LA librería-boutique del Museo Picasso de París, el Victoria y Albert de Londres, el Instituto de Arte Contemporáneo de Sidney, la National Gallery de Singapur, el Museo de Arte Moderno de Louisiana... Y el Guggenheim Bilbao. El prestigioso rotativo británico The Guardian ha publicado un amplio reportaje con las 10 tiendas de museos más importantes del mundo, y entre ellas, está la del museo bilbaino, un espacio diáfano de 375 metros cuadrados diseñado por Gehry, en las mismas líneas y formas que su edificio.
“Cuando pensamos cómo podía ser la tienda, enseguida nos dimos cuenta de que tenía que transmitir la misma filosofía que la del museo, en constante innovación, apostando por el diseño y la calidad de los productos”, explica Fernando Rámila, subdirector de la Tienda-Librería del Guggenheim. “Tiene que ser una continuación del museo en todos los sentidos; no solo es imagen de Guggenheim, sino también de la ciudad de Bilbao. Y, desde el punto de vista económico, la tienda contribuye mucho a su financiación, aproximadamente un tercio de sus ingresos proceden de la taquilla de entradas y de la tienda”, señala Rámila.
los tops Todo visitante que quiera adentrarse en las galerías del museo tiene que atravesar la tienda, situada en el hall del edificio de titanio. En 2013, los responsables del Guggenheim decidieron dar mayor visibilidad a este espacio y se reubicó en una sola planta, a diferencia de la anterior que ocupaba tres pisos.
En sus secciones dedicadas a librería, papelería, textiles y objetos de diseño y decoración se pueden adquirir desde tarjetas postales, lapiceros, camisetas y hasta unas vistosas tablas de skate, producto que se introdujo en la tienda el año pasado, a raíz de la exposición de Jean-Michel Basquiat. “Lo mantenemos porque tuvo un gran éxito de ventas. Refleja todo lo que quiere ser esta tienda: es muy exclusivo, de gran calidad, y es artístico. También mantenemos todo aquello que lleva el nombre del museo. Tenemos objetos con el edificio de Gehry desde 1997 y todavía son de los más demandados”, explica Fernando Rámila.
En la tienda, se pueden encontrar productos para todos los bolsillos. El visitante puede adquirir desde un lapicero por 1,5 euros, que le recuerde su paso por el edificio de titanio, hasta objetos exclusivos como lámparas diseñadas en papel por el mismo Gehry para Vitra (la más pequeña cuesta 310 euros y la más grande, 1.145); y audaces y dinámicos floreros de acero inoxidable con acabado de espejo pulidos firmados por la arquitecta Zaha Hadid (205 euros).
Entre los productos más vendidos están los que llevan la imagen del museo. Los números uno en ventas son las postales, lapiceros, pósters y libretas, seguidos de los que llevan la imagen de Puppy, en todas sus variaciones de soportes, en formato muñecos, camisetas... “A los niños y a los adultos, en general, les gusta mucho la obra de Jeff Koons. La identifican con el museo”, apunta Rámila.
Las camisetas son otro de los productos estrellas. Las hay de varios precios y de diferentes motivos: con Puppy, con el edificio estampado, con la araña de Bourgeois... “Se venden muchísimo, además se crean específicas para cada exposición. Por ejemplo, ahora se puede encontrar una relacionada con la exposición de Warhol, que en este momento se presenta en el museo, y una sudadera diseñada por Miriam Okariz, inspirada en las Celdas de Bourgeois”, explica el subdirector de la tienda.
Como cualquier institución cultural, no podían faltar los libros. “Tienen mucha aceptación los catálogos que son referencia del museo; ahora, también tenemos guías visuales que están en cinco idiomas, español, inglés, italiano, alemán y francés, a un precio de 14,95 euros, que son muy cómodas de llevar. Y estamos muy orgullosos de una revista que se publicó en el 98 y que se ha ido actualizando a lo largo de estos años, editada en francés, inglés y castellano, sobre el Guggenheim Bilbao. Su precio es de 9,50 y es estupenda para conocer el museo y para guardarla en casa de recuerdo”.
¿Y el catálogo estrella? “El más buscado ha sido el de la exposición de El arte de la motocicleta, que se celebró en el año 2000. Se agotó entonces, se volvió a reimprimir... todavía hay gente que nos llama solicitándolo. Y de las más recientes, el de Basquiat ha tenido mucho éxito”, explica el subdirector de la tienda.
joyas con brillo de titanio En las vitrinas, se pueden encontrar colecciones de joyas de algunos diseñadores, que son como pequeños pedazos de Guggenheim. Entre ellas, destacan las de Helena Rohner, cuyas joyas son pequeñas obras de arte, con la plata como elemento base. Esta creadora canaria ha conseguido captar en sus diseños el brillo de las placas de titanio del edificio durante un día soleado en Bilbao. Desde 19 euros se pueden adquirir unos pendientes chapados en oro, la pieza más barata de la colección; 190 euros cuesta, en cambio, la más cara, un collar con un medallón de plata de cinco centímetros.
Paloma Canivet firma también algunos de los diseños basados en el edificio, que se muestran junto con creaciones moldeables de titanio.
El diseño vasco está muy presente en toda la tienda: desde los paraguas pintados a mano de Marta Larrañaga (115 euros), las camisetas de Minimil, los bolsos (de 70 a 295 euros) del portugalujo Gonzalo Fonseca que con su marca Steve Mono, ha conquistado la gran manzana neoyorquina. O los bolsos de la firma vasca Skunk Funk, fabricados en un material de aspecto similar al papel, resistentes al agua.
Entre el 22 y el 25% del público extranjero acaba comprando en la tienda, según los datos manejados por el museo. “Es un porcentaje muy alto, teniendo en cuenta que muchos visitantes vienen en familia. Además, cada vez tenemos más clientes de aquí. Nos hace mucha ilusión porque siempre hemos querido que esta sea una tienda de Bilbao, más que de museo. Vamos consiguiendo que el bilbaino, cuando quiera comprar un regalo, lo pueda encontrar aquí. Esta tienda tiene muchas ventajas, está en el centro de la ciudad, tenemos un horario muy amplio, abrimos el fin de semana... Y tenemos cosas que en ningún otro sitio se pueden encontrar. Además, se compra para regalar cuando se viaja fuera. Somos la imagen de Bilbao”.