Cara a cara con Kiko Veneno
Archivo de Creadores publica un libro a raíz de 10 horas de conversaciones de Pablo Gil con el músico andaluz
Ligado a tres de los momentos estelares de la canción popular en castellano, del himno Volando voy, popularizado por Camarón, a los discos Veneno (1977) y Échate un cantecito (1992), Kiko Veneno es el protagonista del nuevo libro de Archivo de Creadores, Diez horas con Kiko Veneno, una serie que recoge el testimonio de algunos de los grandes nombres de la cultura estatal en primera persona.
En esta larga conversación con el periodista y crítico musical Pablo Gil, Kiko Veneno repasa en 120 páginas su trayectoria, sus momentos gloriosos y también sus penas, así como la importancia de algunos amigos en su vida, como Santiago Auserón o Raimundo Amador, sus colaboraciones con C. Tangana o Jackson Browne, y las circunstancias que le han llevado a ser, hoy en día, un músico honesto, un lobo bueno, salvaje y rebelde. Y como el libro es el resultado de una larga conversación, damos voz al músico, con alguna licencia a la hora de resumir sus opiniones.
Música
“Me metí por la vía de Hendrix, Miles Davis y Bob Dylan. Pretendía ser un poeta en la estela de Dylan, Lennon o Bob Marley, buscando escribir, hacer pensar, poetizar y darle un misterio tanto a la narración como a la vida misma”.
Humor y drama
“Es la lucha de toda mi vida. Evidentemente, si hubiera que definir la vida con una palabra no sería humor, sino drama. Con algunos ingredientes de surrealismo, siempre he utilizado el humor dentro de una visión cósmica de la vida ¿Que tengo un don para hacer feliz a la gente con mis canciones? A mí eso me ha cambiado la vida. No era consciente de ello”.
El grupo Veneno
“Es muy innovador y tiene más impacto y alcance (que Échate un cantecito), pero el acabado es muy malo. Es comparable a una catedral gótica en la que los arcos están un poco chunchurríos, pero tiene una introspección y una garra musical muy difíciles de conseguir. Entre Raimundo Amador, a quien conocí con 16 años, y yo se produjo una comunicación musical que nos llevó a crear Veneno. De aquel único disco no cobré nada”.
‘Volando voy’
“La escribí en Canarias y estando con Raimundo y Rafael Amador cogí dos acordes y canté las frases famosas. Me vino esa imagen: enamorao de la vida... La canté tal cual es. Tuve la sensación de que era enormemente participativa y que me acompañaría toda la vida. Era una canción de Veneno incluida en una grabación fallida. Camarón hizo después una grabación grandiosa”.
‘Échate un cantecito’
“Seguramente es mi mejor disco, el trabajo de mi vida, como los diez trabajos de Hércules, temas muy directos que salen del corazón. Llegué ahí por pura necesidad, incluida la económica y familiar. Primero, necesitaba vivir de la música y darle una vida más desahogada a mi familia, y segundo, quería asentarme en el mundo de la música como una realidad y entrar por fin en la memoria colectiva. La colaboración con Santiago Auserón fue muy bonita, es un maestro”.
Rebeldía
“Si no eres rebelde no puedes asomarte a mundos oscuros y desconocidos. La considero una virtud, aunque a veces es también un defecto. No se puede ser rebelde permanentemente y consiste en la virtud de nunca creerte, por defecto, lo que te diga una persona subida en un estrado. La persona que quiere ser libre y verdaderamente humana siempre tiene que rebelarse ante esa superioridad de quien te habla desde un púlpito. Y la vinculo con el sentido del arte y la participación social”.
Ideología y música
“En música aprecio tanto la popular como la clásica interpretada por una orquesta. No me da miedo la belleza de cualquier tipo de música. Y mi ideología siempre ha sido muy igualitaria, hemos venido al mundo para vivir y disfrutar, y creo que nadie es más que nadie. Lo más importante es participar, jugar, comunicarse con los demás, el arte. Pero, a la vez, también es importante vivir en una sociedad que te permita alejarte del rebaño. Hay que darle a las personas la libertad para que se desarrollen como individuos”.
Artista popular
“No se trata de lo que yo quiera hacer o no hacer con la música, sino de lo que puedo o no puedo hacer. Si tuviera las cualidades musicales de Paco de Lucía o Miles Davis, seguramente haría su tipo de música. Pero no las tengo. El abanico de tonos, acordes, armonías y melodías que puedo manejar es más pobre y se circunscribe más a lo popular. Por lo tanto, ese es mi oficio. Me define como músico no saber estudiar; nunca lo hice y nunca lo haré”.
Drogas
“Identifico el fondo musical de Hendrix y The Beatles con el LSD. Fue un factor cultural importantísimo porque te abría a mundos de percepciones diferentes, entre las que, obviamente, también estaban las sonoras… Era fácil conseguir tripis (en la segunda mitad de los 70) en Sevilla y había que tomarlos en grupo, puros y en dosis pequeñas. Y el hachís está presente en la portada del disco Veneno en el sentido de la rebeldía y de no creerte la verdad oficial. El cannabis te permite entrar en un estado de vela entre la verdad y la realidad, un estado de nebulosa muy bueno, porque te hace ver que las cosas no son como son. Siempre con la precaución de no engancharte y de no necesitarlo obligatoriamente”.
Haters
“Los odiadores coinciden con los ofendiditos, que, en el fondo, son odiadores a los que todo les parece mal. El problema de los odiadores es que, en realidad, no tienen tiempo suficiente para enterarse de cuál es de verdad el estado de la cuestión sobre la que están opinando. El clima moral en el que vivimos está compuesto por niños grandes, adultos que no quieren envejecer. Sobre todo, no queremos perder nuestros privilegios del primer mundo. Ser buena persona se tiene que aprender desde niño, en la familia”.
España
“Tal y como está el mundo, creo que es un sitio muy favorable (para vivir), aunque el sistema de comunicación está totalmente dominado y sea antidemocrático”.
Referente
“Entablé una amistad muy bonita con Jackson Browne y me llevó de telonero por Estados Unidos. Al terminar una actuación, el gran David Crosby me dio un abrazo y me dijo: tu música tiene alma. Creo que Rosalía es la artista española más importante de las últimas décadas, con una diferencia abismal sobre el resto... La gente joven que me conoce en España es por Los tontos (canción compartida con C. Tangana). Fue una experiencia muy interesante, sobre todo por el hecho de que hay jóvenes con talento que saben utilizar los recursos de la música tradicional vistiéndolos de una forma nueva”.