BILBAO. El placer de no hacer nada (La Produktiva Records) es el título del cuarto disco del compositor y cantante vizcaino Daniel Merino, que estrenará hoy, viernes, en directo en Evidence Café Teatro, en el barrio bilbaino de Barrainkua. "Sigo fiel a la misma música. Incluso este es el más americano de mis trabajos", explica el getxotarra a DEIA.

Merino, que ha pasado por grupos como Gravestones, Little Fish, Smile, Bedroom y Rubia, acaba de publicar El placer de no hacer nada en La Produktiva Records. "He cambiado de sello, es mi cuarto disco y la cuarta discográfica diferente", lamenta Merino, que ahora trabaja en un sello propiedad del músico Nando Caballero. "Es un tío legal y le agradezco mucho su ayuda. Él es músico también, tiene muchos discos publicados con su nombre, sabe cómo está el negocio musical y va con la verdad por delante", asegura el getxotarra.

La nueva decena de canciones de Merino "siguen fieles" a sus influencias habituales. "Incluso este disco es más americano aún dado que lo produce Hendrik Röver, miembro de Deltonos y que actuará mañana sábado en Bilbao, en Residence. Es un experto en este terreno y toca instrumentos de USA como el pedal steel y el dobro, aunque su labor ha ido más allá y se ha metido a fondo con letras, estructuras y arreglos. Fue una gozada trabajar con él, ya que es eficiente, rápido y profesional", contesta Merino.

Al igual que su disco anterior, Otra vida, el actual, en el que colaboran los también getxotarras Iñigo Coppel y Sara Iñiguez, ofrece country-rock y folk atemporal con guitarras y armónicas, en la estela de la California de los 70, Bob Dylan y Neil Young, aunque hay un guiño explícito a Springsteen en Mi futuro y yo, y a los Stones en el riff r&b de Si me dan a elegir. "El disco anterior fue muy bien y me permitió dar muchos conciertos aunque no sé lo que ha vendido. Lo pregunté pero no me facilitaron la información. Eso sí, gracias a él ahora me conoce mucha más gente, por lo que estoy satisfecho", apostilla.

Armonioso y relajado Desde el propio título del disco y canciones como Diferentes de los demás, Merino muestra su rechazo a las normas sociales y su apego a un estilo de vida "más armonioso y relajado", explica. "El título del cedé hace referencia a lo que me gustaría hacer algún día, retirarme a un sitio tranquilo a pasar una temporada y reflexionar. Y disfrutar del placer de no hacer nada. Tengo una vida ajetreada y desordenada y no es que me disguste, pero a veces me entran ganas de dejarlo todo por un tiempo. Pero soy padre de familia también… quizás algún día pueda hacerlo", concluye entre risas.