Un LP esculpido en mármol
El quinteto getxoztarra Marban se estrena en la larga duración con ‘Mármol’. Se trata de un álbum conceptual que funciona como un diario de bitácora y suena a pos-punk urgente, melancólico y ochentero
Dicen que la formación getxoztarra Marban, el último fichaje del sello madrileño Subterfuge, exhibe un irrefutable sonido mancuniano. Cuenta la crítica que se inscriben en esa corriente estilística y estética inaugurada por Joy Division y cuyo legado recogieron los Smiths. Sin embargo, el grupo de Javier Heppe (batería), Álex Briegas (guitarras), Álvaro Martínez (sintetizadores), Miguel Flores (bajista) y Guillermo Marban (guitarra y voz) advierte de que las influencias pueden llevar a equívoco. “Son un poco traicioneras, pero algún poso queda”, sugiere Guillermo. Ese sedimento del pospunk británico se asoma en Mármol, el trabajo con el que la formación vizcaina se estrena en la larga duración.
Después de Leviatán (2017) y Magna Moralia (2020), el quinteto propone un LP que funciona como un álbum conceptual y un diario de bitácora musical cargado de una potente simbología propia del mundo clásico. “Cada símbolo tiene su significado y uno de ellos es el mármol, que refleja muy bien la idea del disco”, apostilla el vocalista. Y es que, para Guillermo, esta piedra caliza es sinónimo de pureza y eternidad. Por eso, el dietario musical conduce a quien se aventura en sus pistas por el anhelo de un joven por ser puro y eterno. “Pero, al final, esa persona se da cuenta de que la pureza y la eternidad ni son tan importantes, ni están tan dentro de su corazón”, describe el también letrista del grupo. Así las cosas, este LP esculpido en mármol puede entenderse como una ventana a la particular cosmovisión de Guillermo y los suyos. Una concepción del universo marcada por su contexto, “el de un chaval joven, vizcaino y que quiere mucho a sus amigos y su familia”, y condicionada por la religión. “La cuestión de la fe no es relevante en el disco”, precisa Guillermo, “pero, como diría Gustavo Bueno, es innegable que histórica, social y culturalmente somos católicos”, apunta el cantante y letrista.
La muerte es un concepto omnipresente en el imaginario católico y en Mármol adquiere una dimensión casi protagónica. El propio Guillermo reconoce que se trata de uno de los grandes temas del álbum, ya que posee un componente estético que le resulta atractivo: “La muerte, para mí, tiene mucho que ver con el legado que tú dejas, con esa búsqueda de la pureza”. Y es que los getxoztarras se acercan a la parca desde un lugar que poco tiene que ver con desasosiego. En ocasiones, parece que encuentran en el final del camino algo bello. Así se aprecia en uno de los sencillos del LP, Catafalco. En el tema Guillermo susurra una frase que dice: sería tan bonito morir a la vez. La oración recuerda a otra, formulada por Morrisey, en el tema There’s a light that never goes out de los Smiths. “Dice: to die by your side is a such a heavenly way to die [morir a tu lado es una manera tan celestial de morir]”, recuerda la voz del grupo getxoztarra. Cuenta que, como los de Manchester, ellos también abordan en esta canción el anhelo de un amor tan puro que sea capaz de trascender la muerte.
Si en la lírica las referencias a la formación mancuniana son evidentes, en lo musical la canción se articula con arreglo a los cánones del afertpunk ochentero: la batería y el bajo rompen el silencio. A continuación, una línea de sintetizador y, después, aparecen las guitarras y la voz. El género, de hecho, atraviesa la mayoría de las pistas del LP. Eso sí, en ocasiones, los propios Marban hablan de pop barroco. “Lo decimos a veces de coña por no decir pos-punk, porque ahora parece que todo el mundo hace eso”, bromea Guillermo, quien también afirma que el grupo aspira a la construcción de una sonoridad inequívocamente Marban. Reconoce, eso sí, la influencia (al menos, indirecta) de esas formaciones británicas ochenteras y cierta cercanía con la nueva ola del rock alternativo (por no decir post-punk) del Estado como La Plata o los emergentes Alcalá Norte, cuyo estreno en el Bilbao BBK Live del pasado julio se saldó con abrumador éxito de público. “Nos sentimos muy cercanos a ellos”, apunta Guillermo, “porque, aunque tengamos un sonido british, consumimos muchísima música española, más cercana a nuestra realidad”, agrega un músico que se siente ajeno al circuito musical mainstream.
Proceso creativo
El debut en la larga duración de la formación getxoztarra no ha sido en absoluto sencillo. Han transcurrido cerca de cuatro años hasta la materialización de Mármol, asegura Guillermo. “Empecé a componerlo en 2020. Cuando estábamos confinados en casa, me puse a escribir las canciones”, dice. Es en ese momento cuando el vocalista comienza a experimentar con el ordenador, aparcando de esta manera la guitarra acústica. Además, en ese momento Marban perdió a su bajista. Fueron momentos de duda, de fragilidad, que tuvieron su punto y final con la llegada de Miguel Flores. Con él empezaron a ensayar las canciones que, posteriormente, juntaron para construir un LP de 42 minutos y 6 segundos de duración.
Si después de todo esto no les queda claro quiénes son los Marban, Guillermo se lo aclara: “Somos cinco amigos a los que les gusta juntarse para hacer música”. Cinco colegas con una carrera espectacular asomándose en el horizonte, añade un servidor.