Miriam Doblas, Mimi, era una joven niña granadina que bailaba por las calles de su pueblo, Huétor Tajar. Se movía y contoneaba, y lo hizo hasta que entró en el reconocido programa Fama Revolution, donde vivió momentos icónicos como la expulsión de una clase al grito de "eres un estorbo, eres un cuadro". Siete años después, participó en el programa Operación Triunfo, donde entró como Mimi, pero salió como Lola Índigo. Un nombre con el que quería desprender fuerza y espiritualidad.Ahora doce discos platino después, visita Bilbao y Gasteiz en el marco de su gira La Niña Tour, donde interpretará sus temas más conocidos como Mujer Bruja o el triple platino y single debut Yo ya no quiero ná de su nuevo disco La Niña.

Es la primera vez que visita Bilbao, ¿qué espera de la villa?

—Bueno, habíamos estado en Barakaldo, pero me hace ilusión porque Bilbao es una ciudad súper bonita y nos vamos a quitar el calor de Madrid. Además Saydi -una de sus bailarinas- es de allí.

¿Qué quieres hacer sentir al público vasco?

—Es un show muy preparado y muy fresco, para la gente es un karaoke. Canta con nosotras y es muy emocionante; se trata de la gente, de su entretenimiento, muy necesario ahora que hay tantas cosas que celebrar y no lo podemos hacer.

Viene para presentar su nuevo álbum 'La Niña', ¿qué pretendía transmitir con él?

—El disco está inspirado en mis años de adolescente. En mi opinión, cuanto más fieles somos a lo que queríamos cuando éramos niños, más cerca estamos de la felicidad. Por eso, la idea era recordar la música que yo escuchaba cuando era una niña, lo que yo hacía y la fantasía de ser una popstar. Está muy bien el mundo purpurina, pero echo de menos mi vida normal. Yo soy muy cercana y me parece muy feo tener que renunciar a eso por miedo a lo que pueda pasar, ¿dónde quedo yo si tengo que dejar de ser así por miedo a exponerme?

¿Diría que ha alcanzado los sueños de aquella adolescente?

—Evidentemente. Soy todo lo que quería ser cuando era niña, por eso cuando todo me supera y me agobio, pienso: "Siempre has querido esto, ¿ahora no lo vas a disfrutar? No seas gilipollas y tira".

Es un álbum cargado de sentimiento. ¿Tiene canciones a la espera de publicar?

—Tengo alguna canción sin publicar y algún proyecto con el disco de La Niña, pero no puedo decírtelo todavía.

Hablando del disco, el single La Niña de la Escuela

—La verdad es que no me entero e intento que me afecte lo menos posible porque creo que es como súper innecesario tener que cumplir unos números. Está muy guay y es una maravilla, pero ayer hicimos recuento de los discos de platino que llevábamos y no tenía ni idea. No llevo la cuenta porque no me importan, los tengo en casa, cualquier día se los llevan y no me entero. Yo disfruto haciendo esto y ya. A mí me llena estar de gira, tiene algo que las reproducciones no tienen, el público.

Antes de hacerse cantante, bailaba, cosa que introduce en sus shows. ¿Qué significa el baile para usted?

—Bailar es la forma humana más natural y más genuina de expresarse. En mi target hay mucha niña y yo creo que es porque se sienten muy atraídas por el movimiento porque aun sin conocerlo te llama la atención. Lo siento como una liberación, algo que me ayuda a ser feliz.

¿Cómo decidió dedicarse también a cantar?

—En China me dieron la oportunidad de cantar en un musical y cuando me cansé mucho de estar allí, pues decidí volver y sabía que quería ser cantante. Aunque ahora viéndolo con perspectiva yo sabía que quería hacer esto desde el principio.

Además de cantante, ha participado en programas como 'Tu cara me suena'. ¿Se ha planteado participar en alguna serie o película?

—Claro que me gustaría. Tengo ganas de seguir aprendiendo y seguir haciendo cosas, creo que es bonito aprender y pensar que te puedes dedicar a más de una cosa.

Bueno, en el cine ya tiene experiencia, recientemente ha doblado al personaje animado Lola Bunny y eso ha despertado la polémica y las críticas de intrusismo.

—Realmente yo no era consciente. Aunque creo que cualquiera que opinó al respecto haría lo mismo que yo cuando le proponen algo así. Me hacía mucha ilusión y era mi sueño por eso me preparé, por supuesto, y en cuanto me lo dijeron llamé a un profesor de doblaje. Después, hicimos una prueba, se mandó la voz a EE.UU. y es cuando me dieron el papel.

¿Cómo se sintió con el aluvión de críticas?

—Me rompió el corazón que me dijeran que le he quitado el trabajo a alguien y yo lo siento, pero es que nunca he intentado eso, al revés. A mí cuando me llaman para ofrecerme un trabajo no me informan sobre esto y me lo dio una productora a la que no le pidieron explicaciones. Tras la polémica me disculpé con el gremio de los dobladores porque sí que es cierto que no soy dobladora, pero cuando recibí la oferta, sentí emoción y no pensé en que pudiese tener una consecuencia tan enrevesada. Así que decidí donar todo el dinero a una asociación con la que yo colaboro, que es una asociación de Granada de trastornos alimenticios. Yo no he venido a quitarle la oportunidad a nadie, llevo tiempo demostrándolo y trato de ser buena persona. Intento utilizar mi fama para algo positivo, para ser un altavoz y dar oportunidades, pero cuando te patinas en algo, todo el mundo está con la antorcha preparada.

¿Cómo ha intentado utilizar su plataforma para dar voz?

—Lo he hecho con grupos de baile, directores de vídeo, fotógrafos, diseñadores... La última fue una fan que hizo un fanart y se la pasé a mi equipo diciéndoles que quería que fuera la portada de La Niña de la Escuela, y así fue, le contactaron, le pagaron y ahora, si no me equivoco, para mi próximo single vamos a hacer lo mismo. Hay gente que sabemos que funciona, pero hay otra mucha que está buscando su oportunidad, yo también la busqué en su día. A mí cuando cumplí 18 años, no me dieron el trabajo de mi vida. Sé lo que vale que una persona te diga: "tú vales."