No hay que cerrar las compuertas al desasosiego. Es necesario que todas las emociones, desde la más brillante de las alegrías hasta la más lúgubre de las tristezas, tengan su espacio porque cada una tiene su función. “Pero hay que aprender a reconocerlas para poder convivir con ellas”, precisa la actriz y profesora Ainhoa Abaunz. La guipuzcoana es uno de los seis pilares que sostienen el proyecto pedagógico-musical CantaJuego, que recala mañana en el bilbaino Teatro Campos para ofrecer dos funciones (a las 12.00 y a las 17.00 horas) de su último espectáculo, Burbujas. En este, el reparto pretende sumergir a las criaturas de hasta seis años en el mundo de las emociones para transmitirles un mensaje: la gestión emocional es el ingrediente más importante para comerse el mundo a cucharadas. 

Son Coco, Pepe, Buby y el Pajarito, “los icónicos personajes de CantaJuego”, quienes lanzan este mensaje a los y las niñas. Prometen un viaje “lleno de risas, humor y cariño” en el que “el simple pero mágico momento de hacer burbujas se convierte en una fuente de desorden y diversión”. Eso sí, cada uno quiere hacer las pompas a su manera, hecho que les lleva a explorar la importancia de reconocer y gestionar sus emociones. “Cuando tenemos ese conflicto, porque cada uno en su aventura predomina una moción, lo que vemos es que para que esa moción también florezca es necesario aprender de las otras emociones”, detalla Abaunz. 

“Cuando aprendamos de las otras emociones es cuando realmente tendremos la plenitud”

Ainhoa Abaunz - Actriz y docente

Así, según la intérprete y docente, para que florezca la alegría es necesario aprender a gestionar la rabia. De la misma manera, el miedo “nos ayuda a sobrevivir”, advierte de que existe un peligro y enseña nociones de seguridad, de acuerdo con la guipuzcoana. “Cuando aprendamos de las otras emociones es cuando realmente tendremos la plenitud”, sentencia. “Al final, vamos a saber gestionar las diferentes circunstancias que nos suceden”, añade. En ese mismo orden de ideas, advierte de que la vida no es plana, hay subibajas que saber sortear para lograr un equilibrio, para alcanzar el bienestar.

Así, CantaJuego sostiene que uno no puede ir con el freno de mano por la vida. Tiene que dar espacio a todos los sentimientos y propone comenzar a trabajar esa manera de habitar el mundo desde la infancia. Por eso, de acuerdo con Abaunz, cuando a una criatura le invade la tristeza no hay que fiscalizar esa emoción, sino ayudarle a entender esa pena dotándole de las herramientas necesarias para ello. “Se trata de tolerar cada emoción, cada y diferencia. Cada niño es diferente y especial”, asiente.

De aniversario, 20 años sobre los escenarios

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En otro orden de cosas, CantaJuego cumple dos décadas sobre los escenarios. El sexteto comenzó a coger cuerpo en 2004, cuando su director artístico, a quien el equipo llama cariñosamente Pedro Artístico, impulsó un proyecto pedagógico y musical en varias guarderías para educar en valores a los y las niñas e incentivar su psicomotricidad. Según Ainhoa Abaunz, otro de los objetivos de la iniciativa era que “los papás y los niños tuvieran un espacio y un tiempo para dedicarse mutuamente”. Jugar y aprender, juntos. “Poco a poco fue creciendo y se dio el salto. Comenzamos a dar conciertos tan exitosos que nos permitieron hacer giras, tanto nacionales como internacionales”, explica Ainhoa Abaunz. 

El éxito no ha desviado ni un ápice el rumbo que tomó el sexteto en sus inicios. La artista de Gipuzkoa asegura que su prioridad continúa siendo contribuir a que sus particulares fans crezcan de manera saludable. Eso sí, aunque el rumbo esté fijado en ese destino, el barco en el que navegan ha sido modificado en consonancia con el devenir de los tiempos. “Utilizamos pantallas y tablets en nuestro espectáculo. O sea, todo eso es bienvenido, aparte que nos parece una manera súper bonita de estar en contacto con nuestro público y de compartir nuestro contenido”, detalla Abaunz. Sin embargo, apostilla que la digitalización no se ha producido en detrimento de la metodología tradicional de aprendizaje. “Burbujas [su nuevo espectáculo, que se lleva a escena mañana en el Campos] también da valor a los libros, su valor está muy presente”, señala.