Estuvo nominado a los Premios Goya hace ya dos décadas, pero a David Serrano de la Peña (Madrid, 1975) nada le hace más ilusión que dirigir un musical. Este género es, para él, “el espectáculo total”, el más completo y del que obtiene más satisfacción a nivel profesional. Ha estado al frente de varios como Matilda, Mamma Mía o Billy Elliot. El 17 de agosto recalará en Bilbao, en el Palacio Euskalduna, con una adaptación de Grease. Se quedará en la villa hasta el 3 de septiembre, e invita a todos los y las bilbainas a celebrar Aste Nagusia a través de la incombustible historia de amor de Sandy y Danny Zuko. 

Esta es la edición del 50 aniversario del musical. ¿Cuál es la diferencia de las producciones que se han ido creando durante estos años? 

Para mí lo más importante es el elenco, que es muy joven. Por primera vez Grease se está haciendo con actores que tienen la edad de los personajes, no 34 o 36 años. Cuando estrenamos en 2021 tenían 17 o 18, y eso es lo que le da un punto muy original, muy diferente a nuestra propuesta. Sobre todo por la energía que hay en el escenario y porque el humor se ha multiplicado. Ahora todo es mucho más divertido, porque ver a chavales de 20 años hablando de cosas de chavales de 20 años tiene mucha más gracia que cuando lo hacían señores de más de 30. Por otro lado, las coreografías también destacan muchísimo más, porque la fuerza que tiene nuestro elenco no la tiene uno formado por actores que ya tienen 36 o 38 años. Además, la mayoría de los intérpretes que lo conforman están haciendo series o películas como protagonistas. Por ejemplo, Elisa Hipólito es la protagonista de Campeones 2, que se estrena ahora; Quique González es el protagonista de Upa Next, Diego González el de Red Flag… Es un reparto conformado por gente con mucho talento que está copando muchísimas series y películas. En los próximos años lo van a hacer todo. 

¿Y por cuántos actores y actrices está formado este elenco? 

Con los swings, bailarines y demás seremos unos 28 más o menos, sin contar a los músicos. 

¿Quiénes interpretan los papeles protagonistas? y ¿por qué? 

Porque son súper talentosos. Kike González hace de Danny Zuko, Diego Rey hace de Kenickie, Isabel Pera, que es una actriz espectacular, interpreta a Rizzo; Víctor Masán, uno de los grandes actores de teatro musical del momento, hace de Vince Fontaine. Es el único actor mayor de veintipocos años del elenco. A mi juicio, es un reparto de lujo y es el mismo que hemos llevado a Madrid y a Barcelona.

El director madrileño hizo un exhaustivo 'casting' para seleccionar al elenco de este musical Borja Guerrero

"Vimos como a 700 personas para este musical y tenemos a 30. Nos quedamos con lo mejor de lo mejor"

¿Cuáles fueron los criterios a seguir a la hora de seleccionar a estos actores y actrices? 

Para nosotros era muy importante que fueran muy buenos bailarines. Estuvimos formándoles casi dos años para que tuvieran el nivel que el musical exige. Las canciones también son muy exigentes a nivel vocal, sobre todo para Danny Zuko y para Sandy, así que ambos tenían que tener un altísimo nivel. Y también de interpretación, necesitábamos actores totales. Vimos como a 700 personas para este musical y tenemos a 30. Nos quedamos con lo mejor de lo mejor. 

Éste no es el primer musical que dirige. Ha estado detrás de otros espectáculos como Billy Elliot y Mamma Mía, entre muchos otros. ¿Qué es lo que le encandila de este género? 

Para mí el musical es el espectáculo total. Como director es lo que más me gusta hacer, donde mejor me lo paso, porque tengo que afrontar muchísima gente y eso me divierte mucho. 

¿Es, para usted, incluso más gratificante que una nominación a los Goya? 

A mí las nominaciones me dan bastante igual (ríe). Disfruto mucho más el teatro musical que el cine, aunque sigo haciéndolo. En fin, es el lugar que más disfruto, lo tiene todo y creo que para el director es lo más interesante. 

¿Y qué supone, en términos económicos y logísticos, producir un musical de estas características?

Es una inversión muy grande. Cuando estrenas un musical, como mínimo, de dos o tres millones de euros. Mantener un musical en cartel un mes, cuando es pequeño, supone más de un millón de euros. Si hablamos de musicales muy grandes, como Matilda, ya hablamos de un millón doscientos mil euros de gasto al mes. Entonces, son espectáculos muy caros, porque trabajan 70 u 80 personas y pagar todas esas nóminas es mucho dinero.  

Por encima de cualquier otra cosa, perduran las canciones; son el elemento que continúa llevando el musical a lo más alto.

¿Por qué es Grease un espectáculo atemporal?, ¿qué factores contribuyen a que, 50 años después, los espectadores y las espectadoras continúen emocionándose con esta historia? 

Lo principal es que las canciones son maravillosas. La historia es muy sencilla y simple, pero muy divertida y los personajes tienen mucho encanto. Sobre todo los de las chicas, las Pink Ladies son unos personajazos. Pero, por encima de cualquier otra cosa, perduran las canciones; son el elemento que continúa llevando el musical a lo más alto. 

¿Y quizá el hecho de narrar los conflictos de diversa índole a los que los adolescentes se enfrentan tiene algo que ver con este éxito? 

Sí, es una historia que todo el mundo ha sentido alguna vez; todos nos hemos enamorado, a todos nos han tratado mal y hemos intentado recuperar el amor. Habla de cosas que le han pasado a todo el mundo, y tiene un punto muy ‘naif’ y muy inocente que hace que guste mucho entre los chavales. Es muy curioso como Grease va pasando de generación en generación y a los niños de 10 o 12 años les sigue gustando tanto como hace 30 o 40 años.

Las localidades ya están a la venta. ¿Cuántas se han vendido ya?, ¿cuántas esperan vender?

No tengo ni idea, pero ojalá llenar el Euskalduna todos los días. Eso es a lo que uno aspira cuando dirige algo así. Ojalá venga la gente en masa a disfrutar del musical.

¿Considera que el ‘efecto Aste Nagusia’ influirá en el índice de asistencia? 

Sí, siempre que hemos venido con musicales o con obras de teatro en estas fechas la gente viene y disfruta. Son fechas importantes no solo para la ciudad, también para los productores cuando traemos un espectáculo. 

¿Y cómo se siente al saber que este musical será una de las grandes apuestas del Palacio Euskalduna para el periodo festivo? 

Feliz. Es un espacio que me encanta, ya he trabajado ahí y sé que puede caber muchísima gente. Creo, además, que puede ayudar a que se convierta un poco en lo que queremos; que el musical sea una pequeña fiesta para el espectador. Si la gente quiere ponerse a bailar, que lo haga. Nada nos haría más felices que ver a la gente disfrutar.