La reducción de aforo provocada por la pandemia provocará que el inicial concierto previsto por el grupo Gatibu en Euskalduna Jauregia se convierta en nada menos que cuatro sesiones que tendrán lugar hoy y mañana, a las 13.00 y 19.15 horas. La banda euskaldun vizcaina presentará su último disco, Musikak salbatuko gaitu, junto a sus grandes éxitos. “Parar de tocar es morir”, responde en esta entrevista Haimar Arejita, el guitarrista de la banda, que explica que en las sesiones dobles “hay que dosificarse” y que en los actuales recitales sentados “la gente ofrece menos feedback” y “se concentra más en la música”.

Imagino que tienen todo listo ya para el maratón de conciertos de este fin de semana en Bilbao.

—Los ensayos han ido bien y creo que hemos preparado un repertorio chulo para que la gente lo disfrute sentada y formal, mascarillas incluidas. Queremos tocar bien y que la gente disfrute de los conciertos de otra manera, más concentrados en la música y menos en hablar, tomar tragos o bailar, ya que en estos momentos no se puede.

Es una manera muy diferente de vivir los conciertos.

—Está claro, te permite quedarte más con los detalles de la música. La gente se fija más. Yo creo que los de Bilbo serán unos buenos conciertos.

Serán nada menos que cuatro en dos días.

—Sí, es cosa de los aforos, que se ven reducidos al 50%. En principio iban a ser dos conciertos el sábado (por hoy), pero finalmente serán cuatro, con otros dos el domingo (mañana), ambos en sesiones de mañana y tarde. Asistirán unas 600 personas por concierto, aproximadamente.

Se está volviendo normal con la pandemia tocar dos sesiones en un mismo día, como suelen hacer los actores en ocasiones.

—Sí, es difícil, la verdad, además de algo impensable hace un tiempo. Es cierto que hace unos dos años barajamos la posibilidad de hacer recitales para menores en horario de vermú, al mediodía. No nos convenció mucho y lo pospusimos, pero ahora, con el covid-19, se nos ha impuesto de manera forzada. Lo hacemos contentos. A nosotros ya nos vale todo si podemos tocar, donde sea y de cualquier manera.

¿Habrá cambios en lo musical?

—Ninguno. Incorporamos al repertorio todas las canciones del nuevo disco, Musikak salbatuko gaitu, su media docena. Y lo hacemos tal y como suenan en el EP, lo más fieles posibles al guion. El resto serán los grandes éxitos navideños de toda la vida (risas).

¿Resulta obligado dosificarse cuando se hace una sesión doble? Dos en su caso, hoy y mañana.

—Pues sí, lo vivimos el otro día. Tocamos dos pases en Areatza, ambos acústicos, lo que exige todavía más. Es más duro que el formato eléctrico por la desnudez de las canciones y las características de la guitarra acústica. Te obliga a estar más concentrado y recae más peso sobre uno mismo, estar más concentrado. Y también resulta vital calentar antes de tocar porque la mano sufre. Lo de los guitarristas yo lo asocio con los pelotaris y los deportistas profesionales, ya que utilizamos las manos para jugar o tocar. Hay que calentar mucho, estirar y cuidarse para evitar lesiones. Más de una hora seguida tocando, según las condiciones climáticas, puede crearte problemas.

¿Se van acostumbrando a tocar ante gente sentada?

—No sé… Lo sigo viendo extraño, no nos acabamos de acostumbrar. A mí me parece algo muy frío, como si la gente estuviera allí castigada. Es que no puede moverse, está quieta y apenas notas el feedback del público con las mascarillas. Evitan los gestos de la cara y no pueden advertir las sonrisas. Solo nos quedan los aplausos y que la gente se vaya arriba con las canciones míticas. Con esas se calientan, pero es muy duro. Nosotros nos imaginamos que la gente sí lo disfruta y que lo pasa bien, aunque de esa manera.

El disco tuvo un buen recorrido comercial en la última y extrañísima Azoka, ¿verdad?

—La acogida del disco por parte de la gente ha sido buena, es verdad, a pesar de las condiciones precarias actuales. Y en la Azoka vendimos bien en esta extrañísima edición, toda virtual y telemática. Nosotros acabamos contentos por la organización y sus ventas, y por nosotros mismos. Solo esperamos que sea la única virtual y que la recordemos como algo anecdótico en su larga historia.

¿Planes inminentes? ¿Hay alguna idea de grabar algo nuevo o solo seguir con la gira?

—El único plan es tocar y tocar, allá donde sea y donde nos llamen. Y como sea, bien en formato acústico o eléctrico. La intención es no parar de tocar porque hacerlo es morir. Lo que queremos es no enfriar la máquina y por ello seguiremos sin parar actuando en Euskadi. Y si se puede fuera, también. Por ahora no tenemos planificado grabar nada nuevo este año, para el que deseamos que pronto nos podamos ver sin mascarilla bailando y todos con salud.

“Incorporamos al repertorio todas las canciones del nuevo disco; el resto son los éxitos de toda la vida”

“Es difícil dosificarse con sesiones dobles, pero todo nos vale si podemos tocar, donde sea y como sea”