bilbao. Después de que la UCI le tuviese medio año envarado, desde mayo, porque los valores hematológicos de su pasaporte biológico eran irregulares y, por tanto, indicio de una posible trampa, el Comité Olímpico Italiano declaró el pasado mes de octubre inocente a Franco Pellizotti y lanzó a la hoguera del descrédito a la herramienta que desde su implantación en 2008 ha cambiado la relación del ciclismo con el dopaje. La cosa no quedó ahí. La UCI, disconforme con la exoneración, recurrió al TAS en busca de una sanción ejemplar para el italiano. En busca, también, de un espaldarazo a un sistema que en los últimos años se había convertido en el único nexo de unión del ciclista con la credibilidad. En busca de proteger la integridad de un método por el que más de 800 profesionales en el mundo están controlados 365 días del año gracias al programa ADAMS, un sistema de localización. Un método que había logrado, según la UCI, y después de haber efectuado casi 10.000 controles al año, que el porcentaje de sospechosos descendiese del 11% a poco más del 2%. En busca, igualmente, de justificar un presupuesto que supera los seis millones de euros que sufragan, principalmente, los propios equipos, que aportan 120.000 euros anuales cada uno.
Todo eso avaló ayer el TAS al anunciar la sanción por dos años de Pellizotti por los valores irregulares de su pasaporte. Dos años que cuentan desde el 3 de mayo de 2010, lo que le impide correr el próximo Giro de Italia y frustra su fichaje por el Movistar, uno de los equipos que se había interesado por él y estaba a la espera de que su caso se solucionase. Al italiano se le impone una multa de 115.000 euros y pierde también su segundo puesto en el Giro de 2009 -había sido tercero, pero Di Luca, segundo, dio positivo con CERA-, que será para Carlos Sastre, cuarto entonces sobre la carretera. Basso, quinto, sube al podio casi dos años después. Como Egoi Martínez, ganador ahora de la montaña del Tour de Francia de aquel año que le quitan a Pellizotti.
"Me siento engañado. Sinceramente, esperaba que el TAS no iba a aceptar el recurso y que podría volver a correr", dijo a Ciclismo a Fondo Pellizotti, resignado a desligarse definitivamente del ciclismo. "No puedo hacer nada, pero tengo que seguir adelante, la vida sigue. Lo dejo todo, no quiero saber nada más del ciclismo. Estoy cansado. No quiero volver a ser ciclista, no tengo ganas ni siquiera de ver carreras".
El TAS tampoco ha atendido el recurso de Pietro Caucchioli, el primer ciclista que había acudido a la justicia para deslegitimar el pasaporte biológico como prueba de dopaje después de que fuera suspendido dos años por el Tribunal Antidopaje del CONI el pasado 3 de junio de 2010. Caucchioli fue uno de los cinco primeros ciclistas cuyos nombres hizo públicos la UCI en 2009 por los valores anormales de su pasaporte. Es también, el primero, con Pellizotti, que pierde la batalla ante el TAS en una sentencia que marca un antes y un después, por lo que parece evidente que los casos de Tadej Valjavec y Francesco de Bonis, ambos a la espera de una resolución, seguirán el mismo camino.