Bilbao. La canción de autor del veterano Rafael Amor, tan repleta de ironía, crítica y poesía como siempre, volverá a sonar el viernes en la sala Bilborock de la capital vizcaina, en la que presentará sus clásicos, temas imborrables como No me llames extranjero, y su disco nuevo, La gota y la piedra, una oda a la constancia y a la esperanza. "Justo el día que los mayas predijeron que se acaba el mundo, vamos a esperarlo en Bilbao con una flor en los labios", según el cantante latinoamericano.

A Rafael Amor nadie le llama extranjero en Bilbao, ciudad por la que pasa casi una vez al año para desgranar sus canciones. Argentino de Buenos Aries, Amor lleva más de treinta años de carrera musical avalada por un repertorio excelso en el ámbito de la canción de autor en castellano con títulos como En el camino o Corazón libre, algunas cantadas por artistas como Alberto Cortez, Facundo Cabral y Mercedes Sosa, a la que suele referirse como "mi querida negra".

Bilborock volverá a acoger el viernes a Amor, al igual que hizo con la presentación vasca de su disco anterior, Independencia, editado en 2010. Ahora el cantautor suramericano regresa con sus canciones clásicas y un disco nuevo, titulado La gota y la piedra, grabado en solitario, con la única ayuda de sus poemas y su guitarra. "Es un disco muy íntimo, donde se siente mi presencia más que en otros", ya que, en su opinión, busca ser como "una conversación" con el oyente.

La gota y la piedra, disco que desde su título se muestra como una oda a la paciencia, la constancia y la tenacidad, es un trabajo artesanal. "No es un disco con público, pero sí en vivo, solo con guitarra y con poesía, y glosas, y comentarios diversos, desde Drácula a los banqueros", explicó Amor, que vuelve a ofrecer su habitual humor y socarronería, para que "el oyente se divierta".

El CD incluye una canción sobre su niñez, titulada Vallehermoso, y dos tangos, estilo musical novedoso en su carrera discográfica a pesar de su origen argentino. En uno de ellos, El zorro, critica los "disfraces" de la democracia actual, a la que tilda de "caricatura de la verdad". "La gota desmiente lo imposible y la esperanza siempre es necesaria porque sin ella no valdría la pena vivir. Pero hay que trabajar por la esperanza, con la voluntad de luchar", asegura.