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Mimmo Paladino descubre su obra más íntima y personal en el Bellas Artes

El museo se suma al tercer Festival Internacional de Grabado con una “emocionante” muestra del artista italiano

Mimmo Paladino descubre su obra más íntima y personal en el Bellas ArtesDavid de Haro

BILBAO - Mientras el otoño se desescama a su alrededor, el Museo de Bellas Artes de Bilbao rebosa energía. A la magnífica muestra dedicada al Hiperrealismo, que estará vigente hasta el 19 de enero de 2015, se le suma ahora una colección de grabados del artista italiano Mimmo Paladino. La exposición, que permanecerá abierta hasta el 9 de febrero de 2015, incluye 194 estampas (dos de ellas editadas para la ocasión), libros de artista realizados a lo largo de los últimos 20 años, varias planchas de grabado y la proyección, por primera vez en el Estado español, del largometraje Quijote, obra del propio Paladino, a quien le fascina el cine. El proyecto, impulsado por la Casa Falconieri (Cagliari), Arthazi (Bilbao) y el Laboratorio d’Arte Grafica di Modena (Italia), entre otros, se encuadra en la celebración del tercer Festival Internacional de Grabado (FIG), que tendrá lugar en la capital vizcaina del 20 al 23 de noviembre.

No es la primera vez que la pinacoteca bilbaina se suma a este evento. En 2012 presentaron en el museo Giovanni Battista Piranesi; la memoria visionaria, y el año pasado acogieron la muestra Cerdeña indescifrable. El signo grabado. En esta ocasión han apostado por Paladino. El artista italiano, considerado uno de los más relevantes de la escena internacional contemporánea, aúna en estos grabados sabiduría compositiva y energía estética, una mezcla explosiva que deja fundido al visitante. “Es una muestra de envergadura donde podremos seguir de manera pormenorizada la evolución de sus propias técnicas, que son muchas, y también de su mundo, un mundo complejo que nació con aquella etiqueta de la transvanguardia y que en él ha evolucionado de una manera particular”, recalcó ayer Javier Viar, director del Museo Bellas Artes, que añadió lustre argumentando que “no es fácil encontrarse con una exposición tan completa de Paladino, pues es un artista que no se prodiga mucho”. “Es una ocasión única para contemplar una de las aventuras plásticas más importantes de la última parte del siglo XX y principios del siglo XXI”, insistió.

En total, 194 estampas en blanco y negro y color, libros ilustrados por el artista, así como varias planchas originales de las que salieron los grabados. El proyecto revela también la relación de 20 años del artista italiano con un mismo taller de grabado, el Laboratorio de Arte Gráfico de Módena (Italia).

En su intervención, Gabriella Locci, copresidenta de FIG y directora de Casa Falconieri, agradeció su empeño a las distintas instituciones involucradas en este proyecto, tanto a las de Cerdeña como a las de la Comunidad Autónoma Vasca. “Sin este apoyo no podría realizarse una feria como la del FIG, que comprende, entre otras muchas actividades, esta exposición”, apuntó.

Locci recalcó la relación entre el Laboratorio de Arte Gráfico de Módena y el artista. “Paladino ha trabajado con más talleres, pero con el de Módena ha mantenido relación durante 20 años, y esa interacción ha derivado en una obra particular, como las cruces que se pueden observar en la sala principal de la exposición, Catorce cruces para Nápoles, que resultan impresionantes por su negrura”, subrayó Locci, que destacó también “la fuerza” de las planchas originales que se exhiben en el Bellas Artes. “Toda su obra cuenta la historia de su tierra y sus misterios, el amor que él le profesa. Busca las sombras que la tierra le proyecta en la memoria”.

De todos modos, se echó en falta la presencia del creador italiano, que se excusó mediante una carta. En la misma relataba que en estos momentos se encuentra inmerso en un nuevo proyecto cinematográfico, una versión propia de El descenso a los infiernos, la primera parte de La Divina Comedia de Dante, y que no podía abandonarlo.

el misterio de paladino Paladino se inició en el grabado a finales de los años 70 y, desde entonces, ha encontrado en esta disciplina artística un medio de expresión íntimo y personal en el que plasmar el bagaje de sus recuerdos y vivencias. En su obra recupera imágenes y recursos procedentes de las más diversas tradiciones culturales de diferentes épocas y lugares, por lo que en sus grabados aparecen tanto referencias a la cultura clásica como a la contemporánea.

Esta considerado uno de los artistas que renovaron el arte internacional en el último cuarto del siglo pasado bajo la etiqueta de la llamada transvanguardia, una etiqueta que dejó atrás hace tiempo. Él sigue renovándose y cuestionándose a cada rato, tratando de envolver su obra de ambivalencia y de cierto misterio.