Ambición y pasión
El técnico catalán Jordi Sampietro desgrana las virtudes y defectos del próximo rival del Bilbao Basket
Bilbao
HABLAR de Belgrado es hablar de una de las cunas del baloncesto en Europa. La capital de la actual Serbia y de la antigua Yugoslavia ha alumbrado grandes jugadores y grandes entrenadores que dejaron un legado que sigue siendo un modelo a seguir, ahora que la globalización ha difuminado las fronteras y ha cambiado la manera de entender el deporte. Jordi Sampietro es un entrenador catalán que lleva diez años afincado en la ciudad que recibirá hoy al Bilbao Basket y conoce perfectamente al Estrella Roja, el rival que espera en el Pionir, esa cancha que "no es una olla a presión, es mucho más, es una auténtica locura".
La comunicación se hace difícil en un recinto en el que el equipo rojiblanco se hace fuerte al amparo de una afición ruidosa e incansable. "Por eso, Rafa Pueyo y sus jugadores deberán mantener la cabeza fría y tendrán que tener muy claro lo que hacer, cuándo pedir los tiempos muertos y qué decir en ellos, porque resulta complicado mantener la concentración ante 7.000 u 8.000 aficionados que van a muerte con su equipo", explica Sampietro. La presencia de tres jugadores croatas en el Bilbao Basket (Pilepic, Vrkic y Markota) no va a suponer un problema añadido ya que "esas cuestiones están superadas. Cuando tengan el balón les silbarán algo más y les dirán de todo, pero no pasará de ahí. De hecho, yo he presenciado situaciones más tensas en la Liga Adriática cuando se han enfrentado equipos del mismo país".
Para hacerse una idea de lo que supone el baloncesto en Belgrado, la comparación es muy clara: "Es como tener un Real Madrid-Barcelona en la misma ciudad". El Estrella Roja y el Partizan comparten, además, el Pionir, lo que "genera una rivalidad extrema, es como una guerra, aunque muy beneficiosa para el baloncesto serbio" entre las dos entidades que llevan la bandera del baloncesto balcánico y que también son diferentes en su manera de funcionar. "El Estrella Roja tiene una muy buena estructura de cantera y una idea clara, mientras que el Partizan flaquea en eso. Sin embargo, sus resultados en Europa han sido mejores", comenta Sampietro. Ambos están entre los cuatro primeros de la Liga Adriática y son los únicos equipos de los Balcanes que han disputado la Euroliga. Los partisanos se han colado en el Top 16 de la Euroliga, mientras que la Eurocup ha quedado como consuelo para el Estrella Roja que cuenta con una de sus mejores plantillas de los últimos años. "Para ellos es la última oportunidad de brillar en Europa, aunque para el equipo y la afición la Eurocup puede suponer una motivación menor", matiza el técnico catalán.
"Su proyecto es estar al máximo nivel en las competiciones europeas", pero el equipo de Dejan Radonjic se ha quedado fuera de la Euroliga por culpa de algunas derrotas ajustadas en su cancha "y es que me parece que se equivocaron al trasladar algunos partidos al Kombank Arena", donde caben más de 22.000 espectadores "y la presión hacia el rival es menor si no se llena". "El Estrella Roja está en bastante buena forma, ya que ha competido gran nivel", advierte Sampietro.
estilo por definir Al margen de la mala suerte en esos finales apretados, el conjunto rojiblanco ha acusado "una cierta indefinición en su estilo de juego", producto quizás de la mezcla de jugadores balcánicos con tres estadounidenses. "Creo que aún no tienen una identidad marcada. Cuentan con un equipo bastante joven con el que, en teoría, podrían correr mucho", analiza. Pero la presencia de Boban Marjanovic condiciona todo el esquema ya que "con él en cancha no puedes correr ya que tienes que jugar para él". Además, el técnico catalán añade su impresión de que "juegan mejor cuando solo tienen en pista a dos americanos, no a los tres". La presencia de jugadores de Estados Unidos es ya asumida con naturalidad también en aquella parte de Europa. "No es el primer año ni el último. Todos los clubes saben que si quieren ser competitivos tienen que contar con al menos un par de buenos americanos o de buenos europeos de cualquier país porque con la cantera no les alcanza", comenta Jordi Sampietro.
Su análisis del trío estadounidense del Estrella Roja incide en algunos aspectos a tener en cuenta: "Demarcus Nelson es el base titular y es algo irregular, sobre todo a la hora de decidir. Pero cuando está entonado, dirige el juego muy bien. Charles Jenkins ha sido la sorpresa. Es muy explosivo, muy fuerte y bastante anotador. Y Blake Schilb alterna el tres y el cuatro y el de más clase de los tres porque puede jugar de cara y de espaldas. Pero hay partidos en los que desaparece".
Pero el Estrella Roja tiene otros jugadores que han brillado hasta ahora. Uno de ellos es Luka Mitrovic, "un ala-pívot de 20 años de gran proyección, muy versátil y muy buen pasador", al que una lesión ha sacado temporalmente del equipo después de haber dado un salto importante en su aportación. Y Sampietro destaca también al esloveno de 23 años Jaka Blazic. "Es un portento de la naturaleza, un jugador de mucho talento, al que parece que siempre le faltan cinco metros de cancha a cada lado. Tiene que aprender a regularse porque siempre va un poco revolucionado", explica.
Dentro de la zona, el conjunto de Belgrado cuenta con Marjanovic, que "es un jugador al que deben cuidar mucho por las lesiones, pero absolutamente determinante. Sin él, no podrían estar donde están". Su sustituto es el veterano Rasko Katic, "un jugador tosco y de oficio, que empezó flojo por una lesión en el hombro". En resumen, el Estrella Roja "es un equipo bastante compensado, aunque en busca de su identidad y de progresar en esos pequeños detalles que al final te permiten optar a los títulos". "Es como el Real Madrid y el Barcelona. Uno tiene muy claro a quien juega y otro, no", puntualiza.
vivero de europa Siempre tratando de crear puentes entre el baloncesto serbio y el español, sobre todo en la tarea formativa, a través del proyecto 'Belgrado Basketball', Jordi Sampietro destaca la labor que realiza el Estrella Roja y, en general, el baloncesto balcánico, convertido en un vivero del resto de Europa. "Creo que está en buen momento, aunque los clubes o las selecciones absolutas no ganen títulos. Pero sí lo hacen en las categorías inferiores", señala. Muchos de esos jugadores acaban llegando "a las Ligas más potentes como la ACB, Rusia y Turquía. En la propia ACB había 23 jugadores balcánicos la pasada temporada". Una cosa es que los resultados no acompañen, pero "la producción de jugadores es imparable", como subraya Jordi Sampietro. "La situación económica en la antigua Yugoslavia no es la mejor y por ello muchos jóvenes trabajan muchísimo para poder salir y acabar cobrando lo que por su calidad merecen".