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Amor ‘A escondidas’

Conmovedora, valiente... El día 10 se estrena ‘A escondidas’, un filme dirigido por Mikel Rueda, que aborda temas como la homosexualidad adolescente y la inmigración. Unos días antes, el martes 7, DEIA hará un preestreno en la Alhóndiga

Amor ‘A escondidas’Nagore Centeno

Ibrahim, un chico marroquí de 14 años, camina desorientado por una carretera de las afueras de una gran ciudad. Acaban de anunciarle que en dos días va a ser expulsado del país. No tiene adónde ir. Rafa, de 14 años, entra corriendo en el lavabo de una discoteca. Fuera se encuentra Marta, una chica que espera de él más de lo que él mismo se cree capaz de aportar. Las vidas de Ibrahim y Rafa están a punto de cruzarse y de este encuentro surgirá una conmovedora historia de amor. El joven cineasta bilbainoMikel Rueda se ha atrevido en A escondidas a abordar el tema de la homosexualidad adolescente, “que, desgraciadamente, sigue siendo un tabú para la gente de a pie. Hablar de homosexualidad es algo que ya se ha interiorizado como normal,qué poco me gusta esta palabra. Pero la gente todavía se sigue escandalizando cuando se trata de adolescentes”, reflexiona.

La conmovedora cinta de este cineasta bilbaino, que debutó en el largometraje con Izarren argia (2010), “narra un primer amor muy natural entre dos chicos años que no encuentran su sitio en el mundo, que están un poco perdidos en sus respectivas vidas. Es un momento en que estás intentando descubrir quién eres, tratas de construirte como persona y tu mundo está un poco difuminado. Nos quedaríamos cortos si tan solo viésemos esta película como una mera historia de amor, porque en realidad es mucho más que eso”, explica el joven cineasta vasco.

A Mikel Rueda le ha costado siete años sacar adelante este proyecto cinematográfico. “Han sido siete años de lucha, de alegrías y también de algunas tristezas... Incluso en algún momento, pensé en tirar la toalla, pero afortunadamente no lo hice. Estoy muy contento de cómo ha quedado. Rodar una película hoy en día resulta muy complicado, pero, si además tocas temas como la homosexualidad en jóvenes menores de 18 años y la inmigración, se convierte en casi un milagro”, confiesa este director, que tras trabajar como productor en Vaya semanita, hizo las maletas y se marchó a estudiar Dirección a la New York Film Academy con una beca de la Diputación. Allí dirigió su primer corto, Present perfect, que fue galardonado en 30 festivales.

A su vuelta, tocó a las puertas de la productora Baleuko con el guion de A escondidas bajo su brazo. “Les gustó mucho, pero me dijeron que tenían un proyecto sobre la mesa que querían sacar adelante. Me ofrecieron dirigir Izarren argia, sobre la situación de las mujeres en la cárcel de Saturraran durante la Guerra Civil y los primeros años de la postguerra. Sin haber hecho nada antes, apostaron por mí y me dieron una oportunidad como esa, una película que generacionalmente me pillaba muy lejos. Al principio, pensé que no tenía mucho que ver conmigo, pero a medida que me fui involucrando en la historia, me interesó más y más. Vi una historia que necesitaba ser contada, y la fui haciendo mía”, señala.

un filme de sentimientos El éxito y la buena acogida del filme le impulsó a seguir luchando por A escondidas. “Contaba con el apoyo de Baleuko y, poco a poco, fui consiguiendo financiación pública para la película. Me faltaba buscar a los protagonistas y para ello, inicié un casting en los institutos de Madrid, Bilbao, Barcelona... Hicimos pruebas a 4.000 chavales, instituto tras instituto, y, al final, dimos con Germán Alcarazu y Adil Koukouh. Tuvimos que tener muchísimo cuidado en cómo administrar la información con respecto al proyecto porque si hubiéramos dicho cuál era la temática del largometraje, se hubieran presentado solo 100. Nos costó mucho encontrar a los protagonistas, es una película donde no hay violencia, no hay sexo, este ya vendrá años más tarde. Es un filme de sentimientos a flor de piel, de miradas... Buscábamos chavales que fueran suficientemente maduros para entender los personajes. Podían ser muy buenos actores, pero si no comprendían la historia y por qué la estábamos haciendo, no iba a servir para nada. Al final, el trabajo que han hecho Germán y Adil ha sido lo más destacable de todo el filme, jamás habían hecho una película ni se habían puesto delante de una cámara. Si ellos quieren y perseveran, estoy convencido de que llegarán lejos”, asegura. De hecho, tras su debut en A escondidas, el actor marroquí Adil Koukouh fue fichado para la serie El príncipe de Telecinco.

La historia se arma con tres veteranos que aportan solvencia y le dan aún más veracidad: Álex Angulo, Ana Wagener y Ramón Agirre. Mikel Rueda se emociona cuando habla de Álex Angulo, que falleció recientemente en un accidente de tráfico. El cineasta continúa hablando en algunas ocasiones de él en presente: “Alex es alguien muy especial. Cuando empecé a escribir el guion, tenía claro que quería un papel para él. Toqué a su puerta humildemente y estuvimos hablando dos o tres horas del proyecto. Le enamoró y me dijo que no le importaba que la película no fuera importante interpretativamente para él, que creía que era necesaria y que la iba a apoyar en todo momento”.

Mikel Rueda lo tiene muy claro: “Además de entretener, el cine tiene que servir para hacer avanzar a la sociedad, sobre todo, cuando es una película financiada públicamente. Tienes una responsabilidad social, tiene que servir para algo. El entretenimiento está muy bien, pero ¡no convirtamos el mundo enun Sálvame! Si los adolescentes no vienen a ver la película, nosotros se la llevaremos. Hay un acuerdo con el Gobierno vasco para moverla por los centros educativos”.

Rueda tiene en la cartera otros dos proyectos: “Un largometraje, que parte del corto que hice cuando estuve en Nueva York, Present Perfect, sobre un viaje de una familia hasta Alemania. Y el otro es Islandia, que surge de un viaje que hice solo por todo el país durante un mes con una mochila; me cambió los esquemas mentales. Estoy hablando con una productora de ahí: es una historia de amor y de desamor. Una historia donde dos personas se buscan el uno al otro, sin llegar a encontrarse nunca ”.