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Zugaza anuncia un plan estratégico en su reencuentro con el Bellas Artes

El nuevo director toma las riendas del museo y avanza novedades en la programación posiblemente para el verano

Zugaza anuncia un plan estratégico en su reencuentro con el Bellas ArtesJosé Mari Martínez

BILBAO. Miguel Zugaza (Durango, 1964) ya está en casa. Ayer, en medio de una gran expectación mediática, el nuevo director del Museo de Bellas Artes de Bilbao mantuvo un breve encuentro con los medios de comunicación en su primer día al frente de la pinacoteca bilbaina, que ya dirigió entre 1996 y 2002. “Estoy muy emocionado. El pasado jueves me despedí de una historia muy bella, en Madrid, en el Prado, y hoy he tenido una sensación como la de despertarme de un sueño y volver al lugar de donde partí hace quince años”, confesó este durangarra, cuya carrera dentro del mundo museográfico ha sido meteórica. Con apenas 30 años, ya era responsable de conservación del Centro de Arte Reina Sofía; con 32, director del Bellas Artes, y con 38 fue fichado por el Gobierno de Aznar para arreglar los problemas de gestión del Prado.

Mientras saludaba a viejos conocidos, Zugaza confesaba ayer que está muy ilusionado con esta nueva etapa, que le ha traído de nuevo a la pinacoteca bilbaina - su baptisterio en el mundo del arte, como él siempre la ha definido- , tras haber pilotado la entrada del Prado hacia el siglo XXI. Y eso es precisamente lo que quiere hacer con el Bellas Artes. Zugaza anunció que el Patronato del museo le ha encargado un Plan de actuación con visión estratégica, que sirva para dirigir el museo hacia el futuro.

“Es necesario una reflexión de lo que se quiere que sea el museo en los próximos años. Para ello, voy a hablar con mi equipo, con la comunidad de artistas y con los miembros de la sociedad civil, entre ellos los 2.500 inscritos en la asociación de amigos. El Bellas Artes es además un museo local que vive en un escenario global y no puede funcionar aislado de otras instituciones relevantes para la ciudad como el Guggenheim, la Sala Rekalde, Azkuna Zentroa, BilbaoArte o, a nivel del País Vasco, museos como Artium o San Telmo. En ese sentido, hay que plantear esta reflexión”, explicó en su primera intervención ya como director entrante del museo bilbaino.

Quince años después

Zugaza regresa quince años después de que abandonara el Bellas Artes de Bilbao para dirigir el Prado. Durante este tiempo pasó parte de la semana en Madrid, donde tenía su trabajo, y parte en Durango, donde tiene a su familia. Pero a Zugaza le gustan los retos. En 2002, le ofrecieron la dirección del Prado y no lo dudó. Ha conseguido mantener la independencia en el desarrollo de su cargo, sobreviviendo a los diferentes ministros de Cultura, tanto del PP como del PSOE. Tampoco dudó cuando le ofrecieron regresar al Bellas Artes de Bilbao. “Siempre he sido consciente de que algún día daría por concluida esta etapa como director del Museo del Prado y volvería a casa”, confesó recientemente.

¿Qué queda de aquel Zugaza que se marchó a Madrid para coger las riendas del Prado? “Soy quince años mayor - bromeó - pero también tengo más experiencia. Espero que la experiencia que he ganado en el Prado me sirva para dirigir este museo”, aseguró.

La maleta de Zugaza está repleta de proyectos ambiciosos y contactos con instituciones internacionales, de los que se beneficiará la pinacoteca, Bizkaia y la cultura vasca. Para Zugaza, “el Bellas Artes es un museo extraordinario por sus colecciones, por su historia y por su vínculo con las instituciones públicas y con la sociedad civil, lo que lo hace modélico. Tiene un gran potencial. Queremos empezar muy pronto a proponer cosas nuevas y antes del verano seguro que surgen oportunidades para novedades dentro del programa del museo. Ahora hay que visitar la exposición que se presenta sobre Renoir. En verano, habrá alguna sorpresa, ya lo iremos anunciando”, resaltó.

Zugaza tuvo también palabras de felicitación y agradecimiento para su antecesor, Javier Viar, que tras quince años de trabajo, se jubila. “Javier ya me ha trasladado sus inquietudes y me ha transmitido sus dos grandes preocupaciones: las limitaciones de presupuesto y de espacio. A todo eso trataremos de dar solución”, señaló el nuevo director.

Las Juntas de Bizkaia y el Patronato ya han aprobado que se estudie la necesidad de una futura ampliación, con la que el Bellas Artes ganaría unos 5.000 metros cuadrados de forma subterránea en su actual emplazamiento en el corazón del Parque de Doña Casilda, pero no hay plazos de ejecución. El museo ha sufrido dos ampliaciones a lo largo de su historia, una en 1970 y otra en 2001, precisamente durante la anterior dirección de Zugaza.

Visitantes

A la pregunta de si uno de los objetivos será aumentar las cifras de asistencia en el Bellas Artes, que el pasado año los 270.000 visitantes, Zugaza explicó que “es un error” juzgar los museos por las audiencias. “Cualquier museo cumple misiones muy relevantes desde el punto de vista de conservación y educación que no son mensurables cuantitativamente. Aunque es cierto que no hay que renunciar a que el museo amplíe su relación con la sociedad, hay que quitarse esa especie de presión en torno a las audiencias”. Para Zugaza, “es un error medir el éxito de un museo por el número de visitantes. Lo he dicho cuando triplicábamos el número de visitas. Puede ser un indicador importante, pero no el principal”.

Sobre la petición que hicieron trece asociaciones y organizaciones profesionales de las artes plásticas del Estado y 437 particulares para revocar el nombramiento de Zugaza y sacar la plaza a concurso público, el nuevo director del Bellas Artes dijo que respeta “muchísimo todas las opiniones. No creo que las criticas eran hacia mí. He participado en muchos procesos de este tipo y nunca se sabe cuál es el mejor procedimiento”, añadió este historiador de arte y museógrafo.

Su anterior etapa al frente del Bellas Artes de Bilbao fue de cambios, en todos los órdenes. Durante su dirección, la pinacoteca fue ampliada, cambió su estructura jurídica y estableció una nueva relación con el ámbito privado; en definitiva, mejoró la capacidad física y operativa de la institución. Ahora, ha vuelto a casa para revitalizarlo.