El Festival Musika-Música, organizado por el Ayuntamiento de Bilbao, acogerá una ópera, por primera vez en sus 22 ediciones, con la producción propia El teléfono. Será el viernes 3 de marzo, en la sala 0E del Palacio Euskalduna, y contará con la dirección escénica de María Goiricelaya y la dirección musical de Iván Martín. Ensemble Galdós, la soprano Ruth Gómez y el barítono Jan Antem interpretarán esta ópera cómica en un acto, con música y libreto en inglés de Gian Carlo Menotti, en la que el autor italo-americano hacía una crítica del abuso del teléfono en las relaciones personales.

Para la actriz, dramaturga y directora María Goiricelaya (Bilbao, 1983) será su primer proyecto lírico, “el cual abordo con mucho respeto y muchísima ilusión. Estoy muy feliz trabajando con el equipo, con Iván Martín, con quien he congeniado a las mil maravillas y también con los solistas con quien he podido hacer ya una primera lectura del libreto”, explica la dramaturga bilbaina, que junto a Ane Pikaza asumió también en 2021 la dirección artística del Festival de Teatro de Olite. 

 Menotti fue un visionario, esta ópera cómica se estrenó en 1947 y cuenta, en clave de parodia, la historia de Lucy y Ben, una pareja de enamorados cuya relación se complica cada minuto por la adicción que ella tiene al teléfono. “Mi reto a la hora de abordar esta historia de amor a tres, entre esta pareja y el teléfono, ha sido acercar este argumento al presente. Es una crítica profunda de la dependencia a la tecnología, en este caso, al móvil. Si Mentotti viera lo que está pasando en la actualidad, que la dependencia del teléfono genera prácticamente patologías, sobre todo entre los más jóvenes, se asustaría. Y es en esa edad en la que yo quería poner el foco de alguna manera para acercar la ópera a la juventud, que es algo todavía que se percibe como un poco lejano, y que además son los que tienen más problemas a la hora de gestionar su uso, cuánto tiempo invierten en jugar con este aparatito, mirar cosas o consultar redes. En un momento como el actual, en el que las tecnologías tienen este papel tan influyente en nuestras vidas y en el que la adicción al móvil es cada vez mayor, he traído el argumento al presente, pero sin tocar la esencia de la ópera y preservando el libreto y la historia principal, llevándola a un espacio contemporáneo”, explica Goiricelaya, que reconoce que la música le enamora: “Como directora teatral la utilizo muchísimo en mis espectáculos porque sabe mover muy bien los corazones. Ojalá esta ópera me abra nuevas oportunidades a este mundo tan mágico”.

Arte transformador

María Goiricelaya concibe las artes escénicas como herramientas de transformación social. Las obras de esta autora, que ha firmado montajes como El patio de mi casa o Altsasu, son de gran calado social. “Tanto a mí como a la Compañía Dramática Errante, que llevo con mi socia Ane Picaza, siempre nos ha preocupado mucho la trascendencia social de lo que estamos contando. No nos sale escribir historias de otro tipo, no quiere decir que no nos interesen, tiene que haber de todo. Pero es verdad que aquello que no nos mueve, no nos sale ponerlo en escena ni escribirlo”, reconoce.

La directora y dramaturga ha hecho el proceso inverso en la ópera El teléfono “porque ya estaba escrita y musicada. Mi trabajo ha sido acercarla a nuestro tiempo, es una forma de poner otro pequeño granito de arena porque yo creo que el arte es transformador y podemos contar cosas muy importantes para cambiar el mundo a través de él”, continúa.

Y contarlo además a través de una voz femenina. “En el mundo del teatro, las mujeres somos sobre el 20% en cuanto a la escritura de textos teatrales y alrededor del 30% en cuanto a la dirección. Y en el mundo de la lírica todavía es más difícil encontrarnos. Cada vez tenemos más presencia, pero desde luego no la suficiente. Siempre está nuestro trabajo, porque somos muy buenas, pero estamos en otros medios que están más invisibilizados o que no llevan la voz cantante de la historia. Creo que también tiene que ver con el sistema económico, todos sabemos que producir ópera implica un gran presupuesto y quizá es otro techo de cristal más que tenemos que romper”.

El caso Nevenka

Una semana después de estrenar El teléfono, viajará a Granada para estrenar Nevenka, un proyecto que dirige esta bilbaina producido por dos productoras independientes: Histrión y Portal 71. La obra se basa en el histórico caso de la exconcejala del PP de Ponferrada, Nevenka Fernández, ganadora del primer juicio por acoso sexual contra un político español en 2001. “Es un caso que conocemos muchas personas y recientemente ha sonado también mucho por el documental de Netflix que ha dirigido Ana Pastor. Me encargaron la dramaturgia y dirección del espectáculo y lo estreno después de la ópera de Menotti en el Teatro Alhambra. Este año está siendo muy bonito, con muchos retos”, confiesa.

Goiricelaya trabaja también en su segunda edición del Festival de Olite, junto a Ane Pikaza, una edición que se celebrará en la localidad navarra entre el 15 y 31 de julio cuya programación apuesta por los nuevos lenguajes escénicos y por las dramaturgias contemporáneas, sin olvidarse de la participación, la inclusividad y la sostenibilidad de las compañías de teatro. “Vamos a seguir haciendo un festival paritario, por supuesto, habrá más creación dirigida por mujeres porque eso es un compromiso que para nosotras es ineludible”. l