bilbao. Balenciaga (Getaria 1895-Valencia, 1972) tenía solo trece años pero ya soñaba con telas, dibujos y colores. Un día se encontró por el centro de su localidad natal con una mujer que a él le pareció casi una visión: vestía un traje de chaqueta de tusor blanco y un sombrero de paja con un velo de gasa marrón. Se acercó a la misteriosa señora, que era la marquesa de Casas Torres, y con un golpe de audacia le preguntó si podía diseñar un traje para ella.

Aquel niño, que iba a ser reconocido luego como el modisto más influyente del siglo XX, poco podía imaginar que algunos de aquellos vestidos que creó para aquella marquesa, la abuela de Fabiola de Bélgica, iban a ser legados por sus descendientes para que pudieran contemplarlos turistas extranjeros llegados desde todas las partes del mundo en el museo que lleva su nombre en su localidad natal.

Ayer fue época de balances en el museo y según confirmaron sus responsables, durante el año pasado se registraron casi 69.000 visitas, una cifra con la que la Fundación que lo gestiona se muestra "muy satisfecha" y que supera con creces las expectativas iniciales. Destaca la alta afluencia de extranjeros, un 20,47 % del público. "El Museo Balenciaga interesa en el mundo", explica Andoni Alonso, gerente de Cristóbal Balenciaga Museoa.

El ejercicio recién concluido ha sido el primer año completo en funcionamiento del museo, inaugurado el 7 de junio de 2011, fecha desde la cual suma 144.532 visitas. En 2012 fueron en total 68.858 personas las que acudieron a Getaria a recorrer los espacios de un centro que alberga más de 1.300 piezas del famoso modisto. "La mayor parte de las personas que se acercaron al museo procedían lógicamente de Euskadi (51,45 %). Un 28,08 % fueron del resto del Estado, y un 20,47%, extranjeros, muchos de ellos de Francia - país donde el modisto desempeñó su labor durante más de tres décadas- aunque también lo hicieron visitantes de Inglaterra, Alemania, Italia, Estados Unidos, Suecia y Brasil, entre otros. "La mayoría de los extranjeros han viajado expresamente con el objetivo de conocer el museo, el público no llega por casualidad, viene búscándolo, aunque luego han aprovechado para descubrir otros destinos vascos. Hay de todo, pero suele ser un público cercano al mundo de la moda, admirador del modisto", aclara Andoni Alonso.

Además, desde la Fundación se señala que, como resultado de las gestiones realizadas con patrocinadores privados, ingresos por venta de entradas en taquilla y clientes que han solicitado diferentes servicios al museo, el 32 % de los gastos corrientes de la institución se ha logrado mediante recursos propios. "El objetivo para este año es seguir manteniéndonos en estos niveles de afluencia de visitas y para ello, tenemos claro que la colección es la baza fundamental para conseguirlo, una colección que es permanente, pero que se renueva cada cierto tiempo. Este año se llevará a cabo la tercera renovación, por lo que la persona que ya conoce el museo, se va a encontrar con una exposición totalmente nueva. Además, vamos a realizar muestras temporales que nos permitan completar y enriquecer nuestros fondos", explica Andoni Alonso.

Desde el museo, son conscientes de que este año "como ocurre a todo el mundo, tampoco nos podremos librar de los ajustes y de los recortes. Todavía faltan algunas partidas sin cerrar por lo que no sabemos con qué presupuesto vamos a contar. Pero al margen de esto, lo importante es preservar la parte fundamental del museo, el programa expositivo. No vamos a renunciar a la calidad".

La Fundación Cristóbal Balenciaga atesora una colección única en el mundo de la obra del célebre modisto-creador, considerado el Picasso de la moda. Su amplitud (un total de 1.300 piezas) sigue en aumento gracias, en parte, a las donaciones privadas. En 2012, la colección ha recibido 140 nuevas aportaciones entre cesiones, depósitos y donaciones, tanto privadas como institucionales. El museo ha prestado obras del creador vasco para exposiciones realizadas en Australia (Bendigo Art Gallery), Francia (Chateau de Haroué) e Italia (Palazzo Fortuny de Venecia).