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Clown o el niño que todos llevamos dentro

Asier Bastida expone en Leioa medio centenar de retratos de payasos Las enormes fotografías están repartidas por toda la localidad vizcaina

Clown o el niño que todos llevamos dentroFoto: zigor alkorta

BILBAO. Un clown no es un payaso. No exactamente. Si el pa-yaso se esfuerza por hacer el ridículo, el clown es mucho más introspectivo y bucea en sus obsesiones personales; si el payaso es estridente, el clown es más teatral; el trabajo del payaso se basa en el gag, y el clown solo está al servicio de sí mismo; además, el payaso acostumbra a presentar piezas cerradas, mientras que el clown deja espacio a la imaginación (y a la improvisación). Y, por si fuera poco, un clown evoluciona en la medida que evoluciona la persona que lo interpreta. Por tanto, ser clown implica una pequeña cuota de dolor, además de grandes dosis de paciencia, ya que obliga a pensarse a sí mismo. Pero, en esencia, es un niño que no cabe en un cuerpo de adulto.

El fotógrafo Asier Bastida ha querido rendir tributo a estos hombres y mujeres que van propagando la risa por todo el mundo, y lo ha hecho de la forma más sencilla: retratándolos. En colaboración con el Ayuntamiento de Leioa, Bastida ha desplegado medio centenar de retratos gigantes por toda la localidad. "Llevo años sacando fotos en la Umore Azoka de Leioa, pero estaba cansado de hacer siempre lo mismo y al final me animé a hacer una serie de retratos de clowns, que son personajes que me atraían desde pequeño", explica el fotógrafo. Y empezó a recolectar, aunque de forma un tanto precaria. "Para mí ha sido una especie de experimento, un trabajo personal. Primero monté un pequeño stand en Leioa y sin haber preparado nada, sin documentarme, empecé a retratarles. Les pillaba justo antes o después de las actuaciones y les iba sacando fotos. Era un aquí te pillo y aquí te mato, porque el estudio parecía la consulta de un dentista. Pero es curioso, todos se han mostrado muy agradecidos, incluso sorprendidos al ver que a alguien le interesaba su mundo", explica el fotógrafo vizcaino.

Poco a poco Bastida se fue involucrando y el año pasado el proyecto ganó poso. "Saqué unas pocas fotos más en la siguiente edición de Umore Azoka y en las sesiones de Teatro de Calle de Gasteiz. Enseñé el trabajo a la directora de Cultura de Leioa para que me echara una mano a la hora de localizar a gente, y cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que no lo publicara, que lo guardara todo para hacer una exposición en el pueblo".

Dicho y hecho. Los retratos, en formatos gigantescos de 2x2 y 5x6 metros, lucen en lugares estratégicos de Leioa. Los y las clowns aparecen con sus atuendos de trabajo y cada cual realiza un gesto propio, distinto. "Poco a poco le fui dando forma al proyecto", asegura Bastida, "y empecé a buscarles en sus lugares de residencia o donde actuaban. Les he perseguido por Bilbao, Gasteiz, Barcelona, Madrid e incluso viajé a Perpignan. Y ahí sí, tuve ocasión de estar más tiempo con ellos, de charlar, de documentarme, de entender lo que hacían, porque necesitaba conocer mejor ese mundo, que es fascinante".

leo bassi Tortell Poltrona, fundador de Payasos sin Fronteras, dejó perplejo al fotógrafo, y otro que le sorprendió fue Leo Bassi, el famoso y polémico bufón neoyorquino. "Se vistió el gorro de su abuelo y se pintó la cara, al estilo de los payasos tradicionales, y le sorprendió que yo me interesara por su trabajo. Me pareció un tipo encantador", revela Bastida, que también ha retratado a artistas de la talla de Johnny Melville, Paolo Nani, Zaza, Virginia Imaz, Monti o Jango Edeards, por citar solo algunos.

Aunque está disfrutando, el fotógrafo leioaztarra reconoce que es un trabajo inacabado en tanto en cuanto se trata de un mundo inabarcable: "Me he centrado en los clowns, pero a veces hay dificultades para identificarles, porque hay artistas que mezclan estilos. De todos modos, soy consciente de que este álbum de cromos también está incompleto, pero no importa, puedo ir completándolo poco a poco y ahora me estoy dando cuenta del material que estoy reuniendo, porque hay veces que a la hora de documentarte te das cuenta de a quién le has hecho la foto, y ves que es un artista importante". Bastida no va descaminado. Lo dijo en una ocasión el clown argentino Daniel Lareo: "Nada más insignificante en este mundo que un payaso o un actor, y nada más importante".