La pintura pop de Juncal Aguirre Amorena
El conjunto de las obras de la artista vasca se expone en la sala Kutxa Boulevard de Donostia
donostia
Tras diversas exposiciones colectivas en Valencia, Madrid, París, Chicago Utrech, Nueva York y Bolzano, y haber ganado el Concurso de Carteles de Carnavales de San Sebastián (2006), Juncal Aguirre Amorena (Donostia, 1978), presenta en su primera exposición individual en la Sala Kutxa Boulevard de San Sebastián un conjunto de pinturas adscritas a las corrientes pop y a un cierto realismo mágico.
Licenciada en Bellas Artes del País vasco y tras un curso en Merlín Animación, la pintora ha fijado su atención en el rostro de la mujer tomada de la publicidad y de la realidad, e interseccionada con diversos repertorios geométricos y fitomorfos, creando imágenes entre frías y distanciadas, que producen en el espectador un cierto atractivo e impacto. Con técnica clásica, pincelada plana, planimetría fotográfica, y un fuerte colorido, logra crear imágenes que plasman un mundo femenino, cercano al glamour, la sofisticación, y la vida cotidiana. Y aunque hay altibajos técnicos en el conjunto de lo presentado, la media de lo ofrecido resulta cuanto menos convincente, aunque es mucho lo producido en este terreno en el panorama internacional, desde la creación del Pop allá por los 50-60 en Londres y Nueva York.
Primeros planos de rostros femeninos, frontales, o laterales, fondos y franjas con repertorios geométricos y florales, bien distribuidos y ubicados, producen imágenes que hablan de un eterno femenino atractivo y enigmático. Y si en estas imágenes ha logrado algunos resultados, creemos que posee otros repertorios más cercanos al realismo mágico, y al surrealismo, en que su pintura podría dar mucho juego, además de abrir sus mundos propios. Nos referimos a esas imágenes en que plasma el ojo enigmático de una mujer y sus erizados cabellos, o esas otras en las que al busto y el vientre desnudos de una mujer se superponen aladas mariposas, creando conjuntos más enigmáticos y poéticos. Y es ahí, en la elaboración de mundos propios donde la creadora puede aportar algo más que imágenes simplemente atractivas y publicitarias. Pero eso exige dedicación y tiempo, elaboración y creación de mundos personales que existen en nuestras conciencias y en nuestros yos más profundos.