madrid - Ya no les excluyen de la alfombra roja, pero los guionistas siguen siendo el patito feo del cine español. En un encuentro celebrado ayer en la Academia de Cine, los nominados a los Goya de este año defendieron la necesidad de una mayor profesionalización y desvelaron las claves de su trabajo.
“El guion es el auténtico mapa del tesoro, no hay buena película sin un buen guion”, subrayó el bilbaino Pablo Berger, guionista y director de Abracadabra, una de las cuatro finalistas al Goya al mejor guion original, junto con Verano 1993, Handia y la cinta de terror Verónica.
Sin embargo, y aunque poco a poco se van consiguiendo cosas, “el guionista es una figura infravalorada en España”, según Berger, y el espejo, como siempre, es Estados Unidos donde, para empezar, es necesario estar sindicado para poder trabajar y el guionista es una auténtica estrella.
En España, el sindicato ALMA publicó hace unos años una tabla orientativa de tarifas mínimas para tratar de mejorar su remuneración y recibieron una multa del tribunal de Competencia. “Estamos negociando con el Gobierno para intentarlo de nuevo”, señaló a este respecto Alberto Macías, presidente del sindicato.
mujeres Otra tendencia que está cambiando, aunque muy lentamente, es la incorporación de las mujeres. “Hay que insistir en el guion, porque luego repercute en todo lo demás”, destacó Carla Simón, directora y guionista de Verano 1993, que ve señales de cambio. “A mi alrededor tengo más amigas que amigos directores”, dijo.
Alejandro Hernández, nominado al Goya al mejor guion adaptado por El autor, y profesor de escritura cinematográfica, aseguró que en sus clases “las mejores historias las escriben mujeres, pero algo falla en algún momento porque ese manantial se pierde por el camino”.
Para Coral Cruz, finalista en la misma categoría por Incierta gloria, las propias mujeres deben ser “más ambiciosas” y atreverse, por ejemplo, con historias de género, que repercuten más en taquilla.
La cinta de Agustín Villaronga, basada en una novela de Joan Sales, está ambientada en la Guerra Civil pero en realidad, según Cruz, habla de “la no guerra”, ya que cuando el soldado llega al frente dispuesto a matar, se encuentra con que está inactivo. “El tema es la corrupción moral, gente que está viva pero muerta por dentro”, destacó durante el encuentro.
Tanto en formas como en fondo, parece que los clichés del cine español cada vez quedan más lejos. La selección de los académicos confirma que la diversidad y la originalidad han reinado en 2017. “Por primera vez los nominados somos los raritos del cine español”, opinó Berger, “no vamos por autopistas sino por carreteras secundarias”.
‘abracadabra’ La propia Abracadabra es un acto de funambulismo creativo. “Seguir fórmulas es un proceso equivocado, en un guion tiene que haber riesgo”, defiende el ganador del Goya por Blancanieves (2012), que esta vez ha concebido una especie de “muñeca rusa” de géneros, donde caben la comedia, el drama, la fantasía y hasta el musical.
“La clave para mí era la verosimilitud, hacer creíble lo increíble”, afirma Berger que cuenta la historia de una mujer “hipnotizada” por un marido que la maltrata. Los protagonistas de su último filme son Carmen (Maribel Verdú) y Carlos (Antonio de la Torre), quien además parece estar poseído por un espíritu maligno. Durante la película Carmen llevará a cabo una exhaustiva investigación, entre terrorífica y disparatada, para intentar recuperarlo.
Aunque para rareza la de Verónica, que ha conseguido siete candidaturas en total, algo insólito para un filme de terror, que además ha sido uno de los más taquilleros del año. “Teníamos una obsesión en la cabeza: el gótico vallecano”, señaló Paco Plaza, director y coguionista junto a Fernando Navarro. Ambos están convencidos de que el género es “el mejor vehículo para contar historias” y en el caso de Verónica, más allá de los fenómenos sobrenaturales, se trata de la historia de una adolescente que se resiste a crecer. Lo difícil, apunta Navarro, es conseguir el equilibrio entre los ingredientes: terror, drama, pop, personajes.
carla simón, nominada Para Carla Simón, que con su ópera prima sobre cómo una niña afronta la muerte de sus padres logró premio en la Berlinale y en el Festival de Málaga, el mayor reto en la escritura fue “encontrar la emoción” y “entender qué era lo importante”, más difícil aún al tratarse de una película autobiográfica.
Andoni de Carlos, uno de los guionistas de Handia, basada en la historia real del llamado Gigante de Altzo, contó que en origen tenía la idea de hacer una cinta de animación, hasta que se puso en contacto con Jon Garaño, que llevaba tiempo obsesionado con la misma historia y la fábula adquirió un tono más real y oscuro.
En el apartado de las adaptaciones, además de El autor e Incierta gloria, las finalistas son La librería, de Isabel Coixet, rodada en inglés, y La llamada, de Javier Ambrossi y Javier Calvo, un musical para la generación “millenial”.
Si hubiera que buscar un patrón común, los aludidos lo tienen claro: tripas y pasión.