Cruce de caminos en Flandes
Valverde e Intxausti se mezclan desde hoy con los especialistas del pavés para preparar la etapa del Tour que acaba en la puerta del bosque de arenberg
Bilbao - Si se le pregunta, Pedro Horrillo puede pasarse horas hablando apasionado de algo tan frío como una piedra. De los adoquines que alfombran las carreteras de Flandes y Roubaix. Del Bosque de Arenberg, de Gibus, de Hornaing, Warlaing o el Carrefour de l'Arbre. De los brotes de hierba que asoman entre las grietas y acolchan el golpe del tubular. De los pozos sin fondo que aparecen de repente. De que es bueno conocer el terreno que se pisa antes de afrontarlo. O de cómo lo ideal es ponerle alma y fuerza en cada pedalada, tirar de desarrollo y evitar que la bicicleta, en el baile de golpes, vaya perdiendo velocidad. Eso suele contar.
El cuerpo de espiga de Beñat Intxausti cabría en el hueco que queda entre los adoquines que evoca Horrillo y que el vizcaino descubrió ayer en la inspección del Movistar que comandaba Valverde, el capitán del equipo de Unzue que mientras el resto de favoritos para el Tour se pegan en la montaña de la Volta ha viajado al norte, a Flandes, para disputar hoy la Dwars Door Vlaanderen y el viernes la E3 Harebelke. ¿Qué hacen Valverde e Intxausti en el pavés? Preparar el Tour. La quinta etapa de la carrera francesa acaba en la puerta del Bosque de Arenberg y cruza el Carrefour de l'Arbre, Pont-Thibault, Mons en Pevele, Bersée, Beuvry-la-Foret, Tilloy-lez-Marchiennes, Warlaing, Hornaing y Wallers. Algunos de esos tramos adoquinados recorrieron ayer los chicos del Movistar.
"¡Muy, muy duro!", dijo Intxausti en el primer contacto con las piedras tras el que asimiló la lección de Horrillo sobre mantener la velocidad al mismo tiempo que se preguntaba cómo sería posible conseguirlo.
A Intxausti, que viaja junto a Valverde por la temporada y ambos estarán dentro de semana y media en la Vuelta al País Vasco y en julio en el Tour, le vendrían bien los consejos de alguien como Egoitz García, noveno hace unas semanas en la Het Nieuwsblad, un corredor casi único en el Estado tras la retirada de Flecha y que apuesta firme por las clásicas del pavés enrolado en las filas del Cofidis francés que ayer compartía noche de hotel con el Movistar. El de Atxondo afronta ilusionado y motivado el asalto definitivo a las clásicas en las que debutará al fin, con 28 años, en el Tour de Flandes, su debilidad, dentro de semana y media -el 6 de abril-. También podría Intxausti buscar la ayuda de Markel Irizar, miembro de honor de la guardia del Trek elegida por Fabian Cancellara para tratar de repetir el triplete del año pasado: Harelbeke, Flandes y Roubaix.
Segundo hace unos días en San Remo, Cancellara se reserva para el viernes y no estará hoy en la salida de la Dwars Door Vlaanderen, pero sí estará Juanjo Lobato, sorprendente cuarto en la classicissima del domingo que nunca había disputado e igualmente inexperto sobre el pavés, aunque el chico aprende rápido.