Donostia. Hegoak, una versión de la popular Txoria txori de Mikel Laboa, y otras conocidas melodías del cancionero vasco han sido disco de oro en Francia gracias al último CD de la cantante Anne Etchegoyen, grabado entre Biarritz y París. En un 2014 lleno de giras y conciertos, la artista prepara el segundo volumen de este proyecto, que se centrará en las rutas jacobeas.
¿Cómo comenzó en el canto?
Empecé a cantar en mi pueblo, Donapaleu, en un coro de niños, cuando tenía ocho años. A los 16 decidí que quería saber más, así que con 17 fui al conservatorio de Baiona y cursé estudios de canto lírico durante dos años. Era lo máximo que podía hacer en mi territorio, aunque en las grandes ciudades hubiese más opciones. Por otro lado, no he querido cerrar puertas, así que hice el Bachillerato de letras y luego estudié Comercio. Cuando empecé a estudiar canto, seguía con mi carrera de Comercio, quería tener otra opción por si lo de ser cantante no funcionaba.
En su nuevo disco canta temas en euskera. ¿Las conocía de antes?
Sí, desde hace mucho tiempo. Mi madre canta en un coro de Errazu (Nafarroa), su pueblo, y habla euskera muy bien, así que he escuchado estas canciones desde pequeña. Para el disco hemos elegido temas que ya conocía, que quería cantar, otras en francés sobre el País Vasco y también hemos creado algunas composiciones. En concreto, hay tres canciones escritas por mí, una de ellas en euskera, Ongi Etorri, para las que me fijo en cualquier cosa de mi día a día.
Cuenta con la colaboración del coro Aizkoa de Baiona. ¿Cómo les conoció y cómo decidió trabajar con ellos?
Fue en 2006, cuando colaboramos en un disco de canciones vascas de Navidad. Desde entonces, hemos hecho uno o dos conciertos al año juntos. Además, también tengo amigos en el coro, así que me pareció algo natural trabajar con ellos.
¿Y cómo se le ocurrió embarcarse en este proyecto?
Quería hacer un disco con historia. Además, aspiraba a que fuese accesible para un público bastante amplio. En la cultura vasca hacemos muchas cosas maravillosas, aunque a veces hay que pensar que hay gente que no es vasca pero que le gusta esta tierra y esta cultura. Queríamos hacer el disco pensando en ellos, en los que no conocen bien esta cultura. Por eso hemos mezclado canciones tradicionales como Boga-boga con otros estilos más actuales. Hay temas muy populares como Hegoak, y también hemos experimentado, por ejemplo, cantamos Haurtxo txikia a capella el coro y yo. Queríamos algo práctico que sirviese como muestra de lo que se hacía tradicionalmente en Euskal Herria. También hemos reparado en los criterios que siguen las radios y televisiones, para que las canciones se puedan dar a conocer por esos medios. Queríamos que fuese algo que llegase a mucha gente.
¿Qué ha sido lo más satisfactorio de este CD?
Es una experiencia muy interesante, una aventura, porque me gusta mucho trabajar con el coro y los músicos. Además, los dos realizadores del disco son de París y conocen bien el País Vasco. Me ha encantado que nos hayamos unido para conseguir sacar adelante un proyecto común. También es satisfactorio el éxito, ya que somos disco de oro y seguimos la aventura con conciertos y giras. Además, en la gira colaboraré con varios artistas franceses.
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¿Quiénes son sus referentes?
Me alimento de muchos tipos de música. Escucho Jack Johnson, Stromae, también me gusta Mercedes Sosa. Sigo a muchos cantantes franceses, y en la música vasca me gusta especialmente Mikel Urdangarin. Me parece que escuchándoles siempre se aprende algo.
En Iparralde, el euskera está más bien perseguido. ¿Qué le parece que un trabajo tan cercano a la cultura vasca tenga tanto éxito?
La verdad es que no me sorprende mucho, porque es lo que está sucediendo en el panorama musical de Francia. En los últimos tres o cuatro años, la música de las regiones está teniendo éxito. Por ejemplo, la canción tradicional de Bretaña, una región con características similares, está siendo muy bien acogida. Parece que a la gente le gusta esta música regional. Creo que se puede aprovechar ese hueco y además puede ayudar al euskera de algún modo.
¿Este trabajo puede entonces ser de ayuda para normalizar la situación del euskera en Iparralde?
Creo que puede serlo, y me gustaría que así fuera. Además, estamos dispuestos a hacer conciertos para ayudar a las ikastolas, aunque por el momento no hemos tenido ninguna propuesta. Cuanta más gente nos juntemos, más fácil será conseguir ese objetivo común. Yo conozco muy bien el problema que hay, ya que ahora estoy aprendiendo euskera, así que si se puede ayudar a que la situación mejore, yo no lo dudaría.
¿Qué significan Euskal Herria y el euskera para usted?
Me siento totalmente vasca. Siento que esta es mi tierra y mi cultura, aunque no hable muy bien en euskera. Lo más importante me parece transmitir el idioma y la tradición a otros. Mis padres, mis abuelos... son vascos, así que he crecido en este contexto. Aun así, me gusta conocer lo de fuera también. Todo es interesante y considero que hay que estar abierto para ver lo que pasa alrededor, porque eso nos enriquece. Puede sorprender que escriba mi nombre en francés, pero mi familia siempre lo ha escrito así, lo hago por inercia, no por otra cosa.
¿Qué planes tiene ahora?
Estamos de gira con el coro Aizkoa, pero también voy a dar conciertos en solitario y trabajar en dúos interesantes. Estamos hablando para actuar en Hegoalde, pero apenas hay nada cerrado. Lo único seguro es que estaremos en Gasteiz el 5 de agosto. Por otra parte, estamos preparando el segundo disco de Les voix basques. Después, me pondré a pensar en mi próximo disco personal, pero eso será ya el año que viene...