Barbudos, amantes de los escenarios y enamorados del folk, el rock sureño y el bluegrass, el grupo alavés Moonshine Wagon acaba de presentar su cuarto disco en Bilbao. Self- destruction (Baga Biga) es un álbum cargado de crítica social, en el que ofrecen una canción en euskera y sendas versiones de Sorotan Bele y Backstreet Boys. “Cada canción tiene sus matices”, indica el cuarteto, que asegura que “no se valora la creación artística”.

Moonshine Wagon, banda de heavy-bluegrass formada en otoño de 2013 en Vitoria-Gasteiz y que ha ofrecido ya más de un millar de conciertos en Europa y parte de América, se dio a conocer con Folk you!, álbum al que siguieron Porca miseria y Straight from the mud. Banda autogestionada, la Wagon, que basa su poder en los directos y la combinación de instrumentos acústicos como el violín, la mandolina, el banjo, la guitarra y el contrabajo, acaba de publicar Self-destruction.

Su cuarto disco, grabado con Pedro Monje en los Chromatic Studios de Asua, sigue su línea estilística, ya consolidada. “Cada canción tiene matices diferentes en su mezcla de estilos como el bluegrass, el rock sureño, el metal y la música folk de varias procedencias”, explicó el cuarteto en su presentación, en Bira Kulturgintza, Lo integran Goiatz Dutto (violín, mandolina y voz); Lander Lourido (guitarra y voz); David ‘Dagda’ Sánchez (banjo, violín, bouzouki y voz) y Víctor Gabriel Martín (contrabajo).

Su disco actual incluye dos canciones en euskera, Janari azkarra, y una versión de Mariñelaren zai, una amorosa canción escocesa que adaptó en su día Sorotan Bele, banda a la que “hemos querido rendir un homenaje”. El tema cuenta con la voz y la guitarra del vocalista del disuelto grupo euskaldun, Gorka Sarriegi. Además, Self - destruction incorpora una versión de I want it that way, de los Backstreet Boys.La llevamos a nuestro terreno y es un regalo para nuestros seguidores”, aclaran.

Carga social

El cuarto disco de la Wagon ofrece un marcado carácter conceptual y social. Janari azkarra incluye la crítica más potente del repertorio a través de la comida rápida como metáfora. “No tenemos tiempo para disfrutar de los contenidos y no se valora la creación artística. Canciones a medias, películas sin terminar y un desprecio a los creadores. El tema es comida, moda, cine, música, mundo laboral, relaciones y todo, en general”, explica el cuarteto. “Cada vez somos más cíborgs y menos humanos”, prosiguen al aludir al tema First world problems, en el que aluden “a las preocupaciones y ansiedades” del Primer Mundo. Como solución proponen en Breathe, canción surgida del “respiro que necesitábamos” con la pandemia, “frenar un poco y hacer balance de lo que realmente nos gusta y necesitamos, y lo que no”.