Para Ana Torrent participar en Cerrar los ojos, de Víctor Erice, ha sido “cerrar un círculo” porque contiene referencias a ese primer largometraje del realizador vasco, El espíritu de la colmena (1973), que la actriz hizo cuando tenía seis años y que “está muy presente” en esta nueva película.

Aún emocionada por la magnífica recepción en la primera proyección del filme en Cannes, Torrent resaltó ayer que Cerrar los ojos, presentada fuera de competición en el festival, homenajea claramente a “ese cine que es diferente” y que ya no se hace, es un ejemplo de la visión que Erice tiene del cine y es toda “una exposición de memoria, de sentimientos, de homenajes...”.

Torrent habla relajada y muy contenta en la terraza del Palacio de Festivales, donde el lunes fue recibida como una estrella ya que los espectadores franceses recuerdan con mucho cariño su trabajo en El espíritu de la colmena y en Cría cuervos (1976), de Carlos Saura. “La verdad es que me ha sorprendido. Yo sabía un poco que en Francia son muy cinéfilos”, asegura la actriz, pero no se esperaba que la recordaran y que incluso los fans le pidieran que firmara “cosas” de las dos películas. “Ha sido muy bonito todo lo que estoy viviendo, todo lo que me ha traído de recuerdos, la experiencia, el estar con Víctor, el que contara conmigo. Es muy bonito todo esto”, afirmó.

Una película que le ha vuelto a reunir con Erice 50 años después de aquel rodaje de El espíritu de la colmena, del que tiene bastantes recuerdos pese a ser muy pequeña.

“Sí que recuerdo el rodaje en ese caserón en Segovia, en un pueblo. Recuerdo los juegos con la otra niña (Isabel Tellería), recuerdo el ambiente, recuerdo a Víctor muy cariñoso siempre, apoyándonos siempre, siempre. Yo me sentí muy querida, muy protegida”.

Ella no pertenecía al mundo del cine y está convencida de que si no la hubieran elegido para esa película, no hubiera sido actriz, una profesión a la que decidió dedicarse conscientemente cuando tenía 18 años.

Experiencia

Y ahora ha vuelto a trabajar con Erice y la experiencia ha sido aún más positiva por la declaración de cariño que el director le ha hecho con su personaje. “Ha sido para mí muy especial, ser parte fundamental de una historia y de una trayectoria de una vida y de un cine”.

En Cerrar los ojos Torrent es Ana, la hija de Julio Arenas (José Coronado), un actor desaparecido 22 años atrás. Y toda la historia está contada desde el punto de vista de Miguel Garay (Manolo Solo), íntimo amigo de Arenas y director de su inacabada última película, con un reparto que completan María León, José María Pou, Petra Martínez o la argentina Soledad Villamil.

Un personaje llamado Ana, dentro del homenaje de Erice, recordando así que la actriz también era Ana en El espíritu de la colmena, nombre que ella misma eligió porque con seis años no tenía muy claras las fronteras entre ficción y realidad.

“Creo que se llamaba Delia, creo recordar. Y yo dije que yo no era Delia, que yo era Ana, que por qué me iban a cambiar el nombre. Fíjate qué curioso esta película que habla tanto del nombre y de los actores y de lo que significan esos nombres y de la identidad”, resalta.

Y junto a ella, Manolo Solo, también sorprendido por la recepción de la película en Cannes en una proyección a la que asistieron cineastas como Hirokazu Kore-eda o Amat Escalante. “No me esperaba una acogida tan cálida. Y me sentí... me emocioné y me superó”, afirma el actor, para quien esta aventura con Erice ha sido maravillosa. Cuando le llamaron para decirle que el papel era suyo, se sobrecogió. Tenía “un respeto máximo” y al principio trabajó “impactado, un poco intimidado con una persona con una personalidad tan fuerte, con una carrera de la talla de la de Erice, que es un personaje que está en el Olimpo del cine, es un mito viviente”.