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“Carmina Burana’ es una obra actual con un ritmo trepidante”

La Fura dels Baus traerá la obra de Carl Orff al Teatro Arriaga del 5 al 9 de diciembre

Bilbao - El espectáculo Carmina Burana llega al Teatro Arriaga para ofrecer seis funciones desde el 5 de diciembre, hasta el día 9. Aunque ofrecer tantas sesiones es una apuesta ambiciosa, Francesc Prat, productor de la obra, se muestra optimista, ya que “en otros sitios donde ha estado ha tenido muy buena acogida”. Además, admite que la elección del grupo teatral La Fura para interpretar el espectáculo ha sido la mejor. “Es difícil que otra obra se pueda fusionar tan bien como Carmina Burana con La Fura dels Baus. No creo que haya otra obra en la que se fusionen tan bien. Yo creo que no existe”.

La rueda de la Fortuna gira;

un hombre es humillado por su caída,

y otro elevado a las alturas.

Todos muy exaltados;

el rey se sienta en la cima,

permítanle evitar la rutina

ya que bajo la rueda leemos

que Hécuba es reina.

Es una de la primeras cantatas del espectáculo, y la Fura dels Baus refleja todos esos elementos en el show que ofrece. Y es que difícilmente alguien lo podía escenificar de esa manera, con la visión que tiene La Fura, ya que el título original de la obra Carmina Burana (canciones seculares para cantantes y coros para ser cantadas con instrumentos e imágenes mágicas) es el punto de partida del espectáculo que La Fura ha creado. El director escénico Carlus Padrissa es quien lo ha hecho. Lo que añade el director, y uno de los fundadores de La Fura dels Baus, “no es nada gratuito, cada elemento está muy bien pensado”, subraya el productor. Es por ello que elementos como la vendimia o las flores y el perfume que pulverizan los artistas cuando llega la primavera, “lo que hacen es describir la obra”, dice Francesc Prat. Cada elemento tiene una explicación plástica, argumenta toda la obra, y le pone un hilo conductor a Carmina Burana, “conexionando los diferentes movimientos” destaca. Además, mantiene elementos míticos del grupo teatral, como es la grúa o el agua, característica que fusiona con la obra de Carl Orff, y hace que “la relación con los espectadores sea más estrecha”.

Las imágenes mágicas se podrían comparar también con la proyección audiovisual que se lleva a cabo durante la hora y cuarto que dura el espectáculo, que el productor define como “de alguna manera es una caja de fuegos artificiales, que está en ebullición durante toda la obra. Las imágenes no cesan en ningún momento”.

Aunque la obra ha recorrido múltiples países, y ciudades de todo el Estado, esta versión que se ofrece en el Teatro Arriaga es una adaptación hecha exclusivamente para teatros, una versión más íntima que como asegura el productor “el teatral es mas próximo, en mi opinión, me gusta más. El de auditorio acaba siendo más distante. El teatro garantiza la proximidad y eso impacta mucho al público”. En total, son 45-50 artistas los que protagonizan el espectáculo, entre los que se encuentran cuatro solistas, una de ellas actriz. “Se ha reducido muchísimo el número, hemos llegado a hacer la producción con casi 200 personas, pero por tema de espacio se ha reducido a ese número”.

Es una obra que recoge 24 versos de la original Carmina Burana, y como recalca Prat, cada uno de ellos no guarda una relación exhaustiva, que haga un viaje entre ellos, en algunos casos son inconexos. “Lo que consigue La Fura es hacer un guión escenificando la obra de principio a final”, por lo tanto construye un hilo conductor que da sentido a toda la obra. “Se parece mucho a los cantos de los hooligans en los campos de fútbol de los campos ingleses, porque este ritmo que sale del corazón de mucha gente cantando es lo que impacta. Es una cantata del pueblo, de la gente, una obra muy actual con un ritmo trepidante”. Así es como describe Francesc Prat el atractivo de esta producción.

60 años después La obra de Carl Orff fue estrenada en el Estado el 22 de enero de 1960, en Bilbao. Ya entonces, como subraya el productor, “al día siguiente se decía que la obra tenia que ser escenificada” y en la obra original se detalla que “será una cantata, con imágenes”. 60 años después, se ha hecho una producción con elementos audiovisuales “supervisada por editores y familiares del autor que han dado el visto bueno”. De esa obra original de 300 poemas precisamente proviene destacar los placeres terrenales, desde una mirada crítica y satírica hacia estamentos sociales y eclesiásticos. Por esa razón, el espectáculo fue vetado cuando se iba a escenificar a las puertas de un monasterio en Cantabria, aunque como subraya el productor, acabó dándoles “más publicidad” y dice entre risas que “a ver si nos vetan en Bilbao también”.