Sentir que lo bueno es maravilloso y que lo malo es terrorífico. A esa hipersensibilidad llega una persona con trastorno límite de personalidad según Borderland-maldita cabeza, una ópera contemporánea que pretende sensibilizar sobre la importancia de la salud mental. Borderland-maldita cabezaDirigida por Marta Eguilior, la soprano Ruth González será la encargada de encarnar a la protagonista, Elle, que se sitúa en un lugar en el que puede narrar, sin tabús ni estigmas, cómo se siente. Al contrario de lo que pueda parecer, la obra no se regocija en los momentos desgarradores, sino que deja paso al humor. La primera ópera producida por la Sala BBK podrá verse desde el viernes hasta el domingo en la propia sala.

“La gente tiene la idea de que las óperas son en italiano o francés, pero esta es mucho más cercana, es una ópera de cámara en castellano”, ha aclarado durante la presentación Marta Eguilior. “En hora y media narra la vida y los sentimientos de Elle, que pasa por diferentes estadios: dolor, vacío, soledad y miedo”, ha detallado la directora, quien ha afirmado que son esas cuatro emociones las que “empujan” el sentir de la protagonista. “No es que ella esté en los límites de la cordura y la locura, es que no tiene límites ni para lo bueno ni para lo malo”, ha matizado sobre la protagonista, que encarna el límite de la salud mental que C. Hughes nombró como borderland “Tenemos que normalizar el dolor y los trastornos de personalidad”, ha reivindicado Eguilior, quien ha detallado que, en ese sentido, hay visos de sarcasmo en la obra.

Para Ruth González, habituada a participar en el panorama lírico desde diferentes lugares, “la creación contemporánea tiene que responsabilizarse de la contemporaneidad y hablar de las cosas que suceden desde herramientas asequibles, modernas”. A su juicio, ahí reside el valor de Borderland. “El tema está tratado desde diferentes ángulos lo suficientemente globales como para que quien venga a verlo empatice e incluso se sienta cerca de la persona diagnosticada”, ha considerado la soprano. En cuanto a la música, la ha descrito como “cercana”, con líneas melódicas. “Hay algunos números más líricos y otros que se acercan más al músical, lo que la hace muy dinámica”, ha indicado.

Con música de Igor Escudero, Carlos Calvo estará al piano e Irene Celestino tocará el violonchelo. Al hablar de la contemporaneidad, Marta Egulior ha revelado que han incluido una canción que no es propia. “Cuando me puse a escribir el libreto no se me ocurrió mejor idea que contar con una canción de Rigoberta Bandini”, ha expuesto. Tras contactar con la cantante barcelonesa, a la que mandaron una grabación, recibieron su visto bueno. “También lo hizo Mozart en Don Giovanni”, ha justificado la directora sobre el hecho de incluir canciones que no son originales en su obra.

SALUD MENTAL Y PANDEMIA

“A veces me pregunto cuando voy caminando por la calle y miro a toda esta gente que me rodea, cuántos al igual que yo, ya no quieren estar aquí. Cuántos, al igual que yo, no quieren vivir. Me pregunto si también les pesa a veces la vida, pero paradójicamente luego me da miedo morir”. Esta es una de las frases que Elle ?pronunciará a lo largo de la obra en la que se vislumbra su profundo malestar. Según ha exteriorizado Gorka Martínez, director general de BBK, la institución que representa siempre ha estado “preocupada” por la salud mental. “Es una temática difícil a la que tenemos que responder”, ha aseverado Martínez, quien considera que la obra, la segunda producción propia de BBK tras la obra de teatro Yerma, “además de sensibilizar a cerca de un problema real, merece la pena desde el punto de vista artístico”. El objetivo de esta ópera es poder realizar una gira. “Estamos en plena campaña”, ha indicado Eguilior al respecto.

Aunque BBK encargó la ópera a Marta Eguilior hace más de un año no fue una consecuencia directa de la crisis sanitaria. “No ha nacido por ello, pero viene de la mano”, ha admitido la directora. De hecho, Gorka Martínez ha expuesto que “antes de que llegara la pandemia las enfermedades mentales estaban muy estigmatizadas”. En ese sentido, ha considerado que el coronavirus ha permitido que la salud mental no se vea como algo “blanco o negro”, sino que hay muchos grises con los que cualquier persona se puede sentir identificada en ciertos momentos de su vida.