TRANSMITE pasión al hablar de los trajes tradicionales y engancha con su relato. Amaia Mujika Goñi tuvo en su ama Karmele Goñi -que fue directora del Euskal Museoa- una gran maestra. "Ha sido un referente en mi vida profesional. No solo me puso en el camino del traje tradicional sino que todo lo que sé, lo aprendí de ella", asegura esta mujer a quien muchos grupos de danza le han pedido ayuda para crear sus vestuarios. "Me dio la oportunidad de conocer la indumentaria del pueblo vasco en el siglo XIX y de descubrir otro tipo de telas y ropa", reconoce Mujika Goñi.

De esa sombra materna que impregna su trayectoria también heredó la relación con los grupos de danzas. "Lo aprendí con ella", ratifica mientras pone en valor "la colaboración estrecha y gratificante para mí" que ha mantenido con los grupos. "Ha sido un descubrimiento mutuo de la ropa que se necesitaba para hacer proyectos nuevos, preparar actividades para una efeméride del museo o de los grupos€", detalla Mujika Goñi que a través de su trabajo como responsable de la sección de Etnografía del Euskal Museoa-Museo Vasco ha podido acercarse todavía un poco más a las esencias del traje tradicional.

Estar "constantemente aprendiendo" es uno de los motores de Amaia para quien esa "relación recíproca con los grupos" le enriquece. "Lo que tú no has visto en una prenda, lo ve la otra persona", comenta la experta en el vestuario tradicional. En la actualidad, "gracias a los fondos fotográficos de Eulalia Abaitua, a las colecciones de ropa urbana y tradicional" se ha facilitado el proceso de crear las prendas tal y como eran. "En los años 60 y 70 no existía esa posibilidad", lamenta.

Su contacto con los grupos ha sido muy directo pero si hay unos personajes del folklore tradicional que más le atraen esos son "mis queridos gigantes". "Me he dedicado muchos años a ellos y son unos personajes que forman parte de nuestro devenir pero los personajes que ellos representan solo se transmiten si bailan. Si no hay un dantzari, no hay personaje", ahonda la experta. Y los gigantes toman especial relevancia en Aste Nagusia cuando recorren las calles: "No es solo por el cambio de espacio del Euskal Museoa a las calles, es que gracias a los dantzaris y los músicos permiten que bailen con nosotros y se genere fiesta".Evolución de la ropa

"El traje tradicional no es único. Hay muchos modelos pero siempre tienen una estética, un aspecto que lo define", explica Mujika Goñi. De la misma manera que la sociedad ha ido evolucionando, también lo ha hecho el vestuario. "No es un elemento icónico, que queda quieto. Va evolucionando. El traje tradicional desapareció cuando desapareció el mundo tradicional", argumenta.

La historia del vestuario tradicional surgió "en el siglo XVIII y se extiende por toda Europa. Aquí tiene unas señas de identidad", apunta la responsable de la sección de Etnografía en el Euskal Museoa. Sin embargo, las diferentes casuísticas se reflejaban en las prendas. "Una persona de Ondarroa y otra de Zeanuri no vestían igual. La climatología es distinta, el trabajo que desempeñan también y las necesidades son diversas", resume. Además esas prendas tenían unos códigos concretos. "Describían si esa persona era joven, viuda, trabajaba en la huerta, iba de fiesta...", precisa Mujika Goñi quien destaca que "esos códigos han cambiado" hoy en día pero también son reconocibles: "Sabes perfectamente por cómo va vestida una persona si va a hacer deporte o de fiesta".

Sin embargo, las prendas tradicionales han perdido esa seña de identidad que afloraba a través del vestuario. "Igual tenemos que dar un paso más y buscar elementos que nos identifiquen y que cualquiera que nos vea, diga: Uy, ese es euskaldun", comenta Amaia quien apuesta por "incorporar esos elementos a nuestra manera de vestir, en vez de estar siempre mirando fuera. Hoy en día, las mujeres no llevamos nada en la cabeza e igual deberíamos de incorporar el zapi. Y en el caso de los chicos, la boina. Y si a eso le añadimos las alpargatas, como diría Ane Albisu, de la cabeza a los pies sabrías que es un euskaldun".

De hecho, Cristóbal Balenciaga "hizo un tocado con el zapi, que se colocaba directamente en la cabeza. Las señoras más elegantes de la época lo llevaron". Quizá, a los elementos que crean el traje tradicional les falta contar "con un buen marketing" para que esa seña identitaria sea una realidad en el día a día.

Premios

V. Dantza Tradizionalaren Esker Onak. Reconoce la trayectoria de personas y entidades.

Fecha. 26 de noviembre, en el Museo Guggenheim a las 19.30 horas. La gala se podrá seguir a través de deia.eus.

Premiados. Xabier Irazabal, Amaia Mujika Goñi, Arantza Castañiza, Bizkaiko Gaiteroak, las delegaciones de Euskal Dantzarien Biltzarra, la soka dantza y la ezpata dantza recuperada por Beti Jai Alai, y los grupos Mendi Alde de Santurtzi y Urduri de Otxandio.