Según un reciente estudio, los jóvenes que viven una adolescencia feliz tienen una mayor probabilidad de disfrutar de una mejor salud psicológica y física cuando sean adultos. Además, los adolescentes felices se implican con menos frecuencia en conductas peligrosas como el consumo excesivo de alcohol, tabaco o drogas ilegales, y comen menos comida basura.

Son numerosos los estudios que señalan que ser optimistas y felices es una garantía de salud. El informe La felicidad y la percepción de la salud, realizado por científicos de la Universidad Complutense de Madrid, indica que las personas optimistas sufren menos problemas físicos y psicológicos. La felicidad ayuda a fortalecer el sistema inmune y, por tanto, protege de enfermedades. Si se está dominado por emociones negativas aumenta la producción de cortisol (la hormona del estrés), que perjudica al sistema inmune. Así las cosas, hay que empezar cuanto antes a cultivar el optimismo y la felicidad.

Los jóvenes felices fuman menos, hacen más deporte, beben menos alcohol y comen menos comida basura, lo que les protege de futuros problemas como ictus o infartos. Pero la felicidad durante la adolescencia también es una buena manera de protegerse contra riesgos psicológicos en la vida adulta. Según datos de Unicef, el 70% de los trastornos mentales comienzan antes de los 24 años de edad.

Pero este no es el único estudio que pone el acento en la adolescencia como una época de vital importancia para el futuro adulto. Una investigación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) concluye que al alcanzar la edad adulta, quienes habían sido más felices durante la adolescencia tenían mejores relaciones personales, más satisfacción en su trabajo, una mejor salud mental y una vida social más rica.

El problema radica en que, según citan los investigadores de la Universidad del Noroeste, en Evanston, "la mayoría de los estudios tienden a enfocarse en factores negativos. Nosotros estamos a favor de una perspectiva positiva de la salud en la adolescencia y creemos que promover y educar a los adolescentes en el bienestar es una forma de aumentar la probabilidad de gozar de una vida adulta sana durante muchos años".