Bilbao. Tres años después de Get lucky, Mark Knopfler publica la semana próxima su octavo disco en solitario, Privateering (Universal), que el exDire Straits califica de "viaje emocional a ambos lados del Atlántico". El compositor, cantante y guitarrista escocés, que ha vendido ya 135 millones de discos y ha llegado a recibir la Excelentísima Orden del Imperio Británico (OBE) y varios Grammy, se mueve en este disco doble entre el blues estadounidense y el folk británico, a veces celta.

Mark Knopfler, recientemente galardonado con el mayor reconocimiento a la composición del Reino Unido, el galardón a Toda Una Carrera, se curra también el presente. El más cercano es su nuevo disco, que se publica este martes y que el músico escocés ha grabado con la ayuda de su banda habitual y varios colaboradores de lujo, como Kim Wilson (arpa) de los Fabulous Thunderbirds, Tim O'Brien (mandolina), la cantante Ruth Moody, de The Wailin' Jennys, Paul Franklin (guitarra steel) y Phil Cunningham (acordeón).

El álbum, grabado en su estudio de Londres, algo que considera "un lujo maravilloso" que se ha podido permitir "tras muchos años en activo", propone un viaje "emocional" por la música de "ambos lados del Atlántico". Knopfler, un músico que siempre ha admitido su admiración por músicos como Chet Atkins, Dylan, J.J. Cale y Van Morrison, propone una veintena de canciones, nada menos que hora y media de música en la que se embarca en otra "vuelta a las raíces", la que caracteriza su carrera en solitario, voluntariamente alejada de las listas de éxito y los grandes escenarios.

La mayoría del repertorio que integra Privateering está formado por piezas acústicas sin estridencias ni los solos virtuosos de antaño. Gran parte de ellas son canciones intimistas de espíritu calmo y raíces británicas, a veces celtas, como sucede en Kingdom of gold y Haul away, con los violines, arpas y flautas como protagonistas, ideales para tocar entre amigos, sentado y con el arrope de escenarios íntimos.

En el otro lado de la balanza, el álbum ofrece blues de ritmo perezoso con pianos y guitarras (steel guitar con slide) y armónicas oxidadas como Don´t forget your hat, que tiene hermanos eléctricos y de ritmo trotón como Corned Beef City o Got to have something, y fusiones de blues y folk acústico como el bello Miss you blues. El lirismo mágico de su eterna guitarra acaricia en baladas como Go, love y Redbud tree, y en un Seattle con ecos de los 60 y cierto tufo country. Una de las curiosidades más reseñables es Radio City serenade, con una trompeta de aliento jazz.

"Estoy en un buen momento, muy seguro. Puedo hacer canciones de blues o folk y mezclarlas en un disco. Puedo estar al mismo tiempo entre las orillas del Támesis o del Delta", explicó a Efe el músico de 63 años, que tituló el CD Privateering -corsario, pirata- en alusión a su espíritu viajero y aventurero. "Viajar es parte importante de la vida de un músico. Te tiene que gustar, no puedes ser de los que prefiere quedarse en casa viendo la tele", incidió.

Knopfler, que compartirá una gira con Bob Dylan a partir de octubre por Estados Unidos, asegura que su leitmotiv sigue siendo grabar canciones buenas, "algo muy difícil" pero que "hace el mundo mejor". El escocés, para quien componer no requiere de fórmulas porque el proceso "surge del corazón", impregna de nostalgia algunas de sus nuevas canciones pero sin dar la espalda al presente, como prueba Kingdom of gold. "Esa canción hace referencia a la religión del dinero. A esos banqueros y economistas que han actuado como gurús infalibles. Pero sus tácticas han salido a la luz", sostiene el cantante de Glasgow, que reconoce estar preocupado por la crisis y ofrece un guiño solidario a sus perdedores en Corned Beef City, tema con el nombre de un barrio marginal de Londres. "Trata sobre alguien que tiene que hacer contrabando de gasolina. Hay una línea muy delgada entre la legalidad y el delito y cuando no tienes nada es fácil delinquir. Es difícil juzgar", concluye Knopfler, que niega una posible reunificación de Dire Straits al "no estar interesado en enriquecerme".