El año del tigre
Irujo acumula presencias en las tres finales oficiales del año con la txapela del Parejas en el bolsillo en un curso genial
gasteiz
Quizás sea por los focos del Manomanista, que todo lo de alrededor se olvida, o queda en cierta penumbra, o quizás sea porque la memoria es tan frágil como una hoja en otoño. Quizás sea por eso por lo que Juan Martínez de Irujo mediáticamente queda cegado por las luces de Aimar Olaizola, un pelotari mágico con el colorado brillándole en el pecho por segundo año consecutivo y el mano a mano en sus vitrina. Pero Juan, un delantero explosivo, acumula un curso de los de quitarse el sombrero. Las esquirlas del 2013 que ya se encuentra en un invierno cerrado, con el retrovisor agotado de tanto correaje, recordarán al de Ibero que ha disputado un año muy bueno, pero jamás equiparable al de 2006. Analiza el técnico de Aspe, Jokin Etxaniz, que fue botillero del pelotari y es uno de sus pilares en las sesiones de entrenamiento, que "cuando me puse a mirar las estadísticas también me llamó la atención". El kilometraje vital de Martínez de Irujo en la cancha conduce a las tres finales oficiales del año: Parejas, Manomanista y Cuatro y Medio y a la txapela del campeonato de dúos. Así como a un verano de enmarcar, con Lekeitio, San Fermín y el Cuatro y Medio navarro en las vitrinas y la final de La Blanca aún repicando. Días de mucho. De hecho, entre torneos y campeonatos, Martínez de Irujo ha llegado, sin contar con el del próximo sábado, a la cuarentena de envites disputados y un porcentaje de triunfos del 72,5 por ciento. Es decir, que gana siete partidos de cada diez. Estelar. Aun así, la sensación tras la victoria de Aimar en el mano a mano, parece eclipsar todo lo que rodea su figura. "Tercer campeonato oficial del año y tercera final. En el mano a mano no ha podido ganar la txapela, en el Parejas sí y ahora en el Cuatro y Medio, a ver qué pasa. La verdad es que parece que Aimar también está muy bien, está siendo un pelotari muy regular, pero si analizamos lo de Juan... Su año ha sido terrible aunque se habla mucho de Aimar. Además, en verano, también ganó torneos", cuenta el de Bergara.
"Hay que reconocer que José Javier Zabaleta jugaba su primer campeonato y lo hizo muy bien", espeta Etxaniz. El zaguero de Etxarren, un tallo con unos brazos como cañones y un nosequé en las venas que le da un nervio a la pelota que parece que la parte, recibió las alabanzas de un Parejas maratoniano para todos los pelotaris. Graduado con honores el zaguero, la presencia de Martínez de Irujo fue fundamental para tal estirón de calidad. Quizás el mejor del campeonato, aunque fuera de foco, la labor del iberoarra fue fundamental en la sala de máquinas. Arquitecto de las partidos, la primera vez que jugó con un pegador Irujo lo bordó. Seleccionó pelotas, ayudó y remató. Si muchas veces se dice que el Cuatro y Medio es de Aimar, el Parejas es de Irujo, mano de obra tallada en oro. Irujo le puso campanillas a la derecha de Zabaleta y completó uno de sus mejores campeonatos: completo, con chispa y con confianza. Juntos jugaron 17 partidos -uno tuvo que salir Julen Retegi porque Juan andaba enfermo- y ganaron catorce y la txapela. Solo sufrieron tres derrotas: ante Berasaluze II-Albisu, dos, y frente a Bengoetxea VI-Beroiz en la liguilla en un partido malo en Eibar en el que los de Asegarce se impusieron por la mínima. "Hubo momentos de apuros de José en los que fue Juan el que le sacó de ellos y de las dudas", reflexiona el entrenador guipuzcoano, que especifica que "Irujo hizo un Parejas buenísimo". Serio y trabajador, el delantero acometía el campeonato con su cuarto debutante. El profesor iberoarra siempre ha tenido un carácter tan didáctico con los zagueros que debutan en la competición y con todos -Martínez de Eulate, Beroiz, Merino II y Zabaleta- ha conseguido buenos réditos: dos txapelas, con Peio y José, y dos billetes a semifinales. Aun así, la disputa de la final, que acabó antes de lo previsto por lesión de Pablo Berasaluze le regaló un cetro dulce y merecido, pero agriado por cómo había sucedido. Se rompió el tendón de Aquiles, el sueño vizcaino y la victoria de los de Aspe. Enmarronó un Parejas de ensueño.
Acabó en vena el torneo y comenzó aún mejor el Manomanista Irujo. Su competición. Juan, un pelotari arrebatado, fue un huracán contra Mikel Beroiz y Oinatz Bengoetxea. En las gradas del Atano III, los expertos clamaban que "así, como ha ganado al de Leitza, es el máximo favorito al triunfo en la final". Y Aimar, a trancas y barrancas. Pero... 22-7 en Bilbao. "Tenía una pared delante y otra detrás", dijo elocuente el iberoarra. Después llegó el verano: eliminó a Aimar Olaizola en el Cuatro y Medio de San Fermín en la final por 19-22 bajo un sofocante calor, ganó el cetro de la feria iruindarra de parejas y de los Sanantolines de Lekeitio con Barriola.
al cuatro y medio lesionado Cuando el año claudicaba, Irujo, con una preparación de varias semanas exclusivas para el Cuatro y Medio, sufrió una fisura en el índice de su mano derecha. Aun así, se coló en la final. Admite Etxaniz que "está siendo un año de los mejores, en cuanto a resultados. De juego está demostrando que está como antes. Algún año que otro ha estado más justo, ha tenido sus problemas, pero no es fácil estar siempre a tope. Este año puede ser increíble". Colosal físicamente, el pero en la jaula reposa en su diestra y le está penando en todos los partidos. Lo pasó mal ante Olaizola II y Xala, pero ante Ezkurdia y Bengoetxea VI solventó papeletas críticas. Uno de los culpables de que la cosa vaya tan bien es que "está bien de manos". Aunque ha pasado momentos mejores y peores. "Siempre te tienen que acompañar las lesiones, Trabajar ha trabajado como otros años. Las manos le han aguantado y eso ayuda mucho. Uno de los problemas que ha tenido, aunque puede haber algunas lesiones que otras, han sido las manos. Esta vez también ha sufrido, no ha sido un camino de rosas, pero trabajar ha trabajado igual y está con la misma ilusión y la mismas ganas. A veces trabajas con ilusión y no vienen los resultados, pero lo cierto es que está siendo un año muy bueno", medita el técnico bergararra, quien apostilla que "con el hecho de estar en la final del Cuatro y Medio es suficiente. No ha terminado el año y ya acumula otra final. Ha estado en las tres oficiales y ha sido genial. En verano ha tenido momentos muy buenos, brillantes".
La mirada de Irujo, fiera siempre que está en la cancha, languidece por el Manomanista. El tigre de Ibero, un terremoto, cayó en su distancia fetiche y eso ha provocado que el colorado sea el que imprima su fuerza de gravedad por encima de todo, que el mundo manista orbite alrededor de Aimar Olaizola. Pero los números y las sensaciones no fallan, no mienten, la realidad es que el pelotari iberoarra está rindiendo a altísimo nivel. "Los dos están muy por encima del resto de pelotaris", finiquita Etxaniz. Martínez de Irujo puede alzarse con la tercera txapela del curso -contando la jaula navarra- el sábado que viene en su torneo más duro.