Este año se cumplen diez años desde que publicó su primer álbum, este año publica el quinto, compuesto y grabado durante su última gira que dará hoy los últimos coletazos en el Bilbao Arena a las 21.00 horas, con un concierto, en el que colabora DEIA, en el que los bilbainos verán a “una persona ilusionadísima”.

En diciembre sale su esperado nuevo álbum, el quinto. ¿Se siente más seguro que con los primeros o siempre está esa sensación de salto al vacío antes de publicar?

Las sensaciones son tan cambiantes que creo que se metamorfosean, es decir, se convierten en otras cosas. La única sensación que se mantiene intacta es la del vértigo.

Este nuevo disco lo ha compuesto y grabado mientras estaba de gira. Habrá sido agotador.

Es verdad que te quita horas de descansar, de tener un ratito para ti viendo una serie. Sin embargo, es un privilegio poder imprimirle a una voz, que es lo que más riesgo tiene para los que hacemos música. Poder llegar de un concierto el domingo y ponerme el estudio y seguir teniendo la arena y la fuerza de la rotura de un escenario es algo que no cambiaría por nada del mundo.

Las plataformas de streaming nos han acostumbrado a que antes de publicarse un disco prácticamente lo conozcamos al completo por la cantidad de singles publicados. Sin embargo, los sencillos de su nuevo disco han llegado a nosotros de una manera más espaciada en el tiempo; los hemos saboreado más. ¿Era lo que buscaba?

Te voy a confesar, sin ningún tipo de problema, que todo viene desde ese intento de equilibrar mi forma de hacer música, de escribir y mi ritmo con la exigencia, entre comillas, de la industria. Todos los artistas nuevos cada dos semanas sacan algo, hacen colaboraciones, pero yo sigo en la misma línea que hace diez años. Para mí es un parto casi; es, en cierta manera, masoquista escribir. Esta forma mía de sacar los singles antes del disco es una especie de acercamiento de posturas entre lo que se supone que te pide ahora mismo el mercado y mi forma de ser. Si por mi fuera, a lo mejor, casi en vez de tres, capaz que hubiera sacado uno, pero también hay que entender que el mundo va muy rápido. Sin embargo, lo que no me vas a ver es sacar un single cada semana porque bajo mi punto de vista, con tanto single, hay riesgo de que el mismo sabor del artista se pierda.

Los singles son muy diferentes entre sí. Desde la intimidad que nos transmite en ‘Abril sin anestesia’ a los nuevos sonidos que encontramos en ‘Quasi’. ¿Cómo definiría su nuevo disco?

Esta pregunta sí que es difícil. Y lo que te rondaré morena, como dice la expresión. Todavía queda mucho por ver. El cuarto single que viene no tiene nada que ver con los otros tres. El disco lo describo como impulsivo quizás, como una colección de retratos de momentos.

Le da mucha importancia a su puesta en escena en los conciertos. Tiene un cariño especial a los directos. ¿Qué se va a encontrar hoy el público bilbaino?

Bilbao se va a encontrar hoy una persona ilusionadísima. La gente de mi entorno de toda la vida sabe que es un cita muy importante porque para mí, cuando era pequeño, Bilbao me parecía algo muy lejano, algo fascinante. De hecho hoy vienen amigos y familia. El público va a ver un niño emocionado. Va a ser emocionante.

No es la primera vez que toca en Bilbao, ¿le ha dado tiempo a conocer la ciudad o la frenética vida de las giras se lo pone complicado?

He estado como unas siete veces en Bilbao y nunca había tenido la oportunidad de ver la ciudad. La veía desde la furgoneta, pero hace unos meses hice una especie de venganza y fui a Bilbao aposta para saborearla y pude estar allí casi como si fuera un turista. Ha sido este verano y ahora sí puedo decir que la conozco y que me he permitido el lujazo de pasear por Bilbao. Acabé enamorado.