BILBAO. Trogloditas, uno de los grupos claves de la escena rock estatal, celebra su 30 aniversario este año. Y lo hace en la carretera, con "sangre fresca" y varios de sus miembros fundadores aunque sin la voz líder de Loquillo, que viaja ahora en solitario. El grupo presenta hoy su debut homónimo sin su antiguo vocalista en la sala Crazy Horse de Bilbao. "Nadie que nos ve en directo echa en falta a Loquillo", explican a DEIA.

Lo dejan claro: no es que haya resucitado, es que nunca llegaron a morir. Sí que es cierto que Loquillo, desde el directo que grabó en el BEC en un concierto patrocinado por DEIA, se mueve en solitario, pero dos de los miembros fundacionales de Trogloditas, el bajista Simón Ramírez y el batería Jordi Vila, han decidido reimpulsar el proyecto tras su actuación en el homenaje a Guille Martín (troglo fallecido). Allí, "solicitamos la ayuda de Diego García", que se asentó en la nueva formación, junto al también guitarrista Antonio Retamosa 'Tony Pick' ("tocó conmigo en La broma de Satán, Romeo 13 y Punk guerrilla") y el cantante Andreu Muntaner Lobo, de timbre grave y engolado.

Trogloditas (Lemuria Music) se grabó en verano de 2013, en los Rock Palace Studio, y contó con las colaboraciones de ex Trogloditas como Ricard Puigdomenech y Sergi Fecé, y a la producción con Barry Sage, técnico que ha trabajado con Rolling Stones y Prince. El lanzamiento incluye el DVD Donde empezó todo, documental que narra la historia del grupo a través de 17 entrevistas a músicos que pasaron por la banda, desde Sabino Méndez a Igor Paskual, pasando por Tacker o Pegenaute. "No había preparado un CD tan bien en toda mi vida. Y tengo más ilusión que nunca", asegura Simón en el documental.

discazo El grupo ofrece en el disco 14 temas propios y únicamente una versión de su etapa con Loquillo, la oscura El país te necesita. Los catalanes ofrecen un recorrido por los estilos que les convirtieron en "los mejores" hace dos décadas, empezando por el tema que abre el CD, una mezcla de country, folk y rock titulada La espuma de los días, en la que aseguran seguir siendo "aquellos tipos que inventaron el ritmo? bailando al borde del abismo". El resto del repertorio, nada nostálgico y emocionante, fluctúa entre el rock troglo de siempre con los coros viriles de Desconectado; la aceleración casi punk de Enterraré mi corazón; el clasicismo rock de Lo he vuelto a hacer; la fronteriza Mariposa, con una trompeta spaghetti western; ecos negroides de El agua de los fregaderos con sus metales; y varias baladas, de la stoniana Ráscale, con ecos de Burning y solo de saxo a lo Springsteen, a la lírica Llora Norma Jeane, que remite a una Marilyn de los bajos fondos madrileños.