Bilbao - Las negociaciones deportivas, ya sean entre equipos o entre un club y un jugador, se asemejan mucho a una timba de póquer. Hasta que todas las fichas acaban en manos de uno de los contendientes nada puede darse por seguro. Por el camino, infinidad de manos jugadas, numerosas oscilaciones en el favoritismo de la partida, no pocos faroles y algunas situaciones difíciles de entender para los observadores externos pero que no son más que parte esencial de la estrategia para los que están metidos en el asunto. La posible salida de Dairis Bertans del Dominion Bilbao Basket no ha sido más que un nuevo ejemplo de estas situaciones con tres actores sentados alrededor de la mesa: el aspirante a vendedor (el club vizcaino), el sujeto de interés (el jugador letón) y el aspirante comprador (el Lokomotiv Kuban).

Las últimas noticias sobre la operación apuntan a que esta ha quedado paralizada, al menos de momento, porque el conjunto ruso no estaría en disposición (o por la labor) de abonar en fondo y forma la cantidad que el Bilbao Basket exige por la libertad de Bertans, al que todavía le queda un año de relación laboral con los hombres de negro pero cuyo contrato incluye una cláusula de salida este verano. Incluso hay medios como la web Solobasket que aseguraban ayer que el club de Miribilla contactó en la noche del lunes con James Feldeine, uno de sus posibles sustitutos, para informarle sobre la continuidad del escolta letón en Bilbao.

Así las cosas, Bertans seguirá el año que viene en Bilbao salvo giro radical de los acontecimientos -diversas fuentes aseguraban ayer que el Lokomotiv negocia ya con el israelí Gai Mekel- o apertura de negociaciones con algún otro club. Eso sí, no parece que el Dominion BB esté en disposición de llevar, ni hacer creer que lleva, la posición dominante en cualquier negociación que emprenda con el letón de por medio. Desde que acabó la temporada el club se ha encargado de filtrar, con el fin de colocarle en el mercado, que el salario del jugador el próximo curso (unos 240.000 euros) no entra en los parámetros de su maltrecha tesorería y ahora esa estrategia parece volverse en su contra porque todo aspirante a comprar conoce su necesidad por vender. Vamos, que sus rivales conocen las cartas con las que juega e intentan aprovecharse de esa circunstancia. En el caso del Lokomotiv Kuban, su interés por Bertans ha sido serio y contundente. El jugador ha tenido desde mediados de julio una interesante oferta sobre la mesa, pero el conjunto de Krasnodar ha jugado su papel, ha intentado arañar euros a la cláusula y también maneja otros candidatos.

Este giro de los acontecimientos en el caso Bertans ha dejado desnortada a una masa social que ve cómo los rectores del club, en este asunto, tampoco aplican la transparencia que prometieron. Nadie ha salido a la palestra hasta el momento para explicar claramente la posición del club -¿hasta qué punto desequilibraría las cuentas la continuidad de un pilar deportivo como Bertans?; si el desequilibrio es tan dañino, ¿la necesidad de deshacerse de su nómina no debería primar sobre la posibilidad de sacar dinero de su venta?; ¿qué ha exigido el club para que la operación haya quedado paralizada?- y, como casi todo últimamente, su línea de actuación se ha difundido a base de filtraciones y a unas declaraciones de Sito Alonso, que nunca ha escondido su deseo de seguir contando con el letón, el 24 de julio: “Bertans tiene contrato y por ahora no hay una decisión oficial que indique lo contrario”.

Tampoco sería entendible que se quisiera convertir en el malo de la película a un jugador que pudiendo haber dejado el barco en sus momentos de mayor zozobra ha aguantado carros y carretas y que cumplirá su contrato sin problemas y de buena gana? salvo que tenga la certeza de que están jugando con él. Porque Dairis Bertans nunca ha dicho que quiera marcharse este verano del Bilbao Basket, es el club el que ha buscado su salida.