DONOSTIA. El actor Donald Sutherland recibe este jueves 26 de septiembre el Premio Donostia en reconocimiento de su carrera cinematográfica y, aunque se ve incapaz de elegir una película, ha señalado en rueda de prensa que le encantó "trabajar con Fellini", al tiempo que se ha referido al "cambio climático" como uno de los asuntos que le preocupan y sobre el único que quiere dar su opinión.

"Tengo hijos y nietos, y el mundo que les he dejado no es un mundo en el que van a poder vivir. Hablo en serio, la actitud de ONU es una mierda", ha afirmado el actor canadiense en respuesta a una pregunta sobre los refugiados en Europa, sobre lo que se ha limitado a decir que sus "tatarabuelos" fueron refugiados y que es un tema "desesperado".

"¿Sabes que los chinos usan a individuos ahora para polinizar sus flores y manzanos, que lo hacen individualmente porque ya no hay abejas? Si conduces ya no se pegan los mosquitos en el parabrisas y ya no hay pájaros en mi césped. De eso deberíamos hablar", ha dicho.

Sutherland (Nuevo Brunswick, Canadá, 1935) ha recordado que cuando su padre le preguntó qué quería ser, él contestó que quería ser actor, y "no por una influencia externa, sino por una necesidad muy intrínseca". Fue a la universidad, estudió ingeniería y fracasó. "No fui muy bueno", ha admitido el actor.

Tal y como ha indicado el actor, cuando empezó su intención solo fue ser "un actor de teatro", donde trabajó durante ocho años. Después, tuvo la oportunidad de trabajar en el cine y se lo pasó "maravillosamente", según ha recordado. Entonces se rodaba en "celuloide" y ahora, con el sistema digital, no se siente "totalmente ajustado a la situación" y cree que nunca lo estará.

Al igual que ya había contado en anteriores ocasiones, Sutherland ha comentado con la prensa el momento en el que estuvo a punto de morir, durante el rodaje de 'Los violentos de Kelly', dirigida por Brian G. Hutton. Tal y como ha relatado, estuvo en coma a causa de una meningitis bacteriana y tuvo la experiencia de "salir del cuerpo".

"Pero me agarré a la cama y me obligué a seguir viviendo", ha contado el actor, quien anima a hablar con las personas que se encuentran en coma porque "pueden escuchar", tal y como él mismo experimentó cuando el director y el productor de la película hablaban acerca del telegrama que iban a enviar a su mujer para comunicarle que enviarían su cuerpo.

"NO TENGO MUCHO DINERO PARA JUBILARME" "No tengo mucho dinero para jubilarme, tengo muchas bocas a la que alimentar", ha bromeado el cineasta, padre de cinco hijos --entre ellos los actores Kiefer y Rossif Sutherland--. Tal y como ha confesado, su vida es "el trabajo" y esa es su "pasión", porque los personajes a los que ha dado vida le han dado "mucho disfrute, información y libertad" para la vida que "nunca" se habría atrevido a vivir.

El actor canadiense recogerá este viernes el Premio Donostia, que el Festival de San Sebastián le entrega por su "excelencia interpretativa", durante la gala que se celebrará en el Kursaal, antes de la proyección de la película 'The burnt orange heresy', dirigida por Giuseppe Capotondi.

La cinta aborda las posibilidades de inventar la verdad cuando uno tiene el poder, algo que, en palabras del cineasta, "ocurre todos los días y en todas partes, tanto en la política como en el mundo de las finanzas". "Puedes crear una verdad alterna y ese es el pequeño mensaje de esta película", ha dicho.