Este semana está siendo muy intensa para Eneko Sagardoy

Y tanto. El pasado sábado estuve rodando en Sestao Esta soledad, de Javier Giner, he estado en el Zinemaldia para el estreno de la película Karmele, que ha dirigido Asier Altuna, que protagonizo junto a Jone Laspiur y este sábado estaré en el Arriaga de Bilbao con Moto-Membra Jesu Nostri, un concierto religioso compuesto en 1680 producida por el teatro y que después de tres años regresa a los escenarios. He dedicado el verano a descansar, decidí tomar vacaciones y lo he cumplido, pero es verdad que he empezado el curso a tope.

En ‘Moto-Membra Jesu Nostri’ es una producción muy compleja en la que se mezcla teatro, ópera... ¿Ha sido difícil volver a ponerla en escena?

La obra fue todo un acontecimiento para nosotros en 2022, el montaje es espectacular, supone unir el género de ópera y el del teatro, músicos con instrumentos muy concretos para la música barroca, cantantes de ópera, el coro, vengo yo en una moto... Era muy difícil volver a unirnos y hacer esto de nuevo. Pero con la excusa de llevar la obra a Europa y de interpretarla en Eslovenia la semana que viene, nos hizo también motivarnos y se abrió la oportunidad de reponerla en Bilbao. Nos hace además mucha ilusión porque la verdad es que entonces nos quedamos con muchas ganas de repetir.. Creo que es una experiencia única para el público, así nos lo hicieron llegar en 2022 y esperemos que así sea está vez también. Desde luego, desde el escenario es una de las experiencias más alucinantes que yo he vivido. 

Además de estar en el escenario, el texto también es suyo...

Sí, fue mi primer texto teatral, además estrenarlo en el Arriaga para mí supuso una emoción muy grande porque yo he crecido como actor muchísimo en esta casa. Que me dieran la oportunidad y la confianza de estrenar mis textos sobre escena, me hizo mucha ilusión, pero también supuso mucha responsabilidad. Después de superar esa barrera del pudor para interpretar mis propias palabras, es verdad que la satisfacción fue mucho mayor que en cualquier otro caso, hace que todo sea más especial. La obra es una historia de amor entre dos chicos mezclada con cantatas que hacen honor a cada parte del cuerpo de Jesucristo crucificado. Me interesaba que era una relación entre dos chicos con un secreto oculto, que se refiere a a unos abusos sexuales en la infancia. Me parecía que ese abuso y ese trauma era una oportunidad muy sugerente para hablar de lo que es profanar un cuerpo, de cómo la culpa y la vergüenza también invaden un cuerpo tras un episodio así y eso me hacía hablar del cuerpo y de todas las partes del cuerpo de uno mismo y también del ser que amamos.

¿También se va a representar en euskera en Eslovenia?

Está escrita en euskera y castellano y sí, se va a representar en estos dos idiomas con subtítulos, por lo tanto cualquier persona que venga lo va a entender. Ofrecer la obra en la lengua en la que se produce es lo más natural. Para mí es mucho más rico, yo intento ver todo en versión original para intentar percibir cada matiz de la propuesta del actor o del creador.

El montaje de 'Moto-Miembra Jesu Nostri' es espectacular"

Cuente algo de su personaje, Txomin Letamendi, en la película ‘Karmele’. 

Acabamos de presentar la película en el Zinemaldia y ha sido un estreno muy emocionante. Estuvieron los familiares de Letamendi y de Karmele Urresti. Letamendi fue un militante político a favor de la libertad y contra el fascismo y el franquismo en la época de la Guerra civil. Se exilió junto a Karmele a Caracas, se metió de espía para trabajar con la CIA, con el FBI para intentar ayudar al Gobierno Vasco e intentaron dar voz a un pueblo que resistía a una opresión y a una dictadura brutal, a bombardeos y a la prohibición de su lengua. Montaron un grupo llamado Eresoinka con el que fueron al exilio a varios países europeos a gritar que aquí había una cultura propia en caminos de extinción, mediante la música y la danza consiguieron alzar la voz. Ha sido un trabajo de inmersión histórica muy grande.

Txomin Letamendi también era músico, ha comentado que tuvo que aprender a tocar la trompeta para interpretar a este personaje...

Hay como diez minutos de música donde yo toco la trompeta, aprendí de memoria toda esa digitación junto a un maestro que tenía.

En 'Karmele' hay diez minutos de música en la que yo toco la trompeta. Tuve que aprender para esta película"

Actor, escritor, director del cortometraje Betiko gaua...

Yo soy actor, no me atrevo a ponerme más apellidos. Además, es verdad que me sale de una forma natural, he tenido la gran suerte de poder llevar a cabo muchos de los textos que quería más allá de los actorales. Dirigiendo me sentí como pez en el agua, disfruté mucho, tuvimos el último colofón que fue la nominación al Goya. Me ha dejado con ganas de más, igual que la escritura de los textos de esta obra que voy a representar en el Arriaga. No es como algo nuevo, es como algo que venía de antes de ser actor, de cuando yo escribía mis teatros propios para hacérselos a mi abuela y preparaba todo el escenario, todo el atrezzo, todo el vestuario. Ese momento de unión de todas las disciplinas, de tomar todas estas decisiones artísticas, me generaba mucho placer y creo que estoy volviendo ahí. Como actor también participo, intento participar mucho en la concepción de la obra, de la película... 

¿Y sus nuevos proyectos? 

De momento, estoy centradísimo en el trabajo como actor porque me han llegado trabajos que me han interesado mucho y me van a ocupar los próximos meses. Tengo pendientes de estreno Mi querida señorita, de Fernando González Molina y Sacamantecas de David Pérez Sañudo. Y en octubre ya me lanzo a una nueva serie para una plataforma, luego tengo más proyectos, teatro junto a Carolina Ayuste dirigido por Andrés Lima... Y como productor también acabamos de terminar nuestra primera película larga que se llama Agreste. 

Entre tantos rodajes, ¿le queda tiempo para volver a su Durango natal?

Se puede decir que ahora llevo una vida nómada por el trabajo, paso cuatro o cinco meses en Madrid, cada vez estoy más enamorado de esta ciudad, de mi gente de aquí, de mi teatro.Además, me gusta porque estoy a un paso de mis padres e Durango. Tengo la suerte de poder volver siempre cuando quiera a mi casa. Estoy en muy buen momento, disfruto mucho de este momento.