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Iosu Expósito, el demencial poeta antitodo

El escritor bilbaino Beñat Arginzoniz narra en su novela 'Pasión y muerte de Iosu Expósito' los últimos días del carismático y malogrado guitarrista de Eskorbuto, del que se acaban de cumplir 22 años de su fallecimiento

Iosu Expósito, el demencial poeta antitodo

OTRA historia triste, otra historia más?", decía una de las letras del mítico grupo de punk Eskorbuto. "Iosu (Expósito) fue un chaval de barrio como tantos otros, hijo de unas circunstancias concretas". Pero también fue, a su modo, una suerte de poeta. "Si ser poeta es una forma de ser y de estar en el mundo, si ser poeta es tener una mirada particular más libre que la de la mayoría y una conciencia más despierta ante el sufrimiento de los demás, entonces sí, era poeta", admite Beñat Arginzoniz (Bilbao, 1973), autor del libro Pasión y muerte de Iosu Expósito, que reedita la editorial bilbaina El Gallo de Oro.

A medio camino entre la ficción y la biografía, la novela narra los últimos días de Iosu Expósito (Santur-tzi, 1960 - Barakaldo, 1992), guitarrista de Eskorbuto, banda que fundó en Santurtzi, a las orillas metalúrgicas (y corrosivas) del río Nervión, junto a sus amigos Juanma Suárez y Pako Galán. El pasado 31 de mayo se cumplieron 22 años de la muerte del carismático Iosu, quien no logró superar su adicción a la heroína, de la que se estaba tratando en el hospital de Cruces, donde falleció. No solo fue la enfermedad lo que arrastró en los últimos años de su vida, "la decepción existencial también lo acompañó, el saber que vas a morir joven sin haber tenido ninguna paz. Creo que la vida es terrible para el que se ha atrevido a soñar con otro mundo. Iosu fue un romántico, y como tal, una persona desdichada que se dio de bruces contra la realidad", reflexiona Arginzoniz. Apenas llegó a conocer a Iosu. "Hablé con él dos veces, pero desde que era chaval he escuchado a Eskorbuto. Son parte sustancial de lo que soy, igual que lo es el pueblo donde me crié o la gente que me ha querido. Lo mejor de uno mismo viene siempre de los demás", asevera. Iosu "no me ha dado ninguna lección vital, pero su música me ha ayudado a vivir", añade el escritor bilbaino, quien siente asimismo una "sintonía visceral" con el malogrado músico.

La novela, que se caracteriza por la escritura poética de Arginzoniz, ahonda en el movimiento que se denominó Rock Radical Vasco, a través de las críticas que el propio Iosu vertió al respecto: "Somos la primera (y última) independencia de Euskadi; no decimos no a los millones, sino a vendernos; (...) el Rock Radical Vasco nace en nosotros, los demás son malos imitadores", recoge el libro. "No sé hasta qué punto Iosu hablaba desde el resentimiento porque no les llamaban para dar conciertos (...), pero sus declaraciones son sentidas, las decía en serio, porque Eskorbuto fue todo para él. Diría que incluso fue una obsesión", considera el escritor, a la vez que recuerda otra de las reflexiones del lúcido Iosu: "Eskorbuto de alguna manera está vivo, es una criatura independiente de nosotros, un ser al que alimentamos con nuestras vidas...".

Autenticidad Arginzoniz elude opinar sobre si esta etiqueta perjudicó al rock o no. "De lo que no sé no hablo, de la misma manera que no escribo de lo que desconozco. Sería una impostura. A todo quisque le gusta opinar y se cree con derecho a hacerlo, pero no es así", zanja.

Aún así, considera que cuando el dinero "se mete por medio, todo se pudre", algo a lo que Eskorbuto se opuso y resistió, gracias a su "autenticidad", rasgo principal que destaca Arginzoniz de esta banda inmortal.

El autor de Pasión y muerte... no desvela qué obedece a la realidad y qué no, si bien incluye algunas consideraciones atribuidas a Iosu, sobre cómo este entendía la música: "Del rock no se vive, se muere poco a poco (...); todos quieren asegurar su futuro donde ni siquiera hay presente (...); el tiempo nos dará la razón, mañana todo estará viejo y nosotros estaremos muertos".

Del movimiento punk en general, Arginzoniz destaca su clarividencia, "sin embargo, ser sincero y consecuente suele tener consecuencias desastrosas. Es la mentira lo que nos permite seguir viviendo, aceptando", contrapone. Sobre Eskorbuto, además de su honestidad, valora ante todo su música, "la grandeza de sus temas". Explica el porqué de lo indefinible de muchas de sus canciones: "Eso está por encima de ellos y cuando uno crea por encima de sí mismo, se llama genialidad", ensalza.

"Creéis que todo tiene un límite / así estáis todos, ¡limitados! / Cuidado (cuidado) /os avisamos, / somos los mismos, que cuando empezamos..." (Cuidado, del álbum Anti Todo, 1986).

Más allá de la leyenda y de la fatalidad, el eco de las risas de los Eskorbuto sigue sonando con el mismo estruendo que sus canciones. "El que ríe comulga con el mundo, vuelve a la infancia... El que ríe se hace libre", resuelve Arginzoniz.