Bilbao - El bilbaino Diego Martin-Etxebarria se ha convertido en el principal director residente del alemán Teatro de la Ópera de Chemnitz, cargo que ocupará el próximo 31 de agosto en el concierto inaugural de la temporada, dirigiendo a la Robert Schumann Pholharmonie, orquesta residente del Chemnitz.
El nombramiento supone, como el propio Martin-Etxebarria admite a DEIA, “un paso adelante” en su carrera, ya que es uno de los teatros mas prestigiosos de Alemania. Según el bilbaino, todo comenzó con la invitación para dirigir El flautista mágico de Mozart en ese mismo teatro, actuación que salió “realmente bien”, tras lo cual recibió la oferta de ser el principal director residente del prestigioso teatro alemán.
Tras tres años ejerciendo de principal director residente y vicedirector musical general de los Teatros de Ópera de Krefeld y Mönchengladbach, el director bilbaino afrontará en la próxima temporada el reto de asumir el nuevo cargo, ya que será el encargado de dirigir el estreno de Rusalka, en el Teatro de Krefeld; El rapto en el serrallo y El lago de los cisnes, en Chemnitz, así como los debuts con la Orquesta Nacional de España, la Sinfónica Nacional de Colombia y el Teatro de la Zarzuela. “Haré unas producciones en un teatro y otras en otro, y en la temporada 2020-21 estaré exclusivamente en Chemnitz como residente, aunque me mantendré como director invitado en Colombia, España? La temporada que viene será una locura”, asegura el director, que admite que afronta este reto “con muchísima ilusión”, ya que “los directores siempre decimos que nuestra carrera se construye a base de reinvitaciones”. La primera invitación es, según el bilbaino “relativamente fácil”, pero ser invitado por segunda vez significa que “ha gustado y quieren que vuelvas”. Por eso, este nombramiento supone un reconocimiento al trabajo llevado a cabo durante los últimos años en lugares como Mönchengladbach, ya que “te da confianza ver que a la gente le gusta tu trabajo”.
Además, aunque sus mayores éxitos en los últimos años han sido en el extranjero, el bilbaino asegura que “tiene un efecto rebote aquí”. “Las carreras para los artistas nacionales van a remolque de la internacional, siempre he notado que cada vez que mi carrera tiene un impulso a nivel internacional, desde España y Euskadi te llaman más”. Por eso, aunque admite que es natural, incide en que “estaría bien no tener que recibir el sello de fuera para que te llamaran de casa, pero me pasa a mí y nos pasa a todos. A medida que haces carrera en el extranjero, de casa se atreven más a llamarte”. Aún así, en Euskadi ha dirigido “en casi todas partes. La Sinfónica de Bilbao, la Sinfónica de Euskadi, en el Arriaga, Kursaal... Me falta la ABAO, y me gustaría volver al Arriaga, aunque las fechas están todavía por cerrar”, destaca.
Una vida sobre el escenario Tras los últimos nombramientos, Martin-Etxebarria admite que se encuentra en “el mejor momento” de su carrera, dado que tiene su agenda completa “de aquí a tres años”. Por eso, “teniendo en cuenta lo difícil que es el mundo del escenario es ser muy afortunado”. Además, asegura que lo importante es “dar pasitos adelante”, dado que en el mundo de la música, mantenerse al mismo nivel significa “dar pasos hacia atrás”.
Aún habiendo conseguido muchas de las metas que tenía, Diego Martin-Etxebarria sueña a lo grande: “La Filarmónica de Berlín, de Viena, el Metropolitan...”. Aunque “lo que me gustaría es seguir este ritmo de seguir dando pasos adelante. De esta manera las cosas llegan y me encontraré con que dentro de cincuenta años sigo haciendo conciertos, y ese es el gran milagro para un músico: el hecho de pasarse toda una vida viviendo del escenario, que es muy complicado. Por eso, para mí este es el gran sueño, dar pasitos adelante y tener una gran carrera encima del escenario”.