bilbao. En un recorrido plano como la palma de una mano, recto como una regla, apenas sin curvas, y breve como un disparo, 10 kilómetros que cerraban la Tirreno-Adriático, venció contrarreloj Fabian Cancellara, lo que no es noticia pese a que aplastara a todos -nueves segundos al largo y potente Lars Boom-, algo que suele ocurrir con cierta asiduidad, si no fuera porque fue la primera victoria del suizo en 2011 y con el maillot del Leopard, y porque hasta ahora su paso por la temporada era fantasmal. Asomó Cancellara como si oliera la primavera, las clásicas. Ay la primavera en San Remo, que ya fue suya en 2008; ay la primavera en flandes y en Roubaix, donde no hay motor con más caballaje que el suyo, tan sublime que cree el propio corredor que puede incluso imponerlo en la Lieja-Bastogne-Lieja. Hacia allí corre.
Antes, pasó por San Benedetto del Tronto, por la crono en la que apabulló y en la que Cadel Evans amarró sin complicaciones una enorme y competida Tirreno-Adriático. Por la crono en la que floreció Jonathan Castroviejo, notable octavo a 25 segundos de Cancellara, cerquísima de tipos tan fornidos como Grabsch, Pinotti o Rosseler. Si hubiese sido solo cinco segundos más rápido, el getxotarra habría acabado tercero. "No me puedo quejar, pero me quedo con la sensación de que si hubiese sido un poco más larga y más dura, con algún repecho, habría mejorado el resultado porque he llegado con fuerza", dijo el corredor de Euskaltel-Euskadi, que no se encuentra en un punto óptimo de forma, "aún tengo que mejorar", pero ha cuajado una gran semana -junto a él, Oroz, Txurruka, Aramendia y, sobre todo, Ion Izagirre, han dado una presencia enorme al equipo naranja- coronada con una crono que refuerza su dominio de la especialidad. En 2010, su primer año en Euskaltel, fue segundo en la que abrió el palmarés de Intxausti en Asturias. Y se desenvolvió fenomenal en pruebas Pro Tour de la jerarquía de la Vuelta a Suiza y Eneco Tour.
El resultado eleva a Castroviejo, enjuto y de poco peso, alejado de los 80 kilos de masa de los mastodónticos patricios de la velocidad, que apenas ha entrenado tres veces este año con la cabra -"a partir de ahora es cuando me toca dedicarme más a ello", expone-, disputaba ayer su primera crono del año y no esgrime ninguna razón para explicar su soberbia puesta en escena en esta modalidad. "Se trata", aduce únicamente, "de una cuestión de mentalidad".
Mosquera pide volver Cinco meses después de que le comunicaran el resultado adverso por hidroxietil en un análisis de la Vuelta, Ezequiel Mosquera, rompió ayer su silencio para pedir que el proceso sea archivado. "El hidroxietil no sirve para mejorar el rendimiento y su uso no está prohibido. Tampoco sirve como producto enmascarador de ninguna sustancia dopante", alega.