Bilbao - Aunque no se muestra demasiado esperanzada de ganar alguno de los Goya, Arantxa Echevarría asegura que está muy satisfecha por las nominaciones de la película que habla sobre “el amor a la diferencia”, filme que aborda la historia de amor entre dos mujeres gitanas.

‘Carmen y Lola’ cuenta con ocho nominaciones. ¿Esperaba tal repercusión y buena acogida?

-La verdad es que no (risas). Es una película independiente, con muy bajo presupuesto que apenas tenía dinero para la promoción, pero el festival de Cannes me puso el foco. Funcionó mucho el “boca oreja”, que es algo que adoro de este país. Y en cuanto a las nominaciones, así como anécdota te cuento que el día de las nominaciones quedamos parte del equipo técnico y artístico e hicimos una porra. Yo pensaba que iban a ser dos, (actor y actriz revelación) y la productora decía que serian cuatro, aunque nosotros pensábamos que estaban locos (risas). Cuando dijeron ocho nos sorprendimos muchísimo, aunque la verdad es que creo que no lograremos ninguno, pero estamos contentos con las nominaciones. Si se queda en eso estaremos muy felices igualmente.

Gitanas, lesbianas? ¿Cree que gracias a tocar esos temas se han roto tabúes?

-Sí, muchos. Se han roto tabúes en muchos sentidos, no solo en lo que respecta al conocimiento de la etnia gitana a través de los ojos de un payo. Muchos payos han dicho “joé, pero si es que tienen los mismos problemas miedos y angustias que nosotros?”. Pero sobre todo he recibido mensajes de gente que se siente diferente. Una chica se ha tatuado el pájaro de la película... se ha convertido en un icono para muchos chicos y chicas adolescentes que están viviendo esa diferencia con muchos miedos.

Cuál es el mensaje que ha querido transmitir en ‘Carmen y Lola’?

-El amor a la diferencia. Es muy interesante no ser un rebaño, ser la cabra loca que va en contra de la manada. La gente diferente es la que cambia la sociedad.

El primer largometraje ha llegado a los 50 años, brindándole la nominación a mejor dirección novel. ¿Cómo ha sido ese camino?

-Ha sido tortuoso. El mundo del cine es complicado tanto para hombres como para mujeres, pero yo creo que también hay un techo de cristal, que es el ser mujer. Las películas son muy caras, y que alguien apueste por ti para hacer una película personal, social, con una temática complicada es muy difícil y encima siendo mujer se complica más. El cine no es más que un reflejo de la sociedad. Las mujeres siguen teniendo poco acceso al poder y en el cine pasa lo mismo.

En la categoría de directores noveles sí que hay mujeres pero en la de dirección no hay ninguna...

-No, y en la categoría de películas estamos de casualidad, no suele ser muy común. El año pasado mejor dirección novel y mejor película fue para una mujer y fue como decir os gusta lo que hacemos pues dadnos una oportunidad. A ver si logramos que el caminito que hemos abierto sea una autopista por la que pasemos todas. Solo pido las mismas oportunidades, no pido un apoyo específico.

¿Cree que el cine es una herramienta que puede hacer reflexionar a los espectadores?

-Sí, yo me considero una privilegiada porque tengo un altavoz. Puedo meter a la gente en un sitio durante una hora y media sin móvil ni distracciones y contarles una historia. Es una herramienta vital. Además, me parece que sería un error no abordar esta temática social que trato.