La donostiarra Judith Jauregui vuelve a la capital bilbaina para su cita anual en el Festival Musika-Música, que arrancó este viernes y que hasta el domingo acogerá más de 70 conciertos de música clásica. La pianista de renombre internacional regresa de su debut en México para volver a participar en este festival, que le ha acompañado desde sus inicios hace más de una década. En esta ocasión, sus piezas tendrán una tónica clásica inspirada en la literatura.

¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con el Festival Musika-Música?

Fue mi primer escenario cuando volví de Alemania. El primer festival en el que tuve la oportunidad de tocar, ya hace 15 años. Mi historia está enlazada con Musika-Música. He participado en casi todas las ediciones, salvo una porque el repertorio no cuadraba mucho, era de música antigua y no me dedico a eso. Pero, el festival tiene una parte muy importante en mi corazón.

¿Cómo se siente al volver para esta edición de 2023?

Con muchas ganas. Además, voy con un repertorio precioso que va sobre la literatura. Mi recital está dedicado al género literario de la poesía y a cómo la poesía ha sido la inspiración de tantas obras como las de Schubert o Schumann.

¿Hay algo especial en el recital de este año?

Lo bonito de este año es que toco Wanderer-Fantasie de Schubert, que fue la que toqué durante mi primera edición en 2008. Y es que esa primera edición se dedicó a él. Dieciseisaños después vuelvo con la Wanderer-Fantasie y me hace mucha ilusión. ¡Todo lo que ha sucedido desde entonces! ¡Anda que no ha llovido, que ha habido viajes, repertorios, alegrías, tristeza y de todo, desde los 22 hasta los 37 años que tengo ahora! Son años en los que la vida se desarrolla a todos los niveles, no solo la actividad profesional, sino a nivel humano. Soy la misma en esencia, pero también otra.

Tomando en cuenta toda su experiencia dentro de la industria musical y como pianista, ¿cuál es el impacto social de un festival como Musika-Música?

Es un festival muy necesario para acercar la música a la gente. Se vive una gran cercanía del público con los artistas, como una verdadera fiesta de la música. Hay veces en que la música clásica es vista como algo lejano y Musika-Música lo que hace es acercarla, tanto al público como a intérpretes. Para los artistas también es un reencuentro con muchos amigos. Nos decimos continuamente que nos veremos en Bilbao. Es una fiesta de la música, la amistad, el arte y el encuentro entre público y artistas. Es la convivencia de todos.

Recientemente estuvo en México, ¿cómo fue el recibimiento?

Fue muy emocionante para mí. México recibió a mis abuelos en el exilio y mi padre nació allí, entonces debutar y pisarlo por primera vez fue un momento increíble. Ha sido un inicio de año intenso. En cinco días estuve tocando en tres conciertos y he hecho varias masterclass. Ha sido fantástico. La orquesta me ha recibido muy bien, hicimos el concierto de Ravel y la recepción del público ha sido muy entusiasta. Tiene un recital romántico e impresionista, que probablemente son de los estilos que más he trabajado en mi carrera y que disfruté un montón. Siempre digo que viajar, conocer otros países y continentes a través de la música y compartir la emoción con la gente es mi mayor privilegio.

¿Es muy distinto tocar fuera a tocar en casa?

Intento estar presente y disfrutar el momento en cada lugar, por eso no te puedo decir un sitio. Pero, creo que la música va de eso. Va de conectar con el momento y el aquí y el ahora. Allá donde voy y con el repertorio que haya es lo que importa ese día y en ese momento. Intento vivirlo con ese significado e ilusión. Por supuesto que en Euskadi, mi tierra, estoy muy agradecida de que siempre se me haya recibido con los brazos abiertos y tengo una relación con los festivales, las salas, las orquestas y el público muy bonita y cercana. Qué hay más bonito que eso, ¿no?

¿Qué puede decir del próximo disco?

Fue con lo que empecé el año. Ya está grabado y ahora está en plena posproducción. Fueron unos días muy intensos con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, una de las piezas que grabé fue Noche de los jardínes de España de Manuel de Falla. Son autores muy apegados a sus raíces, con una identidad cultural y gran amor a sus tierras, que hicieron de ese amor a de donde venían, sus lugares, un mensaje musical internacional.

El disco ha marcado el principio de su 2023…

Lo bonito de este inicio de año es que ha sido un regreso a salas con las que tengo una relación desde hace años y con cuyo público también tengo un cariño muy grande. Por ejemplo, el Auditorio Nacional de Madrid, en el cual estuve hace un par de semanas con la taquilla agotada, el Auditorio de Zaragoza con unas salas fantásticas y también he grabado con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, la cual ha sido parte de mi vida en la música desde que empecé a nivel profesional.

¿Qué otros momentos le han marcado en su carrera como pianista?

Recuerdo ese viaje a Venezuela para tocar con la Orquesta Simón Bolívar, este debut en México, también Colombia, la gira en Japón y en China y otros en España y en Europa. Y, por supuesto, cada vez que voy a mi tierra. No solo a Bilbao, sino cada vez que voy a Donostia, de donde soy, aunque viva en Madrid. l