz Zabala, ganador en dos ocasiones en Donostia, analiza la regata del pasado domingoIker Azurmendi

HONDARRIBIA fue la primera en golpear en la Bandera de La Concha. 1,92 segundos sobre Urdaibai, una pequeña renta que se convertirá en el pensamiento de los remeros y de la afición bermeotarra durante esta semana. Es la tensión de los días previos al segundo domingo, cuando todo se decide. Un gusanillo en el estomago que vivió en su día Izortz Zabala. Nacido en Bermeo, este patrón logró triunfar en dos ocasiones en la bahía donostiarra, 2003 y 2005 en las filas de Astillero, y ahora disfruta desde tierra del espectáculo de las traineras. Como no podía ser de otra manera, hace 48 horas también observó la gran cita del remo con atención y quedó encantado por el rendimiento mostrado por las embarcaciones. “Fue una regata muy emocionante. Siempre se quiere ir en la primera tanda, porque las condiciones suelen cambiar para la segunda, se cree que en la segunda tanda va a subir el viento, pero el domingo se pudo comprobar que la tanda no era tan mala y vimos dos botes a gran nivel”, declara el bermeotarra, que tampoco quiere quitar méritos a los otros dos clasificados para la tanda de honor: “Kaiku y Orio, a pesar de las diferencias, hicieron una regata impresionante”.

La disputa estuvo marcada por las diferencias entre los dos largos. A la ida, los hondarribitarras trataron de romper desde el inicio y lograron una pequeña renta, mientras que a la vuelta fue la Bou Bizkaia la que golpeó, aunque no pudo recortar la distancia. “Hondarribia firmó un primer largo excepcional y Urdaibai hizo un segundo impresionante. Alguien tenía que ganar. No hubo una clave. Los dos remaron mucho y no creo que hubiera cosa de calles, ni unas condiciones climatológicas excepcionales”, declara Zabala. Esos casi dos segundos son una ventaja muy pequeña y el expatrón bermeotarra cree que “no es una diferencia reseñable”. Considera que la especulación no será una de las estrategias a utilizar por los remeros: “Con dos segundos no se puede jugar a nada. Tienes que salir a tope y cada trainera saldrá a romper. Querrán hacer una txanpa impresionante para dejar atrás a sus rivales, para intentar provocarles que se coman la cabeza y se hundan”. En la segunda jornada, una de las bazas de Urdaibai para Zabala es que haya algo más de mar: “Le puede dar un punto, vemos que en el largo de vuelta andan mucho y Gorka Aranberri es un patrón excepcional. Pero creo que se va a decidir antes la regata”.

Una semana de nervios Zabala vivió de primera mano cómo es el periodo entre los dos domingos de La Concha. Los nervios que viven los remeros y la manera que afrontarán esta semana de entrenamientos: “Es difícil de explicar esa sensación. Los remeros vivirán la semana con una intensidad enorme, van a intentar remar lo mejor posible y viendo la diferencia que hay, cada una de los equipos pensará que tiene la bandera en su mano”. No en vano, el premio que se puede conseguir es superlativo y es el gran deseo de muchos de ellos desde niños y para el que se preparan con dureza desde finales del año anterior. “Es con lo que sueña cada remero desde que empieza a remar, toda la gente que va a ver la regata y está animando según las traineras entran al puerto. Ver a las aficiones de esa manera es algo impresionante. Para un remero ganar la Bandera de La Concha es como ganar la Champions”, relata Izortz. Él tiene dos.

La llama competitiva de Zabala ya está apagada y ahora afronta las cosas de otra manera. Disfrutando desde tierra de un espectáculo en el que consiguió reinar en más de una ocasión. “Yo ya hice lo mío y ahora disfruto viendo a los demás. No me interesa lo mas mínimo seguir ahí, les veo, disfruto con ellos, me gusta verles remar, pero no me dan ninguna envidia”, afirma. El patrón bermeotarra se acuerda de los días de gloria, pero también tiene en mente todo lo que tuvo que sufrir para poder lograrlo: “La gente piensa que La Concha es solo esos dos domingos y todo lo bonito, pero La Concha empieza en noviembre, cuando se comienza a entrenar y el sufrimiento es muy grande para poder llegar ahí”. Por todo ello, Izortz este año volverá a vivir la emoción de la cita donostiarra con intensidad, aunque lo hará a su manera, desde tierra y observando atento como los remeros hacen vibrar a la gente en las aguas de la bahía.