La lúcida mente de José Ramón Scheifler, uno de los intelectuales vascos más referenciales, influyentes y prolíficos de la reciente historia de Euskadi, se apagó ayer domingo a los 101 años de edad, dejando a la comunidad vasca huérfana de un ejemplo de entrega a Dios, la enseñanza, la sociedad a la que siempre sirvió y a los valores de dignidad y lucha por la justicia y los derechos humanos.

Jesuita y teólogo vocacional, el Padre Scheifler (Bilbao, 1920-Loiola, 2021) cursó Humanidades y Filosofía y posteriormente se formó en Teología en Oña y Salamanca, así como en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y después se trasladó a Israel, donde llegó a vivir durante un tiempo en un kibutz, de donde probablemente surgió una gran fascinación y admiración por el pueblo judío. Tras hacerse cargo de la cátedra de Sagradas Escrituras de la Facultad de Teología de Oña (Burgos), fue decano del centro, al que logró -no sin esfuerzo- trasladar a Bilbao. La docencia fue su gran vocación. Miles de alumnos han pasado por sus clases, siempre innovadoras, pedagógicas y un punto revolucionarias, en las aulas de la Universidad de Deusto, que ha sido siempre su casa. Es autor de varios libros, como Así nacieron los Evangelios, El misterio del hombre en la Biblia y Dos años de lucha por la paz, una recopilación de sus muchos artículos en DEIA sobre esta temática, a la que siempre prestó especial atención desde la perspectiva ética y de los derechos humanos.

Nacionalista y abertzale consecuente y activo y comprometido con el PNV, ha escrito en este periódico más de 1.200 artículos de análisis y reflexión, muchos de ellos de carácter político, aunque también de temática religiosa, recientemente recopilados en un libro, Reflexiones sobre el cristianismo en el tercer milenio.

Amor a Euskadi

Aunque en los últimos años se había mantenido en cierto modo alejado de la vida pública debido a su avanzada edad y algunos problemas de salud, Scheifler siempre mantuvo un hilo directo con la actualidad de Euskadi, país al que amaba profundamente. Hace tres meses, y tras haber superado un episodio de covid-19siendo centenario y debido a su precaria salud, fue trasladado al centro de la Compañía de Jesús en Loiola, donde murió ayer domingo.

Su fallecimiento causó conmoción entre sus allegados, conocidos y exalumnos. José María Guibert, rector de la Universidad de Deusto, donde vivió prácticamente hasta su muerte, afirmó que tras casi cincuenta años impartiendo docencia curricular y extracurricular, el Padre Scheifler es probablemente un “caso único” en la historia del centro bilbaino, donde también fue decano y secretario general. “Ayudó a muchas y muchos en su fe, al desmontar mitos y al ayudar a profundizar en lo auténtico”, añadió.

“Ha vivido muy agradecido a la Compañía de Jesús porque le permitió realizar sus proyectos. En los últimos años estuvo muy cuidado en la comunidad de los jesuitas de Deusto, donde éramos testigos de sus continuos ‘¡Ay, Jesús!’ o ‘¡Ay, Dios!’, y, a la vez, de sus deseos de ser autónomo y de su visión crítica y racional de la vida. Con cien años todavía se hacía preguntas existenciales sobre Dios, la vida y la muerte y buscaba con pasión nuevas respuestas”, glosaba Guibert. Asimismo, el rector destacó que Scheifler era el jesuita de más edad, el ‘decano’ de los casi mil que hay en la provincia jesuita. “En una de nuestras últimas conversaciones me decía: ‘Mi motivación ha sido siempre ayudar a la gente a vivir mejor”, concluyó el rector.

Vacío Por su parte, Rosa Miren Pagola, exvicerrectora de Deusto y una de las personas más cercanas al padre Scheifler en los últimos años, subrayó el “vacío tan profundo” que deja su muerte. De su amplia trayectoria, destacó “lo mucho que ha aportado a este país, a Euskadi, a su cultura y a su ideario político”, al tiempo que incidió en la coincidencia del momento de su fallecimiento con el Alderdi Eguna.

Pagola remarcó también la “visión recta, independiente y de búsqueda incesante de la justicia” que atesoraba el veterano jesuita, rasgos que eran muy destacados en toda su trayectoria vital. De igual modo, señaló el testimonio que siempre dio Scheifler de su “gran humanidad, rectitud y coherencia, características que siempre le han honrado y de los que ha dejado testimonio, tan importante en los tiempos que corren.”

Desde el punto de vista profesional, tanto en su faceta de profesor como de gestor en la Universidad, la exvicerrectora reafirmo la “minuciosidad y coherencia” con la que siempre trabajó Scheifler, así como que siempre supo mantener “la llama de la humanidad y de la amistad”.

La política

El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, destacó en las redes sociales que Scheifler ha tenido una “vida larga y fecunda, de 101 años, dedicada a los valores humanos y a hacer Euskadi más libre”. “Hace un año celebramos con él su centenario. Siempre nos quedarán sus escritos y reflexiones”, añadió.

El jeltzale Iñaki Anasagasti, que conocía bien al jesuita fallecido, afirmó también que con su muertedesaparece una referencia fundamental de la Compañía de Jesús, de Deusto y de DEIA, junto a su incansable labor intelectual”. Tras resaltar que era autor de más de 123 editoriales y 1.300 artículos publicados en DEIA, lo que era muestra de “su fecunda labor intelectual y pedagógica”, Anasagasti coincidió en que Scheifler falleció “el día de Alderdi Eguna y el dato casi es un símbolo de su estrecha relación con el nacionalismo vasco”.

El funeral por José Ramón Scheifler S.J. se celebra hoy lunes en Loiola.