Bilbao - La producción más grande de las dirigidas por Suso Silva recala en la capital vizcaina desde hoy y hasta el domingo. “Un espectáculo totalmente diferente a lo visto hasta ahora”, destacó en la presentación ayer el propio director. Bilbao no se libra del fin del mundo y llega en tres días al Bilbao Arena en forma de espectáculo. La cuarta entrega del Circo de los Horrores nace de la necesidad de crear un montaje donde quede patente el daño que se le está haciendo al planeta y que ese caos medioambiental lo está llevando al borde del colapso. Es una superproducción de 3.500.000 de euros con estética Mad Max, que además de dejar al público sin aliento lanza el mensaje de que nuestro planeta está enfermo y está en nuestra mano cambiar esa situación. Se trata de un montaje de circo nunca visto con un escenario de 38 metros de largo, una espectacular pantalla de alta definición de 200 m2 y 50 artistas en escena bajo la dirección de Silva (Premio Nacional de Circo 2003).

En la gran pantalla se proyectarán diferentes imágenes en las que se plasmarán los graves problemas por los que atraviesa el planeta tierra y las consecuencias que ello conllevarán a la vida. “¿Esto es ficción y en realidad es verdad?”, plantean a lo largo del espectáculo.

En Bilbao Arena se convertirá en un buque encerrado, un espacio reservado solo para un pequeño grupo de supervivientes que han logrado escapar de la destrucción del planeta; fuera, no queda nada. Divididos en clanes, los supervivientes sufren la falta de agua, las enfermedades, el hambre y el implacable sentido de intentar seguir viviendo pese a la destrucción.

En el gran escenario se vislumbra un paisaje desértico, un paraje árido, arenoso, polvoriento... La lluvia ácida quema la tierra y el aire que se respira es venenoso. Variopintos personajes desfilan por el escenario, realizan vertiginosas piruetas, saltan, bailan, cantan, grita, ríen.... y sueñan con volver a recuperar esa tierra que se ha perdido por culpa de todos. - S. Atutxa