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La compañía de Víctor Ullate repasa en el Teatro Arriaga sus 25 años de vida

Cuatro de sus más aclamadas coreografías podrán verse hoy y mañana en Bilbao

La compañía de Víctor Ullate repasa en el Teatro Arriaga sus 25 años de vidaFoto: deia

BILBAO. Víctor Ullate requiere de pocas presentaciones, y aquellos que le han seguido desde 1979, fecha en la que regresó a España para hacerse cargo de su Ballet Nacional, se asomarán hoy a los palcos del Teatro Arriaga sin dudarlo. El coreógrafo zaragozano recala en la capital vizcaina con el mismo ballet que fundó en 1988 (surgió de las entrañas de su afamada Escuela de Danza) y que ha visto crecer durante los últimos 25 años. Director y maestro, Ullate ha formado a destacados bailarines (entre ellos figuran los vascos Lucia Lacarra e Igor Yebra) durante estos cinco lustros.

Este año se cumple el 25 aniversario de la compañía, cuya primera representación tuvo lugar, precisamente, en el Teatro Arriaga de Bilbao, el 28 de abril de 1988. En estos 25 años el público de este teatro ha podido disfrutar de espectáculos de esta compañía como su aclamada versión de Coppelia (diciembre de 2007) y Samsara, denominada por el propio Ullate como "la danza de la vida" y que se pudo ver en Bilbao en diciembre de 2009.

El espectáculo que trae a Bilbao este fin de semana reúne cuatro de sus mejores coreografías: Seguiriyá, Tres, Après Toi y Bolero. Así, el Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid presentará al público vizcaino un doble programa mixto compuesto por cuatro piezas: la primera (Seguiriya) se trata de una unión muy personal de danza clásica contemporánea y las raíces flamencas. Tres es una coreografía firmada por Eduardo Lao, director artístico de la compañía, un sugerente paso a tres, un triángulo que se apoya en tres obras de Beethoven. La tercera, Après toi (después de ti), es una coreografía de Víctor Ullate en la que homenajea a su maestro, Maurice Béjart. Y por último, Bolero es un estreno de esta temporada, inspirado en la pieza musical de Maurice Ravel y ambientado en la década de los años veinte del siglo pasado, como homenaje a la época de la composición y a los ballets de los años 20, que cambiaron la concepción de la danza como algo exclusivamente femenino.

En esta nueva versión, Víctor Ullate vuelve a la coreografía original, en la que una pareja era el eje central; la puesta en escena se basa en la dicotomía hombre-mujer, con un elenco que siempre hace su aparición en formación de parejas.