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Izaro: “Siento emoción y vértigo, había que cerrar el círculo abierto en Bizkaia”

La joven y exitosa cantante euskaldun Izaro cerrará la gira de ‘Cerodenero’ el 31 de mayo de 2025 en el BEC con un gran concierto con una decena de colaboraciones

Izaro: “Siento emoción y vértigo, había que cerrar el círculo abierto en Bizkaia”Oskar M. Bernal

La joven y exitosa cantante euskaldun Izaro Andrés cerrará la gira en Euskadi de presentación de su último disco, cerodenero, que inició en el Palacio Euskalduna con un gran concierto el próximo 31 de mayo de 2025 en el Bizkaia Arena del BEC con invitados como Baiuca y Olatz Salvador, entre otros que se confirmarán próximamente. Las entradas saldrán a la venta este miércoles, día 17, a las 9.00 horas. “Siento emoción y vértigo, pero había que cerrar el círculo en Bizkaia”, explica la vizcaina residente en Donostia en esta charla sin guion con DEIA.

Tras actuar en Texas, Bogotá y Nueva York, anuncia un gran concierto en el BEC. Qué locura, ¿no?

Y emoción. Confieso que da vértigo, pero había que hacer este concierto con cerodenero, que me ha supuesto reubicarme como artista y persona, ir a terapia, poner la vida en el centro y entender las cosas con perspectiva. Su último tema se titula Todas las horas que quedan, y pienso en lo que va a pasar y me causa alivio. Si esta es la vida que tenemos, disfrutemos del viaje. Vamos a intentarlo y, si lo logramos, eso que hemos aprovechado.

¿Esta cita en el BEC es un cierre del círculo?

Sí, se cierra, y creo que es poner un final bueno a las cosas. Sin un final definido, todo se difumina, se pierde y se degrada. Me gusta cerrar puertas, hacer clic y poder visitar siempre esa bola de recuerdo. Por eso, me apetecía dar cierre a al disco y a la gira, pero no sabíamos cómo iban a funcionar ambas.

Esta yendo muy bien.

Sí, el balance es buenísimo. Ahora, este verano, estoy en la cima, en las plazas de los pueblos y algunos festivales. A partir de septiembre, empezaremos a bajar y el final será el BEC, aunque después haremos algún festival internacional y conciertos. Acabaremos haciendo unos 90 recitales del disco antes de tomarme un descanso. Me da pena de que se vaya acabar.

Izaro

Bien sabe que es necesario darse un descanso.

Sí, mira cómo acabé en la gira anterior. Es necesario parar, como dormir. Si no duermes, te mueres. Las cosas acaban para que tengan sentido, y hay que tomarse después un respiro. 

¿Qué recuerdos musicales y personales le vienen de esta gira?

Fue muy potente empezar con tres llenos, el de Euskalduna y dos en el Kursaal. Los anteriores habían sido malos, en pandemia, y poder hacerlo bien y con un disco tan importante, que me ha curado y cuenta tanto de mí… He vuelto curada a los escenarios de los que huía antes, no me apetecía nada cantar. Y ese disco es muy propio, pero lo veo también muy ajeno a mí, muy autónomo. Existe como ente propio, y lo quiero como tal. Además, es también de mucha gente porque le está sirviendo para subir sus montañas y sentirse en un espacio seguro. Así se siente quien va a nuestros conciertos, seguro para cantar o llorar sus problemas y dolores, para soltarlo todo en este mundo hostil. 

Sobre todo para las mujeres.

Han muerto cinco este fin de semana. Es algo que no se toma en serio. Si fuera otra cosa, estaríamos en alerta de guerra. Tengo la imagen épica de Sanfermines, con lo que significa, pero no se puede dejar de vivir por miedo. Salí allí al concierto, hablé de Nagore Laffage y canté Libre… Y vi en las primeras filas a chavalas, señoras y miembros de esos colectivos que tienen dificultades para poder ser lo que son, y es muy bonito sentir que has podido ser parte de quienes generan un espacio seguro. Esa lucha la tengo muy clara, a mi público no se le toca.

“Los colaboradores serán amigos en lo personal y artístico. De momento, son Olatz Salvador y Baiuca”

¿Cómo será el concierto del BEC?

La escenografía será la misma, pero mejorada. Nuestro fans ya nos han visto, lo tengo claro, pero era importante este concierto para que puedan despedir este año importante. Y me gustaría que hubiera espacio para otra gente no fan, para que no lo perdieran. Creo que el concierto merece la pena de ver, y no sé si podré volver a hacer algo así. 

En directo ha crecido mucho, al igual que su sentido del espectáculo.

A mi nivel, sí, es un espectáculo muy ambicioso en escenografía, por ejemplo, con ese iceberg en escena que da todo el sentido al disco, y bailar con él y ofrecer algo teatral le da un plus. 

¿Cómo se siente bailando?

(Risas). Muy bien. Bailar siempre lo he hecho, pero de forma muy descontrolada y eufórica. Entrené con un coreógrafo durante mayo de 2023 y lo pasé genial, a pesar del sudor y las agujetas. El cuerpo bailando es muy sexy, y entenderse con el cuerpo de baile es muy bonito, así como comunicar a través de movimientos físicos. Es como un nirvana que disfruto muchísimo. Además, el público se vuelve loco.

Otro plus serán los artistas que colaborarán en el concierto ¿no?

Serán amigos en lo personal y artístico, y de momento se conocen dos. La primera es Olatz Salvador, una amiga íntima con la que he compartido pocas veces escenario. Ella sabe lo importante que es este disco para mí, ya que estuvo en mis épocas malas y oyó las canciones antes de tener el disco, así que es consciente de lo importante del concierto de fin de gira. Ya tenemos elegida la canción a compartir, y será muy guay. 

Y estará también Baiuca, capaz de llevar la muñeira a la ‘rave’.

Sí, coincidí con él en el BIME Bogotá, es un gran artista, una persona majísima y teníamos pendiente hacer algo juntos desde hace tiempo.

Ya llenó Anoeta, ¿este fin de gira tenía que ser en Bizkaia?

Sí, es como otro hito, otro saltito, aunque sigo viviendo en Donostia. ¿Me van a mirar mal allí? Bueno, la siguiente iré allí otra vez (risas). No sé si el BEC se va a llenar, pero me apetece celebrarlo a lo grande, que nadie se quede sin verlo. Juro que será solo un concierto. 

“Estamos valorando grabar el concierto. Soy muy nostálgica, y me haría ilusión tenerlo cuando sea vieja”

Ya no se venden discos, pero ¿no sería bonito grabarlo poder verlo y oírlo a posteriori?

Lo estamos pensando y valorando porque sé que gran parte de mi público es mayor y usa aún formato físico. Yo soy muy nostálgica y me gusta grabar lo que hago. Acabo de hacerlo con unas cosas que serán una sorpresa porque me hace mucha ilusión tenerlo para cuando sea vieja. Será… ufff. Y cuando veamos Garazi y yo las fotos… me emociona muchísimo.

Me dicen que tiene ya un montón de planes para el futuro.

Sí (risas), me dice Sergio Cruzado (su mánager), que pare, que poco a poco. Y creo que en el futuro seguiré esa senda de cerodenero, ya que la electrónica ha entrado y estoy a gusto con ella, sin renunciar a la canción de autor y el pop. ¡Soy muy pop! Tengo ya la idea, sé qué es lo siguiente y el método. 

Falta concretarlo, quizás.

Es que compongo de forma vomitiva, fisiológica, sin demasiado control. Dejo que pase, que salga. Así surgió cerodenero, pero el siguiente quiero que sea más meditado. Al menos, que pueda controlar yo más a la canción que ella a mí. Antes funcionó porque tenía mucha rabia que sacar y dejé al cuerpo supurar. Ahora, que ya no estoy ahí, quiero cincelar el mármol, dejar que salga. Me gustaría que no me dicte de qué quiero hablar, sino poner yo el tema y ver qué sale. Si no lo logro, volveré a vomitar (risas). Mi intención es componer con serenidad, a ver si funciona. 

¿Cómo se ve, como persona y artista desde su debut?

¡Ufff! Es curioso, pero lo malo y lo bueno son la misma cosa, todo sirve. Tengo muchas más tablas, seguridad y confianza, así que ahora puedo sacar lo que ya tenía entonces pero no salía. Es fuerte, pero se aprende en vivo y en directo, el escenario es algo muy vulnerable. Se aprende cuando la cagas. Ahora, entro en el escenario y pum, me activa como una pócima. Y me da confianza aunque, a la vez, soy más desconfiada porque antes era una chica muy ingenua y cero mal pensada. Si hubiera pensado lo que tenía por delante igual no lo habría hecho. Aquella Izaro fue muy valiente, la actual tiene más sensación de miedo y es más cauta, pero en el escenario soy totalmente libre.