Getxophoto se une a la aplicación Snapchat
La nueva campaña del festival getxotarra celebra el décimo aniversario del certamen con la temática del paso del tiempo y para ello utilizan Snapchat, la aplicación de móvil en la que lo fugaz es su seña de identidad
EL primero en usar la frase latina Tempus fugit fue Virgilio, poeta romano del siglo I a.C. 2.100 años más tarde, aún seguimos usando esa expresión para hacer referencia al paso del tiempo y su fugacidad. En el décimo aniversario de Getxophoto, el paso del tiempo es la temática de esta edición y para plasmarlo, el festival de fotografía ha decidido unir el poder temporal con la tecnología y la actualidad para promocionar su campaña. El resultado es una cuenta en Snapchat, la aplicación de móvil que tiene lo efímero por bandera. “La idea de hacer una exposición en una plataforma como ésta nos pareció muy interesante para tratar el tema del festival y para demostrar lo rápido que pasan los momentos”, apunta Jokin Aspuru, director y este año recién estrenado comisario de Getxophoto.
La idea de la que habla Jokin fue una proposición de Make it Gas, una agencia de publicidad asentada en Barcelona y encargada de llevar la campaña del festival getxotarra. “La propuesta simplemente pasó por ahí. Buscábamos algo fugaz y actual y se nos ocurrió Snapchat ”, comentan desde la firma catalana. Esta plataforma, que nació en Estados Unidos en 2010, rompe con la naturaleza de las fotografías: perdurar en el tiempo. En Snapchat se visualizan las imágenes en un máximo de diez segundos y se eliminan al de 24 horas de publicarlas, es decir, la fórmula perfecta para el Tempus fugit de Getxophoto. Así, la agencia barcelonesa cuelga fotografías que dan sensación de movimiento y avance temporal. Un helado derritiéndose, un lápiz al que le sacan punta, la maduración de un plátano o el movimiento de mano de un gato de la suerte son algunas de estas historias. Según Make it Gas, se han decantado por dos tipos de imágenes: “Unas que hablan del tiempo desgastándose y otras, que contemplan el tiempo de manera pasiva, dejándolo pasar”.
Hasta el 10 de agosto, Make it Gas habrá publicado en nombre del certamen un total de diez historias que cuentan, en un abrir y cerrar de ojos literal, los diez años de vida del festival, y que para Jokin significa “ir de acuerdo con el espíritu de estos tiempos”, con prisas y sin pausas, algo que también se refleja en “la forma de ver las imágenes hoy en día”. “Hasta hace no mucho, la foto era una cosa como más ritual, todo el mundo se arreglaba para una foto, era más para el recuerdo. Con la era digital esos usos han cambiado y la fotografía se ha convertido casi en una herramienta de comunicación”, sugiere el director. Para compensar la balanza, Getxophoto se ha autoproclamado un cometido: hacer contrapeso a eso e intentar llevar una vida más lenta y reflexiva.
Por su parte, el uso de Snapchat para campañas publicitarias no es usual en el Estado. “Es de las primeras campañas que se hacen, por no decir que es la primera, principalmente porque es un poco arriesgado ya que aún no tiene la suficiente penetración entre las marcas más adultas”, afirma Make it Gas. Pero ser pionero también acarrea consecuencias y Jokin calcula un margen de riesgo. “Si vas demasiado rápido, la gente se puede quedar en el camino, pero también es una manera de marcar el rumbo, somos como una avanzadilla”, apostilla el comisario.
Quien se ocupa de la comunicación y del contenido del festival es Joana Sendra, y para ella, la campaña que están llevando a cabo en la aplicación del logo, que es un fantasma, tiene una intención: hacer reflexionar. “Buscamos que se entienda el concepto que estamos trabajando, en este caso el paso del tiempo, y que el público piense en ello”, cuenta. Para ello, se valen de las principales redes sociales y su repercusión, aunque también “lo hemos llevado a cabo a través de una newsletter explicando la campaña de este año, a través de los medios y del propio Snapchat”, explica.
Pero si algo tiene el tiempo, es que es un buen maestro. “En los años de vida del festival nos hemos dado cuenta de que las metas no se consiguen solas, sino que va apareciendo gente que nos ayuda”, cuenta Joana en un tono alegre a la vez que nostálgico. “Eso lo va dibujando el tiempo sin darnos cuenta, no nosotros”, a lo que Jokin añade que “lo más bonito es que se ha ido sumando mucha gente, desde artistas y comerciantes al público. Ha conseguido crear una pequeña comunidad en torno al festival”.
En pretérito El año pasado estuvo lleno de polémica para Getxophoto. La campaña, llevada a cabo en Instagram, contaba la historia de Abdou Diouf, un inmigrante que viajaba desde Senegal a España y publicaba su trayecto en la plataforma de una forma irónica a través de hastags. El debate llegó cuando “los medios de comunicación dieron por hecho que era un inmigrante y no un actor”, recuerda Joana. Sin embargo, la intención no era buscar la polémica, sino “contar una historia de otra manera”, aclara Jokin. Tal y como afirma el director, a través de Instagram todo el mundo intenta demostrar que se lo pasa bien, y Abdou así lo hizo. En definitiva, “fue un experimento que salió bien”, resume, y el impacto que tuvo la pasada campaña, que vino de la mano de la catalana Volga, en palabras de Jokin, “arrasó”.
Viajando a 2009, Getxophoto creó la Ruta posavasos con el objetivo de “involucrar al tejido local y comercial de Algorta”, menciona Joana. “La idea era crear una exposición que no consistiera en colgar imágenes en los bares, sino que fuera otro formato y que el público pudiera participar”, detalla.
Así nació la Ruta Posavasos, en la que se mostraba el trabajo de uno de los autores del festival impreso en este otro soporte: los posavasos, que se iban coleccionando a medida que el público pasaba por los bares que participaban en el itinerario. Este año, el recorrido también se expande a Bilbao con el propósito de captar más público e involucrar a la gente, sobre todo joven.
Hasta 2015, Getxophoto contaba con la ayuda del Gobierno vasco para festivales culturales. No obstante, la administración ha cerrado el grifo de las subvenciones sin aviso previo, lo que ha llevado a Getxophoto a asumir una nueva situación de imprevisto. “Nos quedamos muy sorprendidos porque las cosas no se hacen así, hay que avisar”, se queja Jokin. Aun así, el festival ha accedido a otra ayuda del Gobierno vasco, “pero un poco casi in extremis y casualmente”, concluye el director.
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