bilbao. EL beso, la sonrisa y la música son lenguas originarias, mundiales. Gracias al sentido del oído, la tribu de Bilbao Zea Mays graba estos días en Euskal Herria su nuevo disco bajo las órdenes del prestigioso productor británico Dave M. Allen. Los de profesión magisters, Aiora, Asier, Piti y Rubén, han acordado que Mr. Allen tenga la última palabra en lo relacionado con el trabajo. Este gurú de la industria - de 60 años- ha forjado discos como Disintegration, de The Cure, u otros trabajos de Depeche Mode, Human League, The Sisters of Mercy. También de Neneh Cherry, o los últimos aciertos de Reptile Youth o The Mission. En total, se han vendido más de 52 millones de discos con su firma en el mundo. El CD se acabará de grabar el 8 de agosto en Bizkaia y se mezclará y masterizará en Londres. Es el primero que el inglés produce a un grupo vasco. Ninguna formación estatal lo ha logrado nunca.
DEIA ha visitado una sesión de grabación del disco aún sin título en Tío Pete, estudios de lujo hotelero de Carlos Zubiaga (ex Mocedades), ubicados en un polígono de Urduliz. Pero que no se lleven las manos a la cabeza sus seguidores porque suena y sonará a "Zea Mays, y eso ya es mucho después de dieciséis años juntos, siete discos... Somos una familia al fin y al cabo. ¡Eso ya de por si es superarse!", previene el batería, Asier Basabe.
Y es que se encuentran con sus plantas de los pies en una encrucijada en la que, por suerte, no creen o no sienten. Los grupos vascos sufren un momento que parece a la baja. En ese contexto, Zea Mays, sin embargo, ha desbrozado su mazorca nominal con su último disco Era consiguiendo palomitas explosivas exitosas.
Como Kukutza La banda es como el gaztetxe demolido Kukutza que tan bien conocieron, amaron. Aquella asamblea fue creciendo con tan buenos cimientos humanos que logró unir y reunir almas: un único grito de barrio. Con el grupo ha ocurrido lo mismo: seguidor a seguidor han ido sumando público. Y ahora llega demostrar que tienen un nuevo tesoro a compartir, amplificar. El diamante ya existe y fue lo que llamó la atención a Dave M. Allen en unas fiestas de Lekeitio, mientras disfrutaba de unos días de vacaciones en casa de su compatriota Bernie, un buscatalentos reconocido inglés que en su día se interesó por los vascos Splitt 77. Por cierto, el bajista de este grupo, Ekaitz, ha grabado algunos temas por imposibilidad de Rubén, recientemente aitatxo. A Allen, la voz de Aiora y el sonido del grupo le alegró el hipotálamo.
Además de las condiciones económicas solicitadas por el británico, requirió un estudio con tres salas. El estudio de Tío Pete le satisfizo y el 15 de julio ya estaban grabando "catorce canciones, de las cuales alrededor de una decena formarán el disco", adelantan a este diario mientras suenan dos canciones ya avanzadas. Una, incluso, parece rescatada de su primera maqueta, más Zea Mays que nunca. En otra, la dama de la canción euskaldun canta "begiratu, zeinek negar, zeinek ospatzen duen". El sonido es crudo, gordiña, de sangre coagulada, con platino chino de por medio, poco complaciente, directo a las entrañas. Sorprende porque con Allen y los cambios electrónicos en el grupo se esperaba algo más sintético. "En el disco hay de todo. Y todo es Zea Mays. Hay singles, hay una balada, también electrónica... pero todo tocado por un grupo de rock. Eso Dave lo ha respetado".
Pero, ¿cómo trabaja un monstruo de la producción mundial? Lo primero: las escuchas, tumbado en un sofá, concentrado con ojos cerrados y oídos vibrando. "La anterior toma (de guitarra que está grabando Piti) era mejor", le apunta sin levantar la voz Dave al preciso técnico de la grabación José Lastra, que no para. "Lastra es el que conduce y Allen el GPS", compara Basabe.
Como novedad en estos lares: Allen prefiere ir grabando todos juntos y se va quedando con pistas de instrumentos que le interesan. De este modo, se rompe la tradición de con una guía primero batería, luego bajo, guitarras, voces... "Busca la energía, el feeling, música viva", valoran. Le hace falta el grupo en la mayoría del momento. Es una grabación que mete más al músico en la esencia. Por cierto, Zea Mays son músicos cualificados: Aiora, además de voz, estudió cello; Piti, seis cursos de guitarra, Asier percusión, Rubén grababa maquetas... "A pesar de ello, nosotros seguimos componiendo por el oído", matiza Piti mientras ultima unos arreglos en un piso superior del local con una Fender.
Los cuatro tienen una conexión más con el Londres de Dave M. Allen. Fue allí en un viaje de estudios de Magisterio cuando pusieron en marcha un grupo que pudo llamarse Séptimo Armario o Birus Azoka. "Nos íbamos a presentar a un concurso de Rekalde y en un principio salió Zea Mays, que lo había leído mi hermano en un libro. Y luego hicimos un braimstorming, pero analizando cada nombre, pensamos que Zea Mays era el que menos te llevaba a imaginarte un estilo concreto", comentan quienes formaron parte de bandas como Demostikuadra, Debekatu o Neanderthal. "No pasamos de la maqueta", sonríen.
Zea Mays cuenta con siete discos que hacen eco en Tio Pete. Entre sus altas paredes ya registraron Elektrizitatea (2000), Harrobian (2003) y Sortuz (2005). Los tres con Jose Lastra, que para ellos es ya como uno más de la familia. "Recuerdo que cuando vimos al grup PiLT por primera vez, pensamos que estábamos escuchando un directo de sonido internacional. Lastra les llevaba el sonido" y hoy sigue siendo el que hace explotar en directo a los de Negua joan da ta, la canción euskaldun que cuenta con un vídeo de mayor visitas en internet.
De Dave M. Allen, los cuatro hablan maravillas. Le definen como un hombre cercano con el que es muy fácil trabajar, con el que están aprendiendo a diario, con el que abren nuevos horizontes en un mercado, el vasco habituado a trabajar de una forma. "Hay días que no sabes lo que te va a pedir. Nosotros confiamos plenamente en él. Hasta la fecha hemos ido con lo ensayado por nosotros, de alguna forma lo producido por nosotros", diferencian. En esta ocasión ya cuentan con tres premaquetas. "Hemos grabado ya el disco tres veces: en febrero, mayo y junio". Desde el pasado 15 de julio y hasta el 8 de agosto continúan duro con ello. El resultado será una realidad para la Azoka de Durango. Mundial.