Consejos contra los desastres naturales
Reducir o mitigar las consecuencias catastróficas de un desastre natural es posible tomando diversas medidas, desde las educativas a los mapas de riesgo
El huracán Sandy, que ha asolado el Caribe y la costa este de Estados Unidos, ha dejado decenas de muertos y millones de euros en pérdidas. Las consecuencias catastróficas de los desastres naturales van en aumento en todo el mundo durante los últimos años, según las estadísticas. Los expertos en desastres naturales apuntan como principales causas el impacto del ser humano sobre la naturaleza y las decisiones incorrectas que han incrementado el riesgo. Los conocimientos actuales permiten tomar medidas para mitigar sus efectos o incluso evitarlos. Así, es esencial:
1. Poner medios a disposición de la población Los ciudadanos responden y se protegen mejor frente a un desastre natural si disponen de los medios materiales para ello, en especial las personas más desfavorecidas. Los países menos desarrollados o las zonas más pobres de las ciudades sufren más las consecuencias de un desastre natural y les cuesta más recuperarse.
2. Crear planes de ordenación territorial. Jorge Olcina, catedrático de la Universidad de Alicante y experto en desastres naturales, destaca la necesidad de que los planes de ordenación territorial de ciudades, municipios, etc., tengan en cuenta los peligros naturales que les pueden afectar. Los responsables institucionales deberían impedir, mediante estos planes territoriales, la ocupación de áreas de riesgo elevado y mejorar los sistemas de denuncia para evitarlo.
3. Desarrollar y mejorar los mapas de riesgo, que determinan el grado de exposición de las personas, actividades económicas e infraestructuras de un territorio a determinados peligros naturales, como inundaciones, deslizamientos, sequías, temporales, sismicidad, vulcanismo, etc. La Ley del Suelo de 2008 obliga a las administraciones a la creación de estos mapas y a que se puedan consultar de manera pública por los ciudadanos. El desarrollo y mejora de estos mapas de riesgo ayudaría a prevenir los efectos catastróficos.
4. Ofrecer educación específica para la gestión de las emergencias y mayores medios a profesionales y voluntarios de cara a responder con celeridad y eficacia. Los planes de prevención, evacuación en empresas, etc., sirven para concienciar de la necesidad de estar prevenidos ante un desastre natural y saber cómo responder. El tiempo de respuesta y la capacidad de saber cómo actuar salvan muchas vidas.
5. Incorporar y ampliar la educación ambiental sobre riesgos, en especial en escuelas y en territorios de riesgo elevado, es esencial para interiorizar que en cualquier momento puede ocurrir un desastre natural y saber reaccionar en caso de que se produzca uno.
6. Mejora de la conservación de los espacios naturales. Los ecosistemas tienen un valor mucho mayor del que puede parecer a simple vista. Bosques sin una política forestal sostenible, suelos erosionados, ríos sin un drenaje adecuado, etc., dejan a la población limítrofe más indefensa ante eventuales catástrofes naturales.
7. Mayor inversión en estudios y sistemas de alerta y respuesta temprana contribuyen a mejorar el conocimiento del origen y desarrollo de los desastres naturales, además de a crear sistemas para prevenir y reducir los desastres y evaluar su impacto. Por ello, es esencial invertir en proyectos científicos y de I+D y en fabricar e instalar aparatos y sensores de predicción de desastres naturales.
8. Implementar un Sistema Integrado de Gestión de Riesgos. Esta iniciativa se debería poner en marcha de forma coordinada en toda la UE para lograr una mayor prevención, preparación, respuesta y recuperación frente a los riesgos naturales en el continente.