Aiko Taldea pone a danzar a la juventud en el Teatro Campos
El colectivo inaugura la iniciativa ‘Gazte eskola’, una escuela para jóvenes gratuita para disfrutar del baile
Desde hace años, Sabin Bikandi (Galdakao, 1965) investiga sobre la música y las danzas tradicionales vascas. Como él mismo ha confesado, aprendió a bailar “como el que aprende a silbar, de una forma natural, en casa, con la ayuda de mi ama”. Esta pasión por la música y por la danza le llevó a doctorarse en etnomusicología y a fundar aproximadamente hace 12 años el grupo Aiko Taldea para volver a tomar las plazas con el baile.
El colectivo de músicos y maestros de danza trabaja la difusión del baile sin el corsé y la rigidez de las academias. Pretenden “sacar a la gente del armario coreográfico” a través de un modelo de enseñanza alternativo. La iniciativa no sólo apuesta por divulgar y compartir la música y las danzas tradicionales, sino también su disfrute.
Además de sus cursos tradicionales, Aiko Taldea ha puesto en marcha una iniciativa pionera: la Gazte Eskola, una escuela de danza tradicional vasca dirigida específicamente a jóvenes que será gratuita. “De balde durante todo el año”, asegura Bikandi. “Queremos que los jóvenes disfruten del baile. Hemos dado un paso adelante, somos una modestísima asociación cultural sin ánimo de lucro y para nosotros es un esfuerzo grande, pero queremos arrancar. Y en principio hemos tocado las puertas de algunas instituciones”, explica Bikandi.
Los martes, a bailar
La nueva propuesta se desarrolla en colaboración con el Teatro Campos Elíseos los martes de octubre a junio y no es necesario experiencia previa. Se han establecido dos grupos, el de iniciación Oinarrizkoa de 18.00 a 19.30 horas, para quienes nunca han bailado antes, con un recorrido desde los primeros pasos de las danzas de romería y los bailes sociales más habituales. Y el de perfeccionamiento o Danza Laborategia (19.30 horas a 21.00), donde se trabajarán estilos de baile, la relación entre música y movimiento y se estudiarán repertorios concretos como la jota de Arratia, la evolución de los jauziak o las erregelak de Durangaldea, entre otros.
“Desde el sector joven del grupo nos comentaban que el que sea gratuito sería un puntazo Y, bueno, como estamos acostumbrados a esto del trabajo militante, pues tiramos para adelante”, asegura Bikandi.
Sabin Bikandi reniega de que la labor de la asociación vaya encaminada a la recuperación de las danzas vascas. “La verdad, eso suena un poco rancio, nosotros no lo vivimos así. Es nuestra música, el baile que hemos bailado siempre y con el que hemos convivido, hemos hecho parrandas, hemos ligado... Ha sido un espacio de socialización muy importante. Siempre suelo decir que si muchos de nosotros estamos aquí, ha sido gracias a que hubo una romería y nuestros aitas se conocieron allí. Nos gustaría compartir esa historia tan bonita con los más jóvenes. Por otra parte, en el aspecto más cultural, étnico, la danza para nosotros es nuestro idioma no verbal”.
Un espacio para pasarlo bien
Bikandi compagina mucho de su tiempo investigando sobre los orígenes de las danzas y la música, una investigación estrechamente ligada a su Máster en Etnomusicología por el londinense Goldsmith College, con la enseñanza de la danza. Sabin Bikandi aprendió a bailar cuando era un crío, en las casas era un aprendizaje normal, un pasatiempos. “Hay que tener en cuenta que mis aitas lo habían mamado de una forma natural. En su época había romerías todos los domingos". Cuando hizo el doctorado se tuvo que poner las pilas y aprender a bailar el repertorio tradicional porque estaba haciendo la tesis sobre Alejandro Aldekoa, un txistulari de Berriz, que también era tamborilero y maestro de danza.
Desde el principio, el colectivo AIKO Taldea destacó por un nuevo estilo a la hora de enseñar, aprender, valorar y disfrutar del baile tradicional. A lo largo de este tiempo, más de 4.000 personas han participado en las actividades puestas en marcha por el grupo, en los centenares de cursos, talleres, romerías y actuaciones que el grupo ha protagonizado por toda Euskal Herria.
“Ojalá demos con la tecla para que las y los jóvenes se den cuenta de que en torno al baile pueden compartir una cultura y un sentimiento de pertenencia a esta cultura euskaldun. Es estupendo poder bailar con gente semejante, incluso si quieres tienes un espacio para pasarlo bien”, asegura Sabin Bikandi.