"Si no vendo mil discos palmo dinero, pero tampoco es el final"

bilbao. Dos décadas después del debut homónimo de Txarrena (el proyecto actual de Enrique Villarreal, exBarricada), el navarro lo reedita hoy en un formato de lujo que incluye otro disco adicional con canciones nuevas grabadas en acústico y con el añadido de varios escritos del músico vasco. "Soy un desastre con los número pero palmaré dinero si no vendo mil discos", asegura.

Se cumplen 20 años del disco, imagino que de ahí viene su reedición.

Más que por el aniversario es porque llevaba tras la autorización un buen tiempo. En los últimos cuatro años ha sido una obsesión. Sé que son otros tiempos y que apenas se va a vender, pero estaba descatalogado y perdido. Me ha costado mucho, la verdad, ríos de lágrimas.

¿Que Txarrena esté en marcha ha tenido algo que ver?

No tanto. Más que estuviera olvidado en un cajón porque para mí tiene un valor sentimental y hay gente que lo quiere y no podía comprarlo. La operación me ha servido de excusa para añadirle más cosas.

Cierto, el formato es de lujo en un tiempo de "mierda de estrecheces", según canta.

Me apetecía que no fuera el CD sin más. He sacado cuentas y debo vender mil copias, lo que no es fácil. Yo soy quien tira para adelante y Maldito Records pone el sello y su distribución. No quiero engañar a nadie, no es un disco nuevo.

Con 'Azulejo frío', el 2º de Txarrena, superó esa cifra en 2011 ¿no?

Sí, pero no llegué a 5.000 copias. Es el que menos he vendido de toda mi trayectoria, incluida aquella otra aventura paralela llamada La Venganza de la Abuela que solo compraron mi familia y allegados (risas). Del debut de Txarrena se colocaron 43.000 copias en su día. La cosa está mal y es general, está claro.

¿Cuesta aceptarlo?

Los números y yo somos incompatibles. La gente de distribución, sellos y oficina de contratación se sientan conmigo para decirme que algunos proyectos son inviables económicamente. Soy un desastre y es algo que no va a cambiar. Si no llego a las previsiones tampoco es el final porque hablamos de una cifra que puedo asumir.

¿Cómo ve el debut de Txarrena hoy?

Las canciones tienen vida por sí mismas y son capaces de pasar la prueba del algodón del tiempo. Lo oigo y es cierto que en expresiones de letras y producción el disco recuerda a aquel tiempo.

Es un CD de sonido muy 'barricada' en algunos temas pero también hay cortes punk y otros más oscuros.

Mi influencia más directa de aquellos tiempos era Jesus & Mary Chain. Tenía preparada una versión de ellos pero no me lo permitió su sello. Luego ellos dijeron que no lo sabían. Y Déjalo muñeca es cierto, tiene sonido afterpunk, a Parálisis Permanente, otra de mis bandas favoritas.

El disco 'de regalo' con temas nuevos tiene sonido acústico, casi de maqueta.

Tienes razón, yo lo llamo el no disco. Creí importante incluir estas doce canciones así, tocadas por mí y grabadas en mi propio estudio, La Cueva de los txandríos, donde paso la mayor parte de mi vida. Así sale lo que llevo a la banda después y se electrifica. Toco guitarras, algo de teclado, bajo y armónica. Con este material hago un regate porque es posible que vea la luz en formato eléctrico. Me apetecía no esperar y editarlo sin complejos. Bueno, es que tengo mucha jeta (risas).

Y Txarrena se va de bares ¿no?

Me resulta imposible pensar que no voy a volver a tocar en un bar por tener un caché determinado. Por eso se me ocurrió y me apetecía hacer una gira acústica de bares junto al guitarrista de Txarrena, Txu Maraví. Serán bares con ese poso especial de los años, de apoyo al rock y al directo. Hay que ser agradecido a cierta gente que me ha permitido vivir de lo que me gusta, lo que es un lujo.

Los actuales Barricada me contaron que el grupo es también su casa y que su puerta estaba abierta.

Ya, se han dicho otras cosas también… Ahora no estoy en esa marca y lo que públicamente he dicho lo mantengo. Parezco un loro pero entre lo que se dice hay poca verdad y mucha ignorancia. El otro día, en una radio, les di las gracias a Alfredo y a Boni, a este último no sé si por todo o por nada. Y a Iñigo Argomaniz (manager) le deseo que le vaya bien el negocio. No hay más que añadir.